La Unión Europea (UE) es uno de los casos de integración política y, sobre todo, económica, más avanzados del mundo. Con el paso de los años ha evolucionado desde un mercado común hasta una unión económica y monetaria que tiene como principales características un arancel aduanero común frente a terceros países, la libre circulación de personas, mercancías y capitales y una moneda común, así como una política económica y monetaria también común.
Sin embargo, en las últimas semanas el proceso de construcción de la Unión Europea y Monetaria se ha puesto en tela de juicio debido al referéndum celebrado en el Reino Unido en torno a la salida de este país de la misma: el Brexit. Por esta razón, haciendo bueno el refrán de "la unión hace la fuerza" en este artículo analizaremos las principales ventajas para países, empresas y trabajadores de pertenecer a la Unión Europea:
Ventajas para los países
Cuatro son las grandes ventajas para cualquier país de encontrarse bajo el paraguas de una unión económica y monetaria:
Mayor disciplina presupuestaria que la que tendrían por separado. Aunque muchos podrían ver aquí un motivo para la crítica, lo cierto es que la supervisión y el control que hacen los socios europeos sobre los presupuestos de cada país refuerzan el control del gasto y de la deuda por parte de todos los miembros y, como consecuencia, esta mayor disciplina se traduce en mejores resultados económicos.
Leyes más avanzadas al tener que armonizarlas y consensuarlas. Si la integración es el telón de fondo de la UE, las leyes han de estar también consensuadas. En este sentido, por ejemplo, todos los países que integran la UE tuvieron que ponerse de acuerdo en leyes medioambientales hasta lograr adaptar las legislaciones de sus países a lo acordado por el grupo.
Mayor poder de negociación frente a terceros que por separado. Aquí las ventajas son evidentes: poder, mucho más poder para negociar. Normalmente, la Comisión Europea negocia en bloque los acuerdos comerciales con terceros países. Por ejemplo, así ha pasado con el acero o con los productos agrícolas.
Desarrollo de actividades conjuntas que no serían posibles por separado. Grandes proyectos como el Airbus, la Agencia Espacial Europea o el acelerador de partículas han sido fruto de la aportación de varios países y probablemente jamás se habrían podido llevar a cabo si la UE no hubiese estado en el trasfondo.
Ventajas para las empresas
La Unión Europea también reporta importantes ventajas para las empresas de sus países miembros. Vamos a repasar las principales:
Menores costes al no haber costes de cambio ni trabas al comercio. Es la principal ventaja: no existen aranceles. Antes de la UE para vender un producto español en Italia, por ejemplo, había que pagar un arancel que encarecía el precio final de venta, lo que restaba competitividad a las exportaciones. Gracias a la UE, la libre circulación de personas, mercancías y capitales es un hecho.
Mayor especialización. La integración económica trae consigo la especialización de los distintos países en las actividades en las que son más productivas. En el caso de España, por ejemplo, tras la adhesión a la UE nos hemos especializado más aún en sectores como el turismo o la producción de coches.
Mejores precios y mayor calidad al haber más competencia. Al no existir aranceles, es más fácil y barato comprar productos de otros países de la UE. Por ejemplo, hoy día es mucho más barato que hace unos años comprar tecnología comunitaria.
Menor incertidumbre gracias a una moneda fuerte como el euro. El poder del euro como moneda única es incuestionable. Al funcionar como la moneda común de varios países, las tensiones de un solo país no son suficientes para desestabilizarla en un entorno internacional frente a otras monedas, como el dólar o el yen.
Ventajas para los trabajadores
La libre circulación de personas y trabajadores se traduce en mayores posibilidades de formación y trabajo para los trabajadores de la UE. Antes de la UE, trabajar en un país europeo conllevaba unos trámites tediosos y complicados que dificultaban el éxodo de trabajadores. Sin embargo, hoy en día para trabajar o estudiar en otro país de la UE no son necesarios los permisos de trabajo y residencia que, sin embargo y en general, sin son exigibles a otros ciudadanos de fuera de la Unión Europea.
Tal y como señalan desde la propia web de la Comisión Europea, la libre circulación de trabajadores es un principio fundamental establecido en el artículo 45 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea y desarrollado en el Derecho derivado europeo y la jurisprudencia del Tribunal de Justicia. Los ciudadanos de la UE tienen derecho a:
- Buscar empleo en otro país de la UE
- Trabajar en otro país sin necesidad de permiso de trabajo
- Residir en otro país por motivos de trabajo
- Permanecer en el mismo cuando hayan dejado de trabajar
- Recibir el mismo trato que los ciudadanos de ese país en lo que respecta al acceso al empleo, las condiciones de trabajo y las ventajas sociales y fiscales.
En definitiva, todo parecen ventajas. Sin embargo, ¿es esto así? Dejamos la pregunta en el aire durante unos días. En un post próximo explicaremos los principales inconvenientes de pertenecer a la UE.
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