El renminbi, de moneda del pueblo a divisa mundial
El FMI ha ungido al yuan chino como la quinta moneda de su canasta instalándolo en la élite mundial de divisas y como moneda de reserva global. Esta medida allana el camino para un uso más amplio del yuan chino en el comercio y las finanzas. El yuan comparte así una posición de privilegio junto al dolar, el euro, la libra esterlina y el yen japonés. Hasta el momento, estas cuatro monedas formaban parte de los Derechos Especiales de Giro (DEG), una moneda artificial erigida en 1969 por el FMI y utilizada como unidad de cuenta para mantener algunos parámetros financieros semiconstantes.
Este será el primer cambio en la composición de monedas del DEG desde 1999 cuando el euro sustituyó al marco alemán y el franco francés. Es también un hito en la credibilidad internacional del yuan, una moneda creada después de la Segunda Guerra Mundial y cuya incorporación a la canasta del FMI fue rechazada en 2010 por no cumplir los criterios necesarios. La inclusión de la moneda china en la canasta del FMI es una clara indicación de las reformas que ha implementado el gigante asiático en los últimos años, como la apertura de sus mercados de bonos y divisas y la liberación de la moneda.
China es la segunda economía más grande del mundo y desde el estallido de la crisis financiera en 2008 trabajó para incluir al yuan en la canasta del FMI. En un discurso de 2009 el gobernador del Banco Popular de China, Zhou Xiaouchuan, señaló que un sistema global tan dependiente de una sola moneda -el dolar de Estados Unidos- era inherentemente propenso a las crisis. Esa convicción desató una campaña mundial por incluir al yuan en la cesta de monedas, para incentivar a los países a incluirla en sus reservas de divisas. Renminbi es el nombre oficial de la moneda y significa "moneda del pueblo" en mandarín; yuan es la unidad. Ahora, la moneda del pueblo entra a la gran liga de las monedas mundiales.
Menor ponderación a monedas europeas
La incorporación se hará efectiva el 1º de octubre de 2016 y el yuan tendrá una ponderación de 10,92 por ciento de la canasta. La nuevas ponderaciones de los DEG serán de 41,73 por ciento para el dólar; 30.93 ciento para el euro; 8,33 por ciento para el yen y 8,09 por ciento para la libra esterlina. En la actual ponderación el dólar representa el 41,9 por ciento de la canasta; el euro el 37,4 por ciento, la libra el 11,3 y el yen el 9,4 por ciento. Podemos ver que en la nueva configuración hay una clara disminución en la participación de las monedas europeas.
En un informe preliminar del FMI, se estimaba que el renminbi tendría un peso en los DEG entre el 14 y 16 por ciento. Sin embargo, las turbulencias financieras desatadas en China en los últimos meses pueden haber influido en la ponderación final. Así y todo se trata de un gran triunfo del gobierno de Beijing que busca reforzar su imagen en medio de la desaceleración de su crecimiento.
El FMI creó los Derechos Especiales de Giro (DEG) en 1969 para aumentar la liquidez global. Bajo el sistema de tipo de cambio fijo de Bretton Woods, los países tenían que anclar sus monedas al dólar de Estados Unidos. En este esquema, si un país quería aumentar sus reservas en dólares obligaba a incurrir en déficit de cuenta corriente a Estados Unidos. Los DEG atacaron este problema al servir como un activo de reserva complementario para aumentar las tenencias de oro y dólares. Los DEG no son técnicamente una moneda, pero dan a los países miembros el derecho a obtener cualquiera de las monedas de la canasta para satisfacer las necesidades de su balanza de pagos.