A menos de una semana del rescate a la banca por 100 mil millones de euros, el Fondo Monetario Internacional ha comenzado a presionar a España para reducir los salarios de los funcionarios públicos y aumentar el IVA e impuestos especiales. También recomienda al gobierno eliminar la deducción de compra de viviendas y acelerar las privatizaciones.
De acuerdo al FMI, este es el camino que debe adoptar España para “ajustar” el mercado del trabajo cuyo desempleo es el más alto de Europa y continuará en ascenso dado el fuerte deterioro de la demanda y las quiebras empresariales. Para el FMI siguen siendo importantes los objetivos de déficit, desconociendo que el incremento del déficit ha sido justamente por los planes de ayuda al sistema financiero, que está totalmente en bancarrota. Eso es lo que ha disparado la prima de riesgo a los umbrales del 7% como se muestra en la gráfica.
La propuesta del FMI no deja de ser contraproducente dado que elevar el IVA o cualquier impuesto en medio de una depresión económica como la que vive el país es un auténtico suicidio. La receta frente a una depresión debe ser justamente la inversa: disminuir los impuestos para estimular la actividad económica y ayudar en la creación de empleo. Pero como vivimos en el mundo al revés desde hace varias décadas, se potenció el consumo y el gasto excesivo en el período de las vacas gordas, generando así la enorme burbuja y el derroche que hoy critica Angela Merkel. Ahora que estamos en el período de las vacas flacas toca pagar la cuenta y sin trabajo y sin dinero no hay como hacerlo.
España está en el epicentro de la tormenta financiera, más por las presiones de la troika que por méritos propios. Si bien la deuda pública se elevó en el primer trimestre de este año al 72,1% del PIB (774.549 millones de euros, de acuerdo a los datos del Banco de España), sigue siendo inferior a la deuda publica de Francia o Alemania que superan el 80% del PIB.
Como se ha presentado en la evolución de la deuda pública española, hasta antes del estallido de la crisis la deuda publica era la más baja de la eurozona. Han sido los rescates a la banca y los socorros al desempleo los que han disparado el nivel de deuda. Ahora con 100 mil millones de euros adicionales al largo lastre del endeudamiento, la deuda pública llegará al 90% del PIB. Esto demuestra que las ayudas no ha ido por el camino correcto, y que las lecturas de la crisis no van por la vía de la solidaridad europea. De ahí la importancia de este texto de economía y política ficción de Dani Rodrik que invita a repensar el curso que están tomando los acontecimientos en Europa.
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