Salvo excepciones, el empleado es casi seguro que se sospeche que va a ser despedido y, por tanto, no le pille demasiado por sorpresa que prescindan de él. Aún así, siempre puede pensar que finalmente no le tocará a él y que no debe preocuparse. Pero como al final le llega la hora del despido, es mejor hacerlo correctamente para facilitar el proceso.
Lo primero es comunicarlo a principios de la semana y no el viernes por la tarde a última hora, con "nocturnidad y alevosía". Es decir, facilita que ese empleado asuma su nueva situación menos traumáticamente. Al hacerlo un viernes le dejas todo el fin de semana hundiéndose en la depresión del despido. Lo haces en un momento en el que el mercado de empleo, aparentemente, está cerrado. Digo aparentemente porque es la sensación que se tiene, que no es real porque el mercado visible de las ofertas en la web precisamente se activa más los fines de semana. Si despides el viernes es que no te importa nada tu empleado porque impides que se lo comunique a clientes, proveedores, otros departamentos, lo que no va facilitar que ese profesional cierre esa relación adecuadamente. Esto le puede dificultar su futura contratación.
Lo mejor es que la decisión la comunique el jefe directo y no que se recurra a los de RRHH para transmitir la decisión. Forma parte de las responsabilidades asumir los malos ratos. Si sólo quieres salir en la foto para ponerte las medallas es que eres mal jefe. Eso si, no desaparezcas tras comunicarlo. Debes estar accesible para que puedan consultarte cualquier duda. Y hazlo en un sitio privado y que no esté a la vista de todo el mundo. No hagas que se sienta avergonzado ni humillado en público. Cuando lo hagas puede estar una persona de RRHH para resolver cuestiones legales de los pasos siguientes: inscripción en el INEM, finiquito y cualquier duda que pueda tener el despedido en ese momento.
No le prohibas volver a la empresa. Es decir, debes dejarle unos dias para poder despedirse de sus compañeros y así le ayudas a asumir su situación. Hay quien piensa que esto no debe demorarse más de 2 días, aunque hay tendencia a incluso permitir que el empleado esté en la empresa un mes antes de su despido. En ese mes el empleado realmente no trabaja, sino que se le permite usar los medios de la empresa para su campaña de búsqueda de empleo. Este caso último es el mejor porque ayuda a que la persona no rompa su rutina y active una búsqueda ordenada de empleo. Si complementas ese mes con el apoyo profesional de alguien de RRHH para ayudarle a organizar su búsqueda le facilitarás volver al mercado de trabajo más rápidamente.
Ya que cito el apoyo profesional, lo ideal es que como parte del despido, aparte de las indemnizaciones correspondientes, deberías contratar un programa de outplacement. Si vas a despedir a muchos puede ser en grupo, aunque lo mejor es que sea un programa individual para cada uno. El programa individual te saldrá un poco más caro pero tiene varias ventajas: es mejor para el despedido, ayuda a mantener la moral de los que se quedan en la empresa porque demuestra que te preocupas por los despedidos y, finalmente, seguro que te ayuda a aliviar tu conciencia porque habrás hecho todo lo posible por facilitarle la búsqueda de un nuevo empleo.
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