Antes de la llegada de la actual crisis económica, el proyecto europeo fue un proceso sin marcha atrás en el que todas las piezas del puzzle parecían encajar perfectamente, pero desde la aparición de la recesión las dificultades económicas locales, tienden de manera natural a focalizar los recursos y los esfuerzos hacia la economía interior, dejando a un lado, o al menos con un énfasis mucho menor, los esfuerzos colectivos en pro del fortalecimiento de un área económica como es la Eurozona.
Estas controversias se han manifestado a pequeña escala en los últimos años, pero tras el rescate de Grecia, Irlanda y sobre todo Portugal, ha crecido de manera notable el número de euroescépticos, destacando las dudas de los finlandeses sobre la aprobación del rescate luso.
Naturalmente, en épocas de adversidad, cada cual se preocupa de limpiar su casa, descuidando las zonas comunes, y esto es lo que le está sucediendo a la Eurozona, y por extensión a la Unión Europea, poniéndose en cuestión y en peligro su futuro desarrollo, al cuestionar muchos Estados Miembros su importancia.
En mi opinión es legítimo que los distintos países decidan en cada momento cuáles son los derroteros que egoístamente más les interesan, pero eso sí, si algún eslabón se ‘suelta’ de la cadena, además de ponerse en entredicho la consecución de un objetivo global, se mostraría una terrible falta de previsión y de compromiso, puesto que sobre un proyecto tan a largo plazo como es el europeo, es conocido que ha de atravesar por etapas del ciclo económico muy diversas, y claro está que hay que estar preparado para luchar contra entornos adversos. ¿Esta en peligro la consolidación del proyecto europeo?
Vía | Reuters
En El Blog Salmón | La plana mayor europea aprovecha el foro económico de Davos para reivindicar la importancia del Euro
Imagen | Miala