Entre los diferentes factores de riesgo a los que se enfrenta los inversores se encuentra la delicada situación del sector financiero en Italia. La crisis ha disparado la morosidad que amenazan con afectar gravemente a las entidades de créditos de Italia.
El sector financiero sigue siendo uno de lo más fragmentados, pero el proceso de reestructuración que necesita, como primer paso, es un agresivo plan de recapitalización de las entidades financieras. La economía italiana ha sido castigada durante varios años por la parálisis política que ha retrasado la implantación de las reformas estructurales que necesitaba la economía en Italia.
Existen otros factores como el descenso del crecimiento a nivel mundial y por la rigidez de la estructura de costes, que le han llevado a quitarle competitividad en los mercado internacionales. El consumo interno sigue siendo débil aumentando el paro y el descenso de la confianza de los consumidores.
¿Cómo ha afectado el entorno económica al sector financiero italiano?
Una de las consecuencias que ha debilitado más al entorno económico de Italia ha sido el continuo deterioro de su sector financiero. Los continuos cambios de gobierno y las propias empresas han ido parando la reestructuración del sector financiero.
Dicha gravedad se ha traslado a la Unión Europea, influyendo de manera negativa en la percepción de riesgo sobre otros países europeos. Mientras que el Banco Central Europeo ha mostrado su preocupación por la ausencia de soluciones que acaben con este problema y no se convierta en un nuevo riesgo para el sector financiero europeo.
Otros factores ha sido los elevados costes a causa del exceso de sucursales en Italia. Por la baja rentabilidad, a causa de los tipos de interés a cero, los ingresos de los bancos en Italia se han reducido a la mitad desde el comienzo de la crisis. Escasez evidente de capital en los bancos italianos, lo que exige una urgente recapitalización y excesivos derivados en Alemania y excesivos créditos deteriorados en Italia.
Han agravado aún más la ya de por sí complicada situación de la banca italiana: desde 2008 el PIB de Italia ha caído un 10 por ciento y su deuda externa alcanza ya los 2 billones, la mayor de la zona euro.
¿Cuál es la situación actual de la banca italiana?
Italia es la cuarta mayor economía de Europa y una de las más débiles. La deuda pública se sitúa en el 135 por ciento del PIB. Su economía ha estado moribunda durante años, sofocada por el exceso de regulación y la productividad débil.
Las entidades bancarias acumulan 360.000 millones en créditos de morosos, lo que supone un 20 por ciento del saldo total de crédito en el sistema financiero. Se espera que el sector financiero genere otros 40.000 millones de impagados como consecuencia de la pérdida de valor de los créditos.
El balance actual de morosidad es excesivamente alto, pero la tendencia es que siga creciendo como consecuencia de la débil situación de la economía y la mala calidad de los balances de las empresas en Italia.
El Gobierno de Italia ha estimado unos 40.000 millones de euros de nuevo capital para recuperar el nivel de solvencia acordes a niveles de sistema.
¿Qué consecuencias ha tenido para el sector financiero italiano?
Las acciones de los mayores bancos de Italia han caído hasta en la mitad desde abril, una venta masiva que se ha intensificado desde la votación Brexit. La mayor preocupación inmediata es la solvencia de las entidades bancarias.
Los males más amplias de la zona del euro: la tensión entre las normas formuladas en Bruselas, las exigencias de la política nacional y el conflicto entre acreedores y deudores. Ambos son la consecuencia de las reformas financieras a medio cocinar. Manejado mal, el sector financiero italiano podría ser la ruina de la zona euro.
¿Qué opciones tiene la banca italiana?
Existen varias opciones para inyectar capital pero existen varias dificultades técnicas y consecuencias tanto económicas como políticas. La filosofía desarrollada por el Banco Central Europeo para resolver los problemas de capital y solvencia suponiendo la activación de mecanismos de asunción de las pérdidas de los tenedores de la deuda y los accionistas antes de utilizar fondos públicos.
Aplicar este sistema de recapitalización es complejo ya que está alrededor del 30 por ciento de la deuda de las entidades financieras en mano de particulares. Pero no es viable inflingir pérdidas a los votantes por parte del gobierno italiano ya que crearía graves conflictos. Pero está solución sería la elegida por el Banco central Europeo.
Una segunda solución es la inyección directa de dinero público en las entidades financieras, tal como se hicieron en España o Portugal. Pero viendo lo que sucedió en otros países en los que se ha utilizado el dinero público, la recapitalización de dichas entidades se han enfrentado con grandes polémicas.
Para los ciudadanos resulta difícil digerir que se utilicen sus impuestos para rescatar el sector financiero, que es el origen de todos los males de la última crisis. Viendo los precedentes es difícil en casi todos los casos será difícil que se recupere el dinero, no teniendo respaldo de los ciudadanos del rescate directo.
¿Cuáles son las amenazas del sector financiero italiano?
El marco jurídico que regula la recuperación de los préstamos morosos y que dificulta la reducción de las provisiones y las necesidades de capital. La morosidad se prevé que seguirá creciendo durante algún tiempo más aunque hubiera un mayor crecimiento económico en Italia.
El entorno actual de los tipos de interés ha eliminado una forma de generación de capital de la que se beneficiaron otros sistemas financieros. La estructura de los tipos de interés en Europa ya no permite la generación de ingresos recurrentes sin riesgos en los balances mediante la inversión en la deuda soberana de los recursos obtenidos a coste cero del Banco Central Europeo. Como se puede ver en el cuadro del 'Banco de España' comparativo entre la banca italiana y la banca española:
Fracaso de Atlante, el banco malo de Italia
La solidez financiera de las entidades bancarias italianas se ha debilitado y los ratings se han visto afectados. Hay peticiones por parte del Gobierno de Italia para dichas entidades ofrezcan nuevos soportes al sector.
Los temores van aumentado ahora que Atlante tiene menos fondos para comprar activos tóxicos. Si el fondo tuviera que comprar los tramos más tóxicos de la deuda su intervención podría eliminar alrededor de 10.000 millones pero lejos de los 350.000 millones de créditos de impagados.
Existe un problema adicional: la compra de los créditos de las entidades participadas, empezando por 'Popolare di Vicenza'. Sólo limpiar sus balances podría costar alrededor de 5.000 millones, disminuyendo el soporte de Atlante al sector en su conjunto.
La posible solución de Italia
La opción más probable es una fórmula mixta con capital público y privado, y bajo supervisión de la Unión Europea, que bien podría consistir en el lanzamiento de otro manera de comprar los activos tóxicos, un 'nuevo Atlante', antes que un rescate público.
Este nuevo fondo tendría un capital de entre 3.000 y 5.000 millones, lo que le permitiría un poder de compra de hasta 25.000 millones mediante endeudamiento, como Sareb en España.
Pero Europa se juega más de lo que parece, en octubre, Italia celebrará un referéndum para reformar su Constitución. La Unión Europea no se puede permitir un Gobierno populista en Italia y parece que se va imponer una negociación con Renzi, y mientras eso ocurre, España sigue en silencio.
En El Blog Salmón | El banco malo de Italia fracasa, te contamos todos los motivos