Ayer hablé de la mejor forma para el jefe de dar la evaluación anual a sus trabajadores, ahora que estamos en tiempos de las reuniones donde se evalúa cada trabajador, su desempeño durante el año y los objetivos que se fijan para el o ella en el nuevo año.
Como dije, parte de este proceso incluye la reunión esperada y delicada que es la de recibir la evaluación y entender los objetivos para el nuevo año.
Cada trabajador también tiene interés que este proceso se cumpla, si es posible, de la forma más eficiente y menos conflictiva posible y con el mínimo de sangre por los suelos.
Durante este proceso, pueden surgir fuertes emociones, positivas y negativas, que ayudan o descarrillar el proceso y es mucho mejor que los dos lados en este proceso estén preparados para evitar la toma de actitudes que no son productivas. Emociones e impulsos, explicados en más detalle en el artículo de referencia, como pueden ser los siguientes:
- El temor.
- El perfeccionismo que nos hace exigentes sobre uno mismo.
- La desconfianza.
- La mente abierta a nuestros posibles fallos.
- El conocimiento de y confianza en uno mismo.
- La creación de colaboraciones para mejorar el rendimiento.
¿Listos para la evaluación?
Vía | Forbes (en inglés) En El Blog Salmon | La mejor forma de dar una evaluación anual y Evaluación periódica de nuestra situación laboral