Los planes de pensiones son históricamente considerados como un producto de ahorro e inversión a largo plazo, funcionando mediante aportaciones periódicas o puntuales. Además de poder disfrutar del capital aportado una vez llegada la jubilación, presenta la ventaja fiscal de que las aportaciones están exentas de pagar IRPF en la Declaración de la Renta. No obstante, los usuarios no podrán desgravarse más de 1.500 euros anuales.
Todo ello queda recogido en la Ley 12/2022 de 30 de junio, aplicada ya en la Declaración de la Renta de 2022. No obstante, existen excepciones en casos en los que las personas tengan un cónyuge con ingresos anuales inferiores a los 8.000 euros, por lo que podrán aportar 1.000 euros como máximo al plan de pensiones de su pareja, independientemente de lo aportado en su plan. Otra excepción que se contempla son las personas discapacitadas, cuyo límite es de 24.520 euros, mientras que las aportaciones de terceros son de hasta 10.000 euros.
La medida del Gobierno para impulsar los planes de empleo
Los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de octubre de 2021 recogieron un importante cambio, reduciendo el tope de aportación con desgravación en planes de pensiones individuales a 1.500 euros, siendo hasta entonces de 2.000 euros. No obstante, hasta el año 2020, era de 8.000 euros.
Sin duda, ha supuesto un duro revés para las gestoras de fondos de pensiones, que han visto como durante los últimos años se ha desincentivado el ahorro para la jubilación. Con este cambio, si una persona gana 30.000 euros al año y su base imponible es de 25.000 euros, solo tendrá que tributar por 23.500 euros.
El objetivo del Ejecutivo de Sánchez sigue siendo impulsar el ahorro mediante planes de empleo, desarrollados dentro de las propias empresas tras una negociación colectiva. En éstos, el límite de desgravación asciende hasta los 8.500 euros al año, por lo que si se aporta a dos figuras sería de 10.000 euros al año. No obstante, los fondosde pensiones públicos, correspondientes a las administraciones públicas, continúan congelados.
Para el Gobierno, los planes de pensiones individuales son calificados como instrumentos de ahorro regresivo (en términos fiscales), ya que permite conseguir mayores desgravaciones a quienes poseen una base imponible del IRPF más elevada, es decir, quienes cuentan con sueldos más altos.
De consolidarse los planes de promoción pública, se podrían extender los planes de empleo a trabajadores de pequeñas compañías e incluso a autónomos.
Claves de los Fondos de pensiones de empleo de promoción pública (FPEPP)
Para constituirse los FPEPP, deben existir planes de empleo antiguos que se adhiriesen a los nuevos fondos de promoción pública, así como sumarse los planes de pensiones simplificados (funcionan sin necesidad de que el dinero esté en un fondo de promoción pública).
Como ventaja principal, los FPEPP se caracterizan porque la Seguridad Social ha fijado unos niveles de comisiones muy bajas (entre el 0,1% y el 0,25% anual). Además, las gestoras trabajan por tener 500 millones de euros en dichos fondos en tres años y garantizar el acceso a determinadas categorías de activos de inversión.
Los FPEEPP suponen que el Ejecutivo de Sánchez seleccione a las gestoras que los administran, una comisión especial conformada por funcionarios de Seguridad Social. En los fondos de pensiones individuales antiguos, la comisión la conformaban representantes de trabajadores y empresas al 50%. Pese a todo, son las gestoras quienes deciden qué activos comprar para los distintos FPEPP y no el Gobierno. Pese a todo, el Gobierno podría establecer incentivos en el concurso de selección, como apostar por firmas que actúen siguiendo criterios sostenibles.
Pese a que se estableciese un cambio en el Gobierno en la próximas Elecciones Generales, los FPEPP perdurarían. De hecho, el acuerdo alcanzado recientemente en el sector de la construcción permite que en un plazo máximo de 10 años se alcancen los 3.000 millones de euros.
Límites al desgravar un plan de pensiones
Hay que tener en cuenta que, aunque no hayan llegado aún los fondos de pensiones públicos, el límite cuantitativo que en fija en el IRPF para las aportaciones a planes de pensiones es de 1.500 euros para contribuciones individuales, estableciéndose un límite porcentual. De este modo, las aportaciones al plan de pensiones que superasen el 30% de la suma de los rendimientos netos del trabajo y de actividades económicas, no estarán sujetas a desgravar.
Todas las aportaciones a los planes de pensiones se incluyen en la base imponible del IRPF del mismo año, reduciendo el contribuyente el importe del capital a declarar y abonando menos impuestos. Así pues, en caso de generar unos ingresos por valor de 21.000 euros durante el último año y aportar 1.500 euros al plan de pensiones, la base imponible se reduciría de 21.000 a 19.500 euros. De este modo, el tramo del IRPF pasaría del 19% al 24% y a tributar 4.057,5 euros en lugar de 4.465,5 euros.