Hacía tiempo que no me reía tanto leyendo una noticia de un periódico, y es que todavía cuando se lee sobre el mercado inmobiliario uno descubre que hay gente que no se entera de lo que pasa en el sector en el que trabaja o, seguramente, que no quiere enterarse porque piensan que los “buenos tiempos” volverán. Ilusos.
Y es que José Manuel Galindo, presidente de Asprima (Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid), ha dicho que una subida del precio de la vivienda en España nos vendría muy bien, ya que 16 millones de propietarios saldrían beneficiados, mientras que sólo 300.000 personas buscan casa al año.
En un mundo ideal podría pasar algo parecido, suben precios y todo el mundo felices (menos los infelices que buscan una vivienda). En el mundo real los que buscan una vivienda no tienen dinero para comprar a los precios actuales, y los niveles de endeudamiento de las familias a los que hemos llegado en España por esta razón son insostenibles. Curiosamente el señor feliz que además tiene dinero en el banco no sabe que su dinero peligra porque su banco lo está prestando a gente que no puede pagar sus hipotecas, pero da igual porque la vivienda siempre sube.
En el mundo ideal la gente que tiene una vivienda y ve como suben sus precios puede, al jubilarse, vender la casa y darse a la buena vida. En el mundo real cuando se jubila la generación del baby boom e intentan vender todos sus casas crean una sobreoferta y o bien no venden o bien bajan los precios.
En el mundo ideal de Asprima el dinero es infinito. En el mundo real cuando un país tiene un mercado inmobiliario como el Español el capital en lugar de fluir a inversiones productivas y de valor añadido se desvían a ladrillos y la gente deja de estudiar en el instituto porque se gana más sin formación (ah, y luego el paro sube al 20%).
En el mundo ideal España es un país ideal. En el mundo real, Alemania, un país en el que las viviendas apenas suben lo que la inflación, es un país que, si no es ideal (a veces se le idealiza en exceso) no está nada mal: cobran el doble que los españoles y su nivel de precios de consumo es similar (y el de viviendas también, dependiendo de las regiones).
Vía | El Economista
En El Blog Salmón | El sector inmobiliario sigue en profunda recesión
Imagen | Esparta