Por fin ha concluido la selectividad, una prueba al final del bachillerato que determinará los estudios de miles de alumnos, ya que el resultado tiene un impacto directo en las carreras que pueden llegar a estudiar.
Aunque actualmente se denomina Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU), el antiguo nombre de "selectivad" se sigue usando masivamente y el sistema es el mismo (con ligeros cambios) desde hace décadas: los alumnos obtienen una media ponderada entre esta prueba y el bachillerato, y esta nota les sirve para pedir la carrera que quieren estudiar.
Después de realizar las peticiones se publican las notas de corte y se publicarán entonces las listas de las carreras con mayor nota de entrada (cada Comunidad Autónoma tiene la suya). ¿Implica esto que las notas de corte son un buen predictor de dónde habrá empleo en el futuro? Aunque puede parecer que sí, realmente hay más factores que influyen.
Oferta y demanda
Lo primero que hay que entender es cómo se calcula la nota de corte. Por un lado existe una bolsa de alumnos, cada uno con su nota (que es una media ponderada entre la nota del bachillerato y el examen de selectividad). Y por otro lado están las universidades, que ofertan distintas carreras, cada una con un número determinado de plazas.
Los alumnos realizan una solicitud en orden de lo que quieren estudiar. Por cada carrera ofertada se ordena por nota a los alumnos que la solicitan, hasta que se completan las plazas. El último alumno que entra fija la denominada "nota de corte". Es el alumno con menor nota que ha logrado entrar en la carrera. El resto de alumnos que no logran entrar a dicha carrera pasaría integrarse en las siguientes carreras que han solicitado.
Por tanto estamos ante un sistema que cuadra la oferta y la demanda a través de las notas. Las carreras con mayor notas de corte estarán copadas de alumnos excelentes, que además, gracias a tener una nota excepcional, podían llegar a estudiar lo que querían sin limitaciones. Es por tanto lógico esperar que los alumnos ordenen sus preferencias teniendo en cuenta las salidas laborales y por tanto las notas de corte sean un buen predictor del empleo. Pero no siempre es así.
Exceso y escasez de oferta
Realmente existen algunos factores que alteren la nota de corte que nada tienen que ver con las salidas laborales. Uno de ellos es el exceso y la escasez de oferta. Un exceso de oferta puede hacer bajar la nota de corte y una escasez subirla, sin ninguna correlación de las salidas laborales.
Unos ejemplos claros son los de algunas ingenierías, como Electrónica, Telecomunicación e Informática. Tienen un paro muy reducido desde hace décadas y sin embargo no aparecen estas carreras entre las de mayor nota de corte (por ejemplo en la Comunidad de Madrid). ¿Por qué? Porque hay mucha oferta. Por ejemplo Telecomunicación se puede estudiar en España en 72 grados distintos ofertados por más de 40 universidades (algunos son dobles grados). La oferta es tan grande que incluso en los de más prestigio la nota para entrar es bastante asequible. Y con Informática pasa algo similar.
También existen otros casos como el de Derecho, que en algunas universidades se oferta sin límite de plazas, debido a que es una carrera que se puede estudiar sin necesidad de acudir presencialmente todos los días. Esto hace que la nota de corte sea sistemáticamente un 5. Y no tiene que ver con las salidas laborales que ofrece.
Por otro lado tenemos casos de escasez de oferta. Los más claros son los de las carreras de doble grado, que permiten en 4 o 5 años obtener dos titulaciones. Son grupos normalmente pequeños, ofertados en una única universidad, y suelen ser atractivos ya que se logran dos títulos en el mismo tiempo que normalmente se obtiene uno. Y el efecto de todo esto es que normalmente estas titulaciones copan las primeras posiciones de las notas de corte. ¿Tiene algo que ver con las salidas laborales? Bueno, tener un doble grado expande la posibilidad de trabajar, pero por ejemplo no creo que Relaciones Internacionales y Periodismo tenga grandes salidas y el año pasado tuvo la segunda mayor nota de corte de Madrid.
Es cierto también que a veces la escasez genera empleo. La oferta de las facultades de medicina es artificialmente baja (por presiones de los colegios de médicos. La demanda de médicos sube (envejecimiento de la población) y el paro es muy bajo en este colectivo.
Exceso y escasez de demanda
Pero hay otro factor que fija la nota de corte y es la demanda. Un exceso o escasez de demanda puede hacer que una nota suba o baje y muchas veces esto no tiene que ver con las salidas laborales.
Ejemplos de exceso de demanda hay varios. Uno puede ser una moda creada por una serie de televisión. Parece una tontería pero los humanos decidimos muchas veces por impulsos, y cuando hay series de televisión sobre una actividad concreta aumenta la demanda de dichos estudios. Suelen ser profesiones muy televisivas, como periodismo, abogados, médicos... mientras que pocas veces vemos una serie de Ingenieros diseñando estructuras de carga de puentes.
Otro factor puede ser el rumor de una profesión tenga salidas laborales cuando no es cierto. Hace un par de décadas fisioterapia era siempre la carrera que batía récords. Y aunque las salidas laborales son buenas (hay poco paro) no eran, desde luego, las mejores. Y casi siempre es necesario trabajar de autónomo, que implica una serie de inconvenientes. El paro sigue sigue siendo bajo a día de hoy pero las notas no son tan altas.
También podemos tener una escasez de demanda que baje las notas de corte en titulaciones con buenas salidas laborales pero complicadas, como por ejemplo algunas ingenierías.
No tiene por qué haber correlación
La conclusión es clara: las notas de corte no son buenos predictores del trabajo que habrá. La oferta modifica arbitrariamente la nota y la demanda no es tan lógica y perfecta como se podría asumir (los humanos solemos ser irracionales incluso en las decisiones más importantes de nuestra vida).
Por tanto es mejor mirar a los estudios que indican el paro por estudios y los estudios basados en encuestas a las empresas para saber las carreras que tendrán menos paro en el futuro. Pero tampoco hay que confiar mucho, ya sabemos que el futuro siempre está borroso y los humanos tenemos una capacidad limitada de predicción.