Cada vez hay menos gente satisfecha con su trabajo, hasta el punto de que, más personas de las que crees, no solo no están haciendo ni lo mínimo en su labor diaria, sino que la están saboteando activamente.
Al menos, eso es lo que se desprende de las cifras. Y es que una de las encuestas laborales más importantes a nivel mundial se encarga de analizar la satisfacción y el descontento en el trabajo, y sus datos dan fe del deterioro del panorama actual del empleo desde la perspectiva del trabajador.
Vamos a analizar esos datos, junto con otros más relacionados con nuestro país, porque algunas conclusiones son fascinantes.
La satisfacción laboral según la encuesta Gallup
Cada año, la empresa Gallup realiza una de las encuestas más importantes de situación laboral en Estados Unidos y sus datos son muy interesantes, por cómo valora la implicación de los trabajadores.
Concretamente, pide a estos que detallen si están activamente implicados en su trabajo (actively engaged) o no, incluyendo poder responder que están actively disengaged, si es el caso.
Esa respuesta tan diplomática implica que uno no solo no está implicado en su trabajo, (como ocurre con la respuesta passively disengaged, es decir, que se sientan en su silla a no hacer nada), sino que está, activamente, realizando tareas que perjudican su labor.
O lo que es lo mismo, está trabajando contra la empresa, en lugar de para ella.
Y es que, según esos datos, en 2022 un 17% de los trabajadores norteamericanos, prácticamente 1 de cada 5, se encontraba en esa situación. Eso supone un punto porcentual más que en 2021.
Mientras, el porcentaje de los más activamente implicados también se reduce. En 2022 descendió hasta un 32%, desde el 34% de 2021 o el 36% de 2020.
Esto rompe la tendencia ascendente que se venía registrando durante la pasada década de 2010 y va en ruta de igualar el récord de trabajadores que sabotean a su empresa, y que fue del 20% en 2007 y 2008.
El descontento no se reparte por igual
En general, prácticamente todas las cifras de la encuesta muestran un deterioro de los aspectos analizados. Pero es cierto que la insatisfacción no se reparte por igual.
Por ejemplo, el debate sobre el trabajo presencial o remoto no acaba nunca, a pesar de que algunas cifras son claras. En el caso de las de Gallup, que analizamos hoy, estas muestran que, aquellos que trabajan desde casa o practican un modelo híbrido de casa-oficina, se encuentran más activamente implicados, ya que el porcentaje es del 37% en ambos casos.
Mientras, aquellos a los que se les obliga a trabajar presencialmente son los que menos comprometidos están, con solo un 29% de empleados que se consideran implicados de manera activa en lo que hacen.
Del mismo modo, entre sectores, y debido a la situación de la pandemia, no es raro encontrar que son los trabajadores del sector sanitario los que más han empeorado las cifras en los últimos tiempos.
Sin embargo, esta degradación no es una cuestión de hechos concretos, sino una tendencia general.
A lo largo de todos los sectores y formas de trabajo, el descontento crece, especialmente motivado por:
«Falta de expectativas claras, materiales y equipos adecuados, la oportunidad de hacer lo que mejor saben hacer cada día y una conexión con la misión o el propósito de su organización».
De hecho, en otra pregunta, el porcentaje de trabajadores «extremadamente satisfechos» con su organización como lugar de trabajo descendió nada menos que 8 puntos.
No en vano, otros datos, como estos de una encuesta de McKinsey, recogen que un 40% de profesionales tiene pensado dejar su puesto en un plazo de seis meses.
Que ya sabemos la diferencia entre lo que le decimos a una encuesta y lo que hacemos luego en realidad, pero es muy significativo que casi la mitad de asalariados esté deseando cambiar.
Cuál es la situación de descontento en España
Si analizamos los datos de nuestro país, es una pena no encontrar cifras que cuantifiquen cuántos de nosotros estamos cobrando por fastidiar a quien nos paga. Sin embargo, una cosa es clara: el descontento también crece y, sobre todo, es por ese dinero con el que se nos compensa.
Según algunos datos, apenas un 55% de trabajadores está satisfecho o muy satisfecho con lo que cobra, siendo mayor el descontento cuanto menos cualificada es la labor que se hace.
De la misma manera, los jóvenes están a la cabeza de las cifras de disgusto, con la sensación de que trabajas para nada, debido a la inflación y los costes de acceso a la vivienda.
Así, según el Barómetro de Salud Mental de las empresas españolas realizado por Alan, el 54% de los trabajadores de menos de 35 años están muy descontentos y se irían hoy mismo. El principal motivo para ello es «la fatiga, la ansiedad, la desmotivación y la frustración».
Sin embargo, tampoco es que en otros rangos de edad sea maravilloso y, de media, un 40% de asalariados españoles querría dimitir hoy mismo si pudiera.
Como vemos, malos tiempos para el trabajo que, supone tal carga para un importante porcentaje de empleados, que están tratando de quitársela de encima a base de destruirla activamente.