Una de las lecciones que nos deja la crisis, sobre todo en el caso de Chipre, es que hay que ser más cuidadosos con las posiciones de ahorro y deuda que tenemos con los bancos. En estos días he oído a gente decir que, visto lo visto en Chipre, están pensando en amortizar parte de la hipoteca con los ahorros. Y es una postura muy lógica, aunque tenga que venir una crisis como la chipriota para darnos la lección.
El ahorro es, básicamente, una obligación que tiene el banco de devolvernos el dinero que tenemos depositado allí. La deuda(por ejemplo, una hipoteca) es una obligación que nosotros tenemos con el banco. En el caso de una quiebra de una de las partes la solución puede venir dada por una quita de la obligación. En el caso de la quiebra de un banco la cosa se pone complicada, ya que los saldos no se compensan entre sí (no se resta ahorro menos deuda) sino que cada cosa va por su lado: el ahorro puede que tenga una quita o puede que tenga que pagarlo el Fondo de Garantía de Depósitos (si tiene saldos) y la deuda seguramente sea vendida a otro banco o empresa.
Es decir, en caso de quiebra es muy probable que tengamos problemas para recuperar nuestro dinero ahorrado (y es lo que hasta ahora la UE ha evitado a toda costa, que los ahorradores tengan problemas) pero sí que deberemos seguir pagando nuestras deudas.
Entonces, ¿por qué tener ahorro y deudas a la vez, y no amortizar nuestras deudas con nuestros ahorros a la primera ocasión? No amortizar tiene sentido por dos motivos: primero, por tener dinero disponible para realizar una inversión; segundo, y más habitual, porque sale rentable. Y digo yo, ¿cómo puede salir rentable tener ahorros y deudas? Normalmente un banco te ofrece menor interés por los depósitos que por las hipotecas (de ahí su negocio). De nuevo nos encontramos ante dos casos: que el ahorro esté en otro tipo de productos más rentables pero con más riesgo o, de nuevo más habitual, que la ventaja económica venga de desgravaciones fiscales.
Hemos llegado al quid de la cuestión. En España tenemos a muchísima gente que no amortiza sus deudas con sus ahorros porque el Estado devuelve dinero de los impuestos. Y esto es una locura. Las desgravaciones fiscales por compra de vivienda habitual colocan a las personas en situaciones de mayor riesgo ante una quiebra financiera. Y es una de las razonas por las que he sido siempre tan crítico con esta deducción.
Eso sí, ahora que vemos las orejas al lobo mucha gente piensa en amortizar sus hipotecas aunque pierdan desgravaciones fisales. Y eso es bueno. En una situación como la que vivimos, cuantas menos deudas tengamos mejor, por lo que pueda pasar.
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