¿Qué pinta una imagen de un videojuego en El Blog Salmón? ¿Nos habremos confundido con Vidaextra? No, ni mucho menos. Y es que los videojuegos han roto sus límites y han invadido la economía del mundo real de una forma sorprendente, y vamos a hablar de ello: del denominado "gold farming".
Los MMORPG (Massive Multiplayer Online Role Playing Games) son juegos en los que múltiples jugadores, conectados a través de internet, interactúan en un mundo virtual. Normalmente están ambientados en escenarios de fantasía (World of Warcraft, Everquest, ...) aunque también hay de otros estilos, como Star Wars o Matrix. En distintos escenarios, los personajes se mueven, hablan entre sí, luchan... y obtienen posesiones; encontrándolos, intercambiándolos con otros jugadores o robándoselos. Con distintos formatos, estos "tesoros" permiten avanzar en el juego, mejorando habilidades de combate o permitiendo acceder a nuevos niveles.
Hasta ahí todo normal: todo se desarrolla en los márgenes del juego. Pero es aquí donde surge el "cortocircuito" que lleva esa economía "de videojuego" al mundo real: el "gold farming" (o, traducido malamente, "cultivo de oro"). Y es que algunos jugadores, con gran dominio del juego, se dedican a coleccionar esas posesiones para, posteriormente, venderlas al mejor postor. Y aqui ya la cosa no es virtual: se intercambia dinero real. Algunas empresas, de hecho, se dedican a contratar los servicios de estos "jugones" para que consigan "tesoros" que vender luego. Si estas personas están situadas, geográficamente, en lugares en vías de desarrollo, tenemos un ejemplo de intermediación perfecto: el coste de obtener dichos elementos de juego es muy pequeño, mientras que lo que se está dispuesto a pagar (sobre todo en el denominado "primer mundo") compensa con creces. Siendo además un proceso que no requiere logística ninguna, el beneficio es bien jugoso.
Algunos jugadores ven mal este tipo de actividad. Se supone que alteran el normal desarrollo del juego, pero... ¿a qué debemos llamar "normal desarrollo"? Si un juego tiene como base la interacción entre humanos... ¿cómo evitar que surjan este tipo de comportamientos, profundamente humanos, relacionados con la obtención del beneficio?
En todo caso, no deja de ser un ejemplo curioso de cómo la economía virtual dentro de un videojuego puede darse un paseo por el mundo real, ayudada por la tecnología y la globalización.
Vía | Enrique Dans Más información | Nodos en la red