El Gobierno necesita más dinero. Hay muchas partidas que pagar. Y es necesario recaudar. ¿El próximo objetivo? los sufridos autónomos. Atención a lo que les espera para 2025, porque más de una deberá pagar y mucho.
Febrero de 2025 será un mes clave para los trabajadores autónomos en España, ya que la Seguridad Social llevará a cabo el ajuste definitivo de las cotizaciones. Este proceso, derivado de la reforma del sistema de cotización en función de los ingresos reales, implicará sí o sí que algunos autónomos tengan que realizar pagos adicionales. Otros, en cambio, recibirán devoluciones.
Desde enero de 2023, el sistema de cotización de los autónomos en España se basa en los ingresos reales. Esto significa que las cuotas mensuales que paga cada trabajador por cuenta propia están vinculadas directamente a los beneficios netos declarados.
Se trata de un modelo que busca una mayor equidad en las contribuciones, ajustando las aportaciones a la capacidad económica de cada autónomo. O lo que es lo mismo, que no todos los trabajadores por cuenta propia se queden con la cantidad mínima de pago mensual a la Seguridad Social y paguen más. Así el estado tendrá más dinero que gastar.
Sin embargo, la implementación de este sistema el año pasado trajo consigo la necesidad de realizar ajustes anuales. A lo largo del año, los autónomos eligen una base de cotización provisional, pero esta se recalcula una vez que la Agencia Tributaria confirma los ingresos reales declarados en la declaración de la renta.
El proceso de regularización, ¿qué puede pasar en febrero?
La revisión de las cuotas de 2023 comenzará en febrero de 2025, cuando la Seguridad Social cruce los datos de los ingresos netos del autónomo con las bases de cotización elegidas.
Si los beneficios reales superaron la base de cotización sobre la cual se pagaron las cuotas, tendrán que abonar la diferencia. Este pago adicional puede realizarse de una sola vez o, en algunos casos, fraccionarse.
Aquellos que cotizaron por encima de lo que les correspondería en función de sus ingresos reales podrán recibir una devolución de las cuotas pagadas en exceso.
¿Cuánto podría costar o devolver la regularización?
La cantidad a pagar o recibir dependerá del desajuste entre los ingresos reales y la base de cotización elegida. Para entenderlo, se considera lo siguiente: Las bases de cotización para 2023 oscilan entre los 960,60 euros y los 4.139,40 euros mensuales, con tipos de cotización del 31%.
Si un autónomo declaró ingresos reales que justifican una base de cotización superior en 200 euros al mes, y pagó durante 12 meses cuotas por una base inferior, el ajuste sería de aproximadamente 744 euros (31% de 200 euros por 12 meses).
Por otro lado, si el autónomo sobrecotizó, podría recibir una devolución proporcional. Esto puede ser un alivio para aquellos que, por precaución, eligieron bases más altas.
No cabe duda que este ajuste tendrá una consecuencia directa en la economía de muchos autónomos. Los que afronten pagos adicionales deben tener en cuenta que la Seguridad Social podría exigirlos en plazos cortos. Y para quienes reciban devoluciones, este ingreso adicional podría ofrecer un respiro, pero también deberá considerarse en la planificación fiscal de 2024.
Además, la regularización no solo afecta a las cuotas de la Seguridad Social, sino que también puede interactuar con otras obligaciones fiscales, como el IRPF o la liquidación del IVA.
Cuatro recomendaciones clave para los autónomos
Revisar la declaración de la renta de 2023. Asegurarse de que los datos enviados a Hacienda son correctos, ya que la regularización se basa en esta información.
Preparar un fondo de contingencia. Si se sospecha que se podría tener que pagar, es importante disponer de una parte de tus ingresos para afrontar posibles ajustes.
Consultar con un asesor fiscal. Un profesional puede ayudar a entender cómo afectará la regularización y qué medidas tomar en cada caso.
Mantenerse informado sobre las notificaciones de la Seguridad Social. Es importante estar atento a cualquier comunicación oficial para cumplir con los plazos.
Aunque la cotización por ingresos reales promete ser más justa, no está exenta de críticas. Muchos autónomos argumentan que el sistema actual no tiene en cuenta la irregularidad de los ingresos, especialmente en sectores con estacionalidad marcada. También algunos lamentan la falta de flexibilidad en el ajuste de las bases de cotización durante el año, lo que puede derivar en desajustes significativos.
Otra preocupación es la carga administrativa adicional que este modelo supone. La necesidad de ajustar las bases, realizar previsiones y afrontar posibles pagos adicionales complica aún más la ya exigente gestión financiera de los autónomos.
Desde el ejecutivo defienden que el sistema de cotización por ingresos reales tiene el potencial de beneficiar a los autónomos a largo plazo, sobre todo a aquellos con ingresos más bajos. Y que garantizará pensiones más acordes, además de ofrecer mayor protección en situaciones de incapacidad temporal o cese de actividad.
Sin embargo, qué duda cabe, que para que este sistema sea eficaz, es esencial mejorar su implementación y ofrecer más recursos de apoyo a los autónomos. La transparencia en los procesos de regularización y una comunicación efectiva por parte de la Seguridad Social serán clave para evitar confusiones y descontento.
Tras todo esto también hay otra pregunta clave: si los autónomos van a pagar igual que los asalariados, ¿por qué siguen sin tener los mismos derechos que estos? Sobre todo en cuestiones como las prestaciones por desempleo.
Imágenes | Getty Images, Instagram