Esta semana la economía griega ha vuelto a sufrir un nuevo varapalo, al ser considerada su deuda como 'bono basura' por parte de las tres principales agencias de calificación o rating, hundiendo un poco más si cabe las expectativas respecto a su recuperación financiera, y atacando otra vez más a la estabilidad de la eurozona, alimentando las pretensiones de sus detractores que esperan que caiga en forma de dominó.
Las agencias de rating, y en especial las más renombradas acaparan un poder de presión tremendo sobre los mercados, siendo capaces de afectar de manera muy notoria sobre las decisiones de inversión y financiación que se llevan a cabo diariamente.
Es cierto que a pesar de los compromisos adquiridos con la Unión Europea, con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y de los esfuerzos realizados, los avances reales en materia económica no son demasiados. Esa sería la única razón justificativa que cabría para una nueva reducción de la nota otorgada al grado de solvencia de su deuda pública. Tomando una actitud demasiado 'dura' a mi entender, al despreciar los avances que sí se han materializado como el notable descenso del endeudamiento y el cumplimiento de la hoja de ruta pactada.
Es posible que solo sea una impresión personal, pero de varios trimestres hacia acá he apreciado que algunas de estas agencias están aunando esfuerzos en pro de la dilapidación del proyecto europeo, intentando 'romper la cuerda' por la parte más débil. Mi opinión sobre estas por tanto no es muy buena, al haber demostrado que en ocasiones llegan a convertirse en meros especuladores que intentan manejar las circunstancias a su antojo o en línea al fin perseguido de quienes las alimenten.
Vía | Expansión En El Blog Salmón | Grecia Imagen | rafaelgomez