Los ministros de finanzas de las 20 mayores economía del planeta negaron al FMI el apoyo que solicitaba por 500 mil millones de dólares para ayudar a enfrentar la crisis financiera de los países europeos. El FMI, dirigido por Christine Lagarde, sufrió un severo traspié en Ciudad de México (donde se celebró la cita del G20), dado que esperaba reunir la primera parte de los 2 billones de dólares que requiere para amortiguar la crisis. Esta es la segunda vez que Lagardé se queda con las manos vacías. En la última cita de Davos también aseguró que iba a buscar dinero para Europa.
Mientras los líderes financieros niegan los recursos al FMI, se acelera la fuga de capitales en Grecia, Italia, Portugal y España. El ministro de finanzas griego Evangelos Venizelos dijo el viernes que desde el año 2009 más de 65 mil millones de euros han sido retirados de los bancos griegos. Esta masiva fuga de las cuentas corrientes también se realiza en España, Italia y Portugal, provocando la sequía bancaria o el fenómeno de la iliquidez. Esto será lo que buscará contrarrestar mañana miércoles 29 el BCE cuando abra el grifo del crédito barato a la banca por otros 500 mil millones de euros, tal como el regalo navideño que hizo en diciembre.
La fuga de capitales se ha intensificado en los países del sur europeo y Alemania se presenta como uno de los destinos prioritarios de estos flujos que desde el año 2009 han experimentado un tendencia creciente. Sólo en el último año las reservas de los bancos griegos han caído un 17%. En los últimos meses, el descenso para Irlanda es del 6%, en España del 3% y en Italia el 2%.
La fuga de capitales que viven estos países ha acentuado aún más el flagelo de la crisis y junto a los planes de austeridad y el desempleo creciente se ha convertido en el cóctel perfecto para convocar a una recesión que obligue a reducir aún más los salarios. El dinero huye de los países más endeudados para depositarlo en los países aparentemente más seguros como el Reino Unido, Alemania y Suiza, situación que puede alentar la creación de una burbuja en estos países.
El total de depósitos de Grecia cayó un 28 por ciento desde su máximo en junio de 2009, a 175 millones de euros, el nivel más bajo desde noviembre de 2006. Esta es la situación que ha llevado a las agencias de calificación a rebajar una y otra vez la calidad de la deuda helena, como ha hecho hace pocas horas Standard & Poor’s.
En España, los depósitos descendieron un 6% a diciembre, hasta 934 millones de euros. En Italia, los depósitos se redujeron a 974 millones de euros, el nivel más bajo en 18 meses. Esto forma parte de la fuga de capitales que algunos líderes europeos pretenden aminorar con la aplicación de la Tasa Tobin. Aunque hay que reconocer que es algo tarde para hacerlo.
A la inversa de los países más afectados, los depósitos en Alemania han subido un 10 por ciento desde mayo de 2010, cuando se concedió a Grecia su primer rescate. En Alemania, los depósitos han aumentado todos los meses y llegaron a los 2,15 billones de euros a finales de 2011. El deterioro de las perspectivas económicas, sociales y políticas que se manifiesta en los países del sur europeo alienta estos flujos de capital, que buscan la mayor disminución en los riesgos y las mejores condiciones de seguridad.
Esto demuestra que la crisis europea atraviesa un riesgo sistémico provocado por la pérdida de confianza en la banca y el sistema financiero. La gente ha comenzado a perder la confianza en mantener sus ahorros en los bancos de España, Portugal o Italia, tal como ocurrió con Grecia, y los traslada a un lugar más seguro, como los bancos de Alemania, Suiza o el Reino Unido. Sin embargo, lo que el público ignora es que estos sitios también se encuentran bajo un peligro latente, dado que es todo el sistema financiero el que se está derrumbando, y las autoridades no hacen más que dilatar una situación inevitable.
En El Blog Salmón | Nueve países de la UE piden urgencia para aplicar la “Tasa Tobin”, Continuarán los rescates a la banca europea para evitar el colapso del sistema financiero