El Ejecutivo de Pedro Sánchez baraja realizar una jugada maestra y hacerle jaque a Europa para poder mantener sus buenas relaciones comerciales con China. Por tal de no ver peligrar las exportaciones de cerdo, España se estaría planteando presentarse como una alternativa para alojar plantas de fabricación de vehículos chinos en Europa.
Por su buena logística, cadenas de producción y localizaciones, el país es un lugar idóneo para invertir. Hay que recordar que, desde el pasado 31 de octubre, Europa ha implantado nuevos aranceles a los coches eléctricos importados desde China. Entrarán en vigor a mediados de noviembre. Las nuevas tasas suponen una defensa ante los coches eléctricos a bajo coste, siendo de hasta el 45,3%. Una cifra muy superior al 10% que se venía aplicando hasta la fecha.
A diferencia de otras economías potentes del viejo continente, vecinas de España, como Italia o Francia, España se abstuvo en la votación y ahora podría estar optando a una posición preferente. Sin ir más lejos, el CEO de la automovilística china Saic Motor, Leo Zhang, ha asegurado que España es una de las mejores opciones para consolidarse en 2025. Anteriormente, otras compañías como MG ya han tanteado el terreno español para intentar acomodarse.
No hay que olvidar que Europa es el mercado más potente para los fabricantes chinos, pues importa el 40% de ellos. Además, Norteamérica ha elevado los aranceles al 100%, por lo que los grandes productores de coches eléctricos se quedan sin opciones.
Nuevos movimientos
Pese haber votado a favor, Italia o Francia son dos de los estados que estarían negociando con China para que instalasen sus fábricas en sus territorios. Pese a la complejidad que supone desde el punto de vista logístico y administrativo, China se vería beneficiada por el ahorro de aranceles, mientras que estos países recibirían todos los avances tecnológicos de la mayor potencia de coches eléctricos, además de una inversión económica potente.
Sin duda, estos nuevos movimientos en el tablero serían una medida de presión en la negociación con Europa. Y es que los aranceles ya se han aprobado y entrado en vigor, aunque China sigue trabajando con ‘soluciones alternativas’.
España ‘mueve ficha’
En este contexto, con Europa dividida en pro y en contra del proteccionismo, España deja las puertas abiertas a China, según investigaciones recientes. De hecho, España es el principal exportador de carne de cerdo a China, que recibe el 21% de ésta. Esto se traduce en un negocio que en 2023 generó 1.223 millones de euros.
El ofrecimiento de España a China llegaría por Cataluña. En concreto, Barcelona y Tarragona podrían convertirse en la puerta de entrada de los eléctricos chinos. Y es que sus puertos tienen toda la logística y potencial para acoger unas operaciones de esta envergadura.
Ya el pasado mes de julio, el puerto de Barcelona aprobó construir un terminal con acceso directo a la red ferroviaria y de ahí a diferentes mercados europeos. Es una realidad que SAIC ya utiliza este puerto, al igual que Tesla. En juego, en plena partida, también entran las autoridades portuarias de Tarragona, que quieren cerrar nuevas relaciones con China.
Otro destino podría ser Aragón, y en concreto Zaragoza. SAIC Motor trabaja porque una de sus plantas se instale en dicha comunidad autónoma, suponiendo un paso hacia adelante muy importante para la empresa matriz de MG y, en general, para las relaciones comerciales entre España y China dentro del sector del automóvil.
Hasta la fecha, España ha alcanzado un acuerdo con Chery para ensamblar modelos de varias de sus marcas en la antigua fábrica Nissan de Barcelona, enclavada en la Zona Franca. Destacan Omoda y Jaecoo. También se suma Ebro, una marca española que recibirá el máximo apoyo del gobierno chino.
Aunque en principio se hablaba simplemente del ensamblaje de kits preparados desde China, eludiendo tasas, los planes ahora se han reajustado y se pretende que España pueda aumentar sus niveles de producción considerablemente.
España ha venido trabajando intensamente durante los últimos meses para conseguir acoger industrias chinas, como las de BYD, aunque la entidad finalmente optó por ubicarlas en Turquía y Hungría. No obstante, podría haber cambios importantes, aunque no esperados. Por eso ahora España aguarda a nuevas marchas como MG, que soportan una de las tasas más altas.
Pese a que España es una opción, el grupo MG plantea otras ubicaciones como Hungría y República Checa, atractivas por sus costes laborales más bajos. Ya España perdió en julio la instalación de la nueva fábrica de BYD, que supone una inversión de 1.000 millones de dólares (unos 923 millones de euros). Aquí se agrupa también un centro de investigación y desarrollo de la movilidad.
En España, la industria del automóvil representa el 80% de todo lo producido en Europa. Cuenta con 17 plantas destinadas a la exportación y supone cerca del 8% al PIB. Las próximas horas y movimientos sobre el tablero serán cruciales para el futuro del coche eléctrico chino en España.