Con las idas y venidas del gobierno chino de las últimas semanas, en las que pone la soga al cuello de Bitcoin por unos días, para luego aflojar el nudo antes de volver a apretarlo, tenemos la demostración de que algunos gobiernos se aproximan con extrema cautela a legislar (o tratar de aniquilar) el universo Bitcoin en sus respectivos países.
Pocos comportamientos gubernamentales son fruto de la casualidad o la improvisación, es por ello por lo que en este análisis trataremos de argumentar por qué el gobierno chino ha optado por desarrollar esta sucesión de crypto-acontecimientos, que a buen seguro está perfectamente calculada y planificada. Este análisis pretende trabajar sobre la hipótesis de que Bitcoin se haya vuelto un "Too big to fail" ("Demasiado grande para caer") para algunas economías, y sus gobiernos parecen estar empezando a darse cuenta.
Unas semanas muy "movidas" (mucho más de lo habitual) en los crypto-mercados
Pero la historia de aparente amor-odio de las autoridades económicas chinas con Bitcoin no es algo tan reciente como puede parecer a algunos tras estos últimos días, lo cierto es que los últimos acontecimientos no son sino un episodio más de una larga saga de capítulos por entregas, y que se viene dilatando desde hace bastantes meses atrás.
Los primeros estertores de esta larga agonía empezaron allá por principios de 2017. Como pueden leer en esta noticia de Reuters, entonces las autoridades chinas anunciaron que abrían una investigación sobre Bitcoin y sus intermediarios para acotar los riesgos del mercado. Lo que en principio sonaba eufemísticamente a algo inocente y poco relevante, entre los operadores del mercado ya se percibió como una amenaza velada, y como probable preámbulo de un endurecimiento de la hasta entonces permisividad del gigante rojo con respecto a Bitcoin. Bitcoin sufrió a raíz de este anuncio una importante corrección del 35%.
Poco después, en el mes de Febrero de este mismo año, tras una reunión con el banco central de China, varios intermediarios de Bitcoin de aquel país anunciaron que iban a bloquear los Bitcoins de sus clientes, evitando que pudiesen reitrarlos, como pueden leer en esta noticia de Business Insider. La noticia no era irrelevante o un asunto de economía meramente nacional, sino que potencialmente impactaba fuertemente al mercado de la crypto-divisa en su alcance más general, e incluso sintiéndose en el mercado el miedo a que su futuro estuviese en entredicho: por entonces, prácticamente el 100% de las transacciones globales de Bitcoins se realizaban a través de intermediarios chinos.
La reacción de Bitcoin no se hizo esperar, y la crypto-moneda corrigió sólo aquel jueves un 10% hasta algo menos de 1000$. Hay que matizar que esta correción no supone nada demasiado espectacular para lo que esta moneda nos tiene acostumbrados. También conviene resaltar que el máximo histórico que Bitcoin marcó hace tan sólo unos días se aproximó a los 5000$: casi quintuplica la cotización del pasado Febrero, que ahora parece no demasiado lejos en el tiempo, pero realmente lejano cuando uno observa los gráficos de cotizaciones.
Pero como ya les adelantaba en las primeras líneas de este análisis, China no ha pretendido nunca llevar a cabo una arriesgada ejecución sumaria de Bitcoin, sino que va apretando y aflojando el nudo de la soga a lo largo de los meses, y a cada ronda va apretando cada vez un poco más. De hecho, posteriormente a la noticia anterior, China volvió a permitir a finales de Mayo que los clientes de sus operadores de Bitcoin pudiesen de nuevo retirar sus Bitcoins, como pueden leer en esta otra noticia del diario del sector Coin Telegraph. De nuevo la montaña rusa de la cotización de Bitcoin volvió a tomar impulso subiendo por una nueva rampa de subida.
El resto de la historia corresponde ya a los últimos días, en los cuales China definitivamente ha apretado de nuevo el nudo de la soga, esta vez al máximo. Por un lado, hace tan sólo dos semanas, las autoridades chinas anunciaron que prohibían las ICOs ("Initial Coin Offering", el equivalente de las crypto-monedas a las OPVs de acciones) en el país por pasar a tener la consideración de "Financiación pública ilegal", como pueden leer en esta noticia de The Verge. Pero no contentos con esta primera medida ejecutoria, las autoridades chinas siguieron con su fúnebre hoja de ruta anunciando la semana pasada la drástica medida de que definitivamente han optado cerrar los intermediarios y operadores en su territorio nacional, como pueden leer en esta otro artículo de la revista Fortune.
Bitcoin se hunde, pero arrastra consigo a otras crypto-monedas
Lógicamente, con el peso que han adquirido en los últimos meses los intermediarios, operadores y usuarios chinos en el crypto-mercado, la reacción de Bitcoin no se ha hecho de esperar, y la crypto-divisa ha experimentado una fuerte bajada en el mercado como pueden en esta noticia. En tan sólo unas decenas de horas, Bitcoin pasó de cotizar cercana a los niveles de 5.000$ a llegar a cotizar por debajo de los 3.000$. Algo extremadamente correctivo incluso para los altos estándares de volatilidad a los que nos tiene acostumbrados esta crypto-moneda, lo que nos permite calificarlo incluso como de simple y llano hundimiento.
Pero si algo tienen las crypto-monedas es que muchas veces todas ellas están hermanadas por depender de una legislación común y, sobre todo, por una percepción como conjunto por parte tanto de las autoridades como del público en general. De hecho, como pueden leer en esta noticia de hace tan sólo unos días, la que es la segunda crypto-moneda por capitalización de mercado, Ethereum, sobre la que ya les hablamos en este análisis de El Blog Salmón y desde un prisma más generalista en este artículo de Xataka, ha acompañado a Bitcoin en su hundimiento de los últimos días: Ethereum ha llegado a corregir alrededor de un 50% desde el entorno de los 400$ hasta llegar a cotizar por debajo de los 200$, como pueden leer en esta reciente noticia.
Pero no podemos cerrar este punto sin nombrar que ya a finales de la semana pasada, sin gran motivo aparente, tanto Bitcoin como otras crypto-monedas experimentaron una fuerte recuperación en sus cotizaciones de entorno al 20% desde los mínimos mensuales marcados en los últimos días. Como pueden leer en esta noticia de Reuters, la reacción a supuesto un violento giro al alza, pero que, tras las importantes caídas de los días precedentes, y ante la ausencia de noticias relevantes que la justifiquen, debemos asumir que posiblemente esta subida no sea un nuevo cambio de tendencia, sino una mera reacción tras la fuerte corrección precedente.
De hecho, ya a finales de la jornada del pasado sábado, la alta volatilidad de esta particular montaña rusa parecía volver a imponerse, con Bitcoin volviendo a los números rojos, dejando bastante claro que este rebote podría ser una mera reacción tecnica como tiene cualquier otro activo o divisa que cotice: no olviden que las oscilaciones en las cotizaciones de Bitcoin y las otras crypto-divisas, al igual que en cualquier otro mercado, están sujetas a diversos factores, y uno muy importante sigue siendo la psicología de mercado con sus pánicos, euforias, reacciones y sobrerreacciones. Y a lo que asistimos no parece ser demasiado diferente a lo observado en este tipo de desplomes en el caso de otros activos y divisas cotizadas de naturaleza no criptológica.
Realmente, el riesgo cierto que tanto atemoriza a los crypto-mercados es si el anuncio de las autoridades chinas puede ser la gota que colma el vaso, y que estemos asistiendo al pinchazo de la potencial burbuja de crypto-divisas, de la que ahora tanto se habla en los medios "commodity", y sobre la que en El Blog Salmón fuimos uno de los primeros medios en alertarles en este análisis de mediados del pasado mes de Julio.
Pero no hay que dejar nunca de lado el optimismo cuando hay motivos para ello, y el mercado lo que tiene es que siempre brinda nuevas oportunidades. Realmente todo apunta a que la crypto-economía ha venido para quedarse. Supone un disruptivo avance con múltiples ventajas a varios niveles, con especial relevancia en lo referente a Blockchain y, por citar tan sólo unos ejemplos, la seguridad informática, el recorte drástico de costes, la eliminación de trámites jurídicos y sencillez de implementación que traen los contratos inteligentes, la liberalización de la financiación, o incluso la gestión económica participativa como les explicamos en este artículo sobre TheDAO.
Es por ello por lo que probablemente, aunque ésta corrección pudiera suponer un pinchazo definitivo de la crypto-burbuja, tras el hundimiento no deberíamos ver más que una oportunidad de compra de los crypto-activos que estén llamados a sobrevivir. Para poder seleccionar nuestras apuestas será esencial evaluar tanto la confiabilidad de los crypto-activos potencialmente supervivientes, pero también su funcionalidad y características técnicas: sean cautelosos y recuerden que la gran mayoría de cripto-divisas actuales emergidas al calor de la efervescente crypto-burbuja acabarán desapareciendo, y todo lo que quedará en manos de los inversores en ellas serán unos ahorros literalmente volatilizados, y de los que todo rastro serán unas inútiles ristras de ceros y unos en sus discos duros.
Pero... ¿Qué hay detrás de las contínuas idas y venidas de las autoridades chinas?
La historia de las autoridades chinas con respecto a Bitcoin podemos calificarla como mínimo de realmente sospechosa. El desarrollo de los acontecimientos se ha traducido en un constante ir y venir de "sé que se usa para soslayar mi férrea legislación monetaria y económica", pero "no me atrevo a acabar de prohibirlo de forma tajante e inmediata por lo que pueda pasar". Sólo las autoridades chinas saben a ciencia cierta qué hay realmente tras sus declaraciones y consiguiente legislación de Bitcoin, pero la hipótesis más probable que un servidor baraja es que esta sucesión de noticias e idas y venidas sea fruto de una estrategia muy planificada y perfectamente calculada. De hecho, es la estrategia de implementación menos dramática desde el punto de vista del mercado, asumiendo que hace meses que las autoridades chinas han podido decididirse por sacar a Bitcoin de su economía nacional.
La actitud del gobierno chino parece estar pasando por tratar de desinflar la bola de nieve económica en la que Bitcoin se ha convertido en aquel país con un contínua tira y afloja, que parece perseguir ir ahuyentado al usuario común de Bitcoin, para irle poco a poco asustando y que en aquel país Bitcoin vaya muriendo lentamente por sucesivos microinfartos, en vez de por un infarto fulminante. Para valorar el potencial impacto que podría haber tenido tanto en el ecosistema Bitcoin como en la amplia comunidad de Bitcoiners chinos, no deben olvidar que en muchos momentos (y de forma sostenida) durante la historia reciente de la crypto-moneda, la actividad de los Bitcoiners chinos ha llegado a suponer hasta un 90% de la negociación de la crypto-divisa.
No puedo negarles que estos movimientos puedan parecer muy extraños dada la posible determinación inicial de acabar con Bitcoin en China, pero es que hay que tener en cuenta que la crypto-economía en algunos países como el gigante rojo es tan importante que la evolución de los crypto-activos puede influir de forma importante en las políticas económicas de estos países. De hecho, una de las opciones que barajo para esas sucesivas y extrañas marchas atrás de las autoridades chinas es que el hundimiento demasiado profundo que estas noticias pueden causar en las cotizaciones de las crypto-divisas, dada la gran aceptación de estas monedas entre los usuarios chinos, pueda preocupar a las autoridades. La posible preocupación vendría porque la amplia adopción de los crypto-activos en China haría que su hundimiento demasiado apresurado disminuya la sensación (y la realidad) de riqueza de los ciudadanos.
El riesgo no era otro sino que a la caída de Bitoin en picado le acompañase una caída paralela del sentimiento del consumidor y el consumo de los particulares, con todo lo que ello implica a nivel macroeconómico. Mucho me temo que para las autoridades de los países con más aceptación de las crypto-monedas, éstas son ya un clásico caso de "Too big to fail". Puede que algunos de ustedes estén pensando en que esta idea no tiene mucho fundamento a primera vista, y es cierto que las cifras de capitalización de Bitcoin quedan empequeñecidas al ser comparadas por ejemplo con el PIB chino, pero lo cierto es que hay más de factor psicológico y de confianza en un crypto-activo que está en manos de muchos y en boca de casi todos: aunque no todos los ciudadanos tengan todo su dinero en Bitcoins, sí que el efecto psicológico es muy importante, máxime cuando los ciudadanos chinos ven en Bitcoin la via de escape a la férrea sobrerregulación estatal sobre la moneda fiat nacional y sus mercados de capitales.
Realmente la batalla contra Bitcoin de las autoridades chinas parece una batalla perdida. Sobrerregular y legislar taxativa y drásticamente el mercado suele traer consigo tan sólo el surgimiento de un potente mercado negro, como todo apunta que ocurrirá con Bitcoin en China de no ser que cambie el curso de los acontecimientos. La probabilidad de que esto ocurra se ve aumentada por el hecho de que Bitcoin parece que va a seguir teniendo valor tras su defunción oficial en China, y por lo tanto también lo seguirá teniendo para los ciudadanos chinos en ese potencial mercado negro: el valor que los ciudadanos chinos sigan viendo en Bitcoin será que ellos lo perciben como la escapatoria hacia su libertad económica (y dependiendo del caso, hasta personal).
Algo similar ocurrió con el mercado negro de dólares en la antigua Europa del Este comunista. Y el valor de Bitcoin se verá sustentado además por las políticas de otros países en los que, como en Japón, Bitcoin ha sido oficialmente declarado medio de pago legal según pueden leer en esta noticia. También hay que citar como creador de crypto-valor el reciente giro de las autoridades rusas, que si en su primera aproximación a la crypto-economía hablaban de prohibir taxativamente Bitcoin e incluso encarcelar a los Bitcoiners, posteriormente dieron un giro de 180 grados para pasar a abrazar el nuevo paradigma socioeconómico y tratar de sacar el máximo provecho de Blockchain y las crypto-divisas, según pueden leer en esta otra noticia. Otro ejemplo de políticas de bancos centrales que crean valor en Bitcoin y en la crypto-economía es la del Banco Central Finlandés, que recientemente ha adoptado una postura oficial permisiva y tolerante con Bitcoin, como pueden leer en este artículo de los colegas de Criptonoticias.
Vemos pues que la sucesión de los acontecimientos en China puede ser más un tema de confianza y de percepción que de pesos relativos de Bitcoin en el conjunto de su economía. Para casos como éste de Bitcoin, tal vez deberíamos acuñar el término "Too influential to (make it) fail" o "Demasiado influyente para (hacerlo) caer", en vez del clásico "Too big to fail". Efectivamente las autoridades chinas parecen haber optado por dinamitar de forma controlada el mercado de Bitcoins doméstico, pero la jugada es más que probable que les depare (negras) sorpresas. Al menos eso es lo que parece anticipar la saga de noticias procedentes de China sobre la crypto-economía en los últimos meses, y que pueden acabar teniendo como colofón final el surgimiento de un crypto-mercado negro en el gigante asiático.
Esta nueva faceta de Bitcoin supone un cambio en el crypto-experimento en el que nos vimos involuntariamente involucrados por Satoshi Nakamoto, que tiene sus (muchos) efectos colaterales lógicamente imprevisibles. Tal vez este "Too influential to (make it) fail" no sea uno de los principales efectos perseguidos por el visionario Nakamoto, pero ha acabado siendo uno de los efectos que hemos visto llegar a nuestro panorama socioeconómico. Y probablemente ha llegado para ya no irse jamás, porque Bitcoin está ya imbricándose en los sistemas y políticas económicas de muchos países, y, sin duda, a pesar de lo restrictivo del caso de China, legislar simplemente supone un paso más allá en admitir públicamente la progresiva penetración de Bitcoin en nuestros tejidos económicos. Al final, la conclusión deberá ser que la economía es lo que tiene: cuando un gobierno construye un dique de contención artificial en medio del curso de un río, en algún momento el agua acaba desbordando por otro sitio.
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