Olvídese del precio del petróleo. Para Donald Coxe, estratega de BMO Financial Group, el petróleo a 100 dólares el barril será el menor de los problemas que deberemos enfrentar en los próximos meses. Porque la contracción del crédito, las catástrofes naturales y el cambio climático, han cimentado las bases para la próxima crisis alimentaria, no como un remake ni una secuela, sino como el retorno a un tema que quedó pendiente.
El aumento del precio de los alimentos se intensificará en los próximos meses, producto de la mayor demanda de carne, maíz, trigo y productos lácteos por parte de China e India, dos países que han crecido con fuerza estos últimos años empujando a gran parte de la economía mundial. China e India reunen a un tercio de la población del planeta, y es una población que crece y se alimenta. La demanda también aumentará por parte de los países que comienzan a salir de la fase inicial de la crisis. Sin embargo, la contracción del crédito que han vivido varios países productores será el gran obstáculo para que la oferta esté a la altura de la demanda.
Por ello que la crisis alimentaria del año 2007, cuando los precios del maiz, el trigo, el arroz y la leche se duplicaron en el mercado, fue el prolegómeno de lo que viene ahora. El precio del trigo ha aumentado un 92% en los últimos doce meses, y ayer cerró a 9,45 dólares el bushel (27,22 kg); el maíz ha aumentado un 44% y se vende a 4,66 dólares el bushel (25,40 kg), su mayor precio en 15 años. También el precio de la carne y la leche sufrirán una fuerte alza.
Esto indica que los países que tendrán mayores dificultades serán aquellos que no son fuertes en la producción de alimentos, y también aquellos países que no tendrán recursos financieros para comprarlos. A su vez, los países productores de alimentos tendrán una gran ventaja, siempre y cuando no se vean en dificultades de crédito. Y tambien, si es que no han pasado a enrolarse en la producción de etanol, el biocombustible que devora más de un tercio de la producción de cereales del mundo. Hasta Estados Unidos, que produce el 54% de la producción mundial de maíz, verá en peligro su alimento básico en tres años si sigue subsidiando el etanol.
Tarde o temprano el mundo deberá redefinir el suministro de alimentos con acciones que permitan aumentar la producción por hectárea y la estabilidad en el consumo. Las granjas de Illinois en Estados Unidos son un ejemplo: producen siete veces más maíz por hectárea que cualquier otro lugar del mundo. El otro aspecto será el del acopio: habrá que generar tecnologías para acopiar los alimentos de las buenas cosechas por tiempos más amplios, y generar una estabilidad en el consumo que evite la especulación.
Más información | Financial Post
Imagen | Van Robin