Desde hace unas semanas, Iberia y AirEuropa han puesto en marcha sendos sistemas que permiten la realización de la facturación directamente desde casa o la oficina. Este proceso está llamado a ahorrar tiempos para muchos viajeros que, sobre todo por motivos profesionales, se ven obligados a utilizar el avión con frecuencia, muchas veces sin equipaje facturable, y que hasta ahora tenían que presentarse con determinada antelación (variable según la compañía) en el mostrador de facturación, esperar la cola que hubiese y todo esto únicamente para obtener su tarjeta de embarque.
Ahora, este trámite se puede realizar cómodamente desde cualquier ordenador, y presentarse en el aeropuerto con el tiempo justo para embarcar.
Hasta hace un tiempo, era posible solicitar que, junto con el billete, las agencias de viaje emitiesen también una tarjeta de embarque con la que poder ir directamente a la puerta de embarque. Sin embargo, con el incremento de medidas de seguridad derivadas de los ataques terroristas del 11S, se empezó a obligar a los pasajeros con tarjeta emitida a que pasasen a identificarse, en cualquier caso, por el mostrador de facturación, eliminando la ventaja de tiempo obtenida. Lógicamente, ante semejante absurdo, las aerolíneas dejaron de emitir tarjetas de embarque por adelantado. Este nuevo sistema permite retomar la antigua práctica, con la diferencia de que tiene que ser uno mismo (identificándose en las webs corporativas de las aerolíneas) quien se saque la tarjeta de embarque. Esto, unido a la nueva obligatoriedad por parte de las aerolíneas de identificar a los pasajeros en el momento del embarque, proporciona un nivel de seguridad suficiente como para devolverle, al pasajero, esta posibilidad que la seguridad le arrebató.
Estos pasados días he tenido la oportunidad de probar el nuevo sistema, en concreto con Iberia. Si bien el proceso de facturación on-line era cómodo y claro, por motivos que desconozco no me permitió imprimir mi tarjeta de embarque, invitándome a personarme en uno de los mostradores de facturación para pedir un duplicado (con lo cual, adios a la supuesta ventaja!). La chica del mostrador puso cara rara al explicarle que yo ya había facturado y que solo quería un duplicado, pero no puso mayores problemas. En fin, que una primera experiencia fallida, pero cuando funcione adecuadamente seguro que supone un ahorro interesante de tiempos.
En cualquier caso, teniendo en cuenta lo que se tarda en pasar el control de seguridad (en el que hay que despojarse hasta del cinturón), o lo lejos que caen las puertas de embarque en algunos aeropuertos, más vale no apurar demasiado no siendo que uno, y su tarjeta de embarque "hecha en casa", se queden en tierra.
Vía | Marketingdirecto.com