Angela Merkel ha vuelto a ganar las elecciones en Alemania, esta vez rozando la mayoría absoluta en lo que es una victoria histórica, pues no se lograba desde la reunificación de las dos Alemanias (en medio de una euforia colectiva). Está claro que a los Alemanes les ha gustado la política que ha hecho Merkel de contención de los países del sur y por tanto seguirá con dicha política.
Lo que parece que nos espera a los españoles es una vuelta a las presiones para reformar y recortar el gasto público. En los últimos meses hubo una relajación, debido a la campaña electoral, cosa que ha aprovechado el Gobierno para sacar la bandera del triunfalismo. Pero esto se acabó.
A partir de ahora tendremos otra vez la presión para recortar el déficit y hacer las reformas necesarias para que nuestra economía se asemeje más a la alemana (es decir, crecer debido al sector exterior y no a la demanda interna). Las reformas son, desde luego, necesarias, pero el ajuste del déficit, aunque también necesario, seguramente siga siendo demasiado brusco.
Así que empezando desde ya veremos como vuelve a haber una presión redoblada sobre nuestro país. Lo de los meses pasados ha sido un espejismo. Y además los electores alemanes han dicho que la política de Merkel es la buena y que siga así si quiere ganar elecciones. Ya sabemos lo que nos espera.
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