El Yuan cada vez gana más enteros para posicionarse como la principal moneda de reserva en un futuro no muy lejano, en un próximo concierto económico que sin lugar a dudas pasa por las economías emergentes en general, y China en particular.
Pero para ello, el Banco de China ha de avanzar respecto a ciertas obligaciones formales para que su apertura al exterior se produzca de la manera más armónica posible, es decir, sin distorsionar su mercado interior, ni alterar el equilibrio respecto al resto de divisas.
El principal problema es la amplitud necesaria en la banda de fluctuación de su moneda, aspecto que comporta cierto interés por suponer un serio riesgo de fluctuación de su tipo de cambio, que aumentaría la volatilidad y que complicaría las cosas para su mercado interior, muy castigado en los últimos meses por la alta inflación que padece.
Esta tarea es complicada, pero a la par necesaria, y además permitirá el engranaje del Yuan con el resto de divisas, permitiéndole alcanzar la posición natural que le corresponde, materializando una reconfiguración dentro de las principales monedas de reserva, y que sin lugar a dudas facilitará más si cabe a sus relaciones comerciales.
Como hemos comentado en estas páginas, la delegación china que hace unos días nos visitó está siendo la abanderada del Plan Marshall del siglo XXI, mostrando su potencial económico, prestando sus recursos a las economías tradicionalmente más fuertes, con el objetivo de retroalimentar el proceso para aumentar su poder de decisión dentro de la economía mundial. La adopción de estos formalismos permitirá a China alcanzar un papel aún más decisivo en la nueva economía, aumentando su credibilidad, su transparencia, y posicionándose en el lugar que le corresponde por naturaleza.
Vía | Cinco días
En El Blog Salmón | Yuan será la moneda alternativa al dólar
Imagen | davidden