No al rescate público de los Señores de la Prensa

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Hace 6 meses Francisco Marhuenda, en la entrevista en Periodista Digital que adjuntamos, defendía el establecimiento de un plan de ayudas a la prensa. Lo basaba en el hecho de que, según él, no era un sector cualquiera, de que era parte fundamental de la arquitectura democrática de la sociedad. Es la típica excusa de todos aquellos lobbies que presionan por rascar dinero público: son especiales, sistémicos, chiripitiflaúticos, etc. Por mi parte sigo pensando lo mismo respecto a todos estos caballeros y sus reclamaciones. Por tanto, y en concreto para esta demanda, lo tengo muy claro: no al rescate público de los Señores de la Prensa.

De aquellas fechas para entonces más de una cabecera lo está pasando muy mal. Pensemos en el caso de Público. Y como competir compiten, pero el dinero público pone a todos de acuerdo, Pedro J. Ramírez ha vuelto a sacar el tema hace apenas tres días:

No podemos hacer las inversiones necesarias para mejorar la conectividad y que Internet esté al alcance de todos. Ni tampoco podemos cambiar los rígidos marcos laborales que estrujan a las empresas. No soy partidario de las ayudas pero no hay otra salida que implementar un plan integral de reconversión de la prensa.

Es curioso como estos defensores del libre mercado no piensan lo mismo cuando les afecta a ellos. Me parece una auténtica humorada:

  • ¿Cómo van a ejercer su función con independencia tras rescatados?, ¿cómo van a prescindir del control político?, ¿no se dan cuenta de que el valor que pretenden asignar a sus cabeceras se ve seriamente afectado por una acción de este tipo? Tanto criticar la prostitución y acabar pareciéndose tanto tiene su guasa,
  • La referencia a la lectura me suena a broma. Pues mira que no hay múltiples opciones para la lectura sin tener que pasar por las hojas de los periódicos clásicos. Quizás la crisis lectora a la que hacen alusión se debe a que lo que ofrecen en sus medios no resiste un mínimo análisis de calidad.
  • Sorprende que Marhuenda hable de libre competencia, cuando con este este tipo de planes lo que pretenden es laminar a la competencia que nace sin sus servidumbres, sin sus pesadas estructuras improductivas. Hablo de medios físicos pero especialmente de los nacidos al calor de internet, con los que pretenden acabar por la vía del BOE (no es nuevo) y del apoyo financiero de sus padrinos políticos. O mejor dicho, del dinero público que manejan sus sponsores.

Resulta tremendo que soliciten esto sin descomponer el gesto. Alguno podría pensar que se debe a que bueno, hay más sectores a los que se ayuda (indebidamente a mi juicio). Pero quizás lo que ocurre es que para ellos esta situación no es nueva, ya están acostumbrados a ser un sector subvencionado por múltiples vías, al margen del marco general de subvenciones públicas ofrecido a todas a las empresas, al que por supuesto también se acogen. Por citar algunas vías por las que se financian los señores que nos quieren enseñar a leer:

  • ¿Cuántas suscripciones tiene la prensa en las Administraciones y Empresas Públicas?
  • ¿Cuánto dinero reciben en la llamada publicidad institucional que ningunea a los medios de internet? , ¿y la publicidad contratad por empresas privadas afines a los políticos de turno beneficiadas por éstos?, ¿y los saraos de la prensa patrocinados con dinero público?
  • ¿Cuántas licencias de TDT, cuántos concursos de emisoras de radio, cuantos negocios con empresas del grupo se han adjudicado a los conglomerados representados por estos periódicos? Aún me parto cuando me acuerdo de la concesión de licencias a Cuatro y a laSexta basándose en el pluralismo informativo, y ahora se olvida dicho pluralismo para su integración y pelillos a la mar. Todo mentira.
  • ¿Cuánto dinero reciben esos profesionales de idayvuelta que, un día son periodistas y otros jefes de comunicación de los partidos-gobiernos-empresas públicas? Si, esos que invocan su condición de periodista para zafarse de preguntas incómodas cuando no dejan de ser mamporreros políticos.

Al lado de esto, la mención a los anuncios de prostitución me parecen una broma.

He crecido devorando periódicos. A mi lo que me ponía era el olor de la tinta por las mañanas. Pero poco a poco ha ido emanando un olor de fondo que prefiero no explicar. Y no creo que mi dinero deba financiarlo.

Vía | Periodista Digital
Más información | Merodeando, Pop mk
En El Blog Salmón | La prensa tradicional en crisis

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