De vez en cuando oímos como algunos piden la prohibición del efectivo. Muchas veces lo hemos visto como gente lo pide para acabar con el fraude fiscal o con la economía sumergida. El último ha sido un artículo publicado en el Financial Times, que habla de acabar con otra “reliquia bárbara”. Esto es una referencia a cómo John Maynard Keynes definió el oro en su momento.
Eliminar el efectivo tiene ventajas e inconvenientes, pero también una serie de consecuencias que habría que asumir. Algunas nos afectarían a todos y otras a los más débiles de nuestra sociedad. Aparte de que no veríamos el fin de las transacciones de dinero negro e ilegal, porque este ya puede ser electrónico.
Este debate viene porque en Dinamarca se va a permitir a ciertos negocios rechazar los pagos en metálico, no prohibirlos como se ha dicho por ahí. Creo que en su negocio cada uno tiene el derecho de aceptar el medio de pago que quiera (electrónico o físico), pero que en Dinamarca se vaya a dar más libertad a los tenderos ha hecho que muchos empiecen a imaginar una sociedad sin billetes ni monedas.
Ventajas de eliminar el efectivo
El artículo del FT, básicamente afirma que la existencia del efectivo limita la capacidad de los bancos centrales de aplicar la política monetaria. El argumento viene sobre que las tasas negativas sobre los tipos de interés son más complicadas de aplicar si existe efectivo. Hasta ahora las familias han usado el efectivo como un depósito de valor seguro en los tiempos difíciles, pero no se le pueden aplicar tasas de interés negativo a alguien que lo guarda en casa.
Es decir, si nuestros ahorros en efectivo en el banco en vez de darnos intereses nos costaran intereses, disminuyeran, estos supondrían que se nos forzaría a gastarlos o invertirlos en otro tipo de activos. Esto no es posible si los podemos transformar en billetes y guardarlos bajo el colchón (o en una caja fuerte), pero si no tuviéramos esa alternativa…
Por supuesto otra supuesta ventaja de acabar con el efectivo sería que muchas transacciones deberían de salir a la luz, de modo que se aumentara la capacidad recaudatoria del estado. También supondría una forma de limitar la capacidad de la economía sumergida y la actividad ilegal, que actualmente se mueve con efectivo.
Además se fomentaría la innovación tecnológica de los métodos de pago. Estoy seguro que pagar se volvería más fácil y menos engorroso, apareciendo nuevos sistemas alternativos a los actuales.
Desventajas de acabar con el efectivo
Empecemos con que** si nuestro banco quiebra**, perderíamos nuestros ahorros, esto no supone un riesgo si la cantidad es inferior a la cubierta por el FGD, pero este no lo puede pagar todo, como ya se ha comentado alguna vez.
Por otro lado, los bancos se encontrarían con muchas transacciones muy pequeñas, que tendrían que procesar, creando un problema informático sobre las mismas. También habría que ver hasta qué punto ciertos clientes muy pequeños o de bajo volumen como niños y estudiantes serían clientes interesantes. Hasta ahora los bancos han aceptado a cualquier cliente, pero eso no significa que vayan a seguir haciéndolo o que no opten por cobrarles comisiones.
También seríamos completamente dependientes de la tecnología. Si hubiera un fallo en el suministro eléctrico, en las telecomunicaciones, un fallo en los sistemas informáticos o un cyberataque, las personas se podrían quedar sin capacidad alguna para pagarse una botella de agua y algo de comida por ejemplo.
Además si el uso del efectivo se prohíbe, eso implicará que tendrá que haber penalizaciones por el mismo, las fuerzas del orden tendrían que dedicar parte de su tiempo a este delito, así como los sistemas judiciales y carcelarios, que ya están bastante colapsados.
También sería un problema para personas mayores o discapacitados que son incapaces de usar efectivamente el dinero de plástico. Un invidente no tendría forma de saber si le están cobrando diez o cien euros, porque los terminales no están adaptados. Tampoco facilitaría las cosas a la población no alfabetizada o con conocimientos muy básicos. Como saben trabajadores de sucursales bancarias, muchos van a primeros de mes a cobrar su nómina o pensión y se administran poco a poco con el dinero en efectivo.
Consecuencias de acabar con el efectivo
Como nos ha comentado un lector que ha tenido la amabilidad de contactar con nosotros, para sugerirnos el tema, las personas sin hogar y por tanto sin capacidad de tener una cuenta bancaria, dejarían de poder ser ayudadas con monedas o billetes. Los más pobres dependerían más de lo que el estado o las ONGs quisieran darles, y menos de la ayuda espontánea que reciben de la que muchos dependen para sobrevivir.
Es cierto que existen algunos casos de personas sin hogar que aceptan pagos electrónicos, por ejemplo en Estocolmo los que venden una revistas ya pueden hacerlo, pero esto es sólo válido para aquellos que se dedican a dicha revista y tras haber hecho un esfuerzo consciente. No estoy seguro que sea factible para aquellos que tienen problemas de comunicación o enfermedades mentales.
No me extrañaría que existieran problemas con el hackeo y manipulación de máquinas expendedoras en lugares públicos. Si meto monedas para sacar una lata de refresco, sé exactamente cuánto dinero estoy pagando, pero una máquina manipulada podría hacerme el cargo del euro de la lata y otro de nueve euros para el chorizo, porque ya tendría mis datos.
Existiría un problema grave en aquellas naciones con muchos inmigrantes ilegales, a los que no se les podría pagar el sueldo en efectivo. Eso podría suponer un problema social bastante grave que de repente millones de personas con muy pocos recursos se encontraran que se les niega su modo de ganarse la vida. Lo más parecido que se me ocurre es la serie “refugiados”.
También habría que ver qué sucede con la banca comercial que cambiaría su negocio. La vida sería más complicada para los pueblos pequeños sin sucursal bancaria. También se perderían muchos empleos asociados a la gestión del efectivo. Tanto de cajeros como de transporte y custodia del efectivo y de herramientas (cajas de seguridad, máquinas de contar dinero, etc.).
Por último,imaginemos que todas nuestras transacciones estuvieran registradas. Esto daría pie a que se pudiera auditar toda nuestra vida y nuestros gustos. Un ataque informático (cómo ha desvelado el de Ashley Madison) podría mostrar muchos aspectos de nuestra vida, por ejemplo nuestras preferencias sexuales, enfermedades, aficiones, etc.
Tampoco es necesario que se trate de un ataque informático, ya que esta información puede ser accesible a personas que no nos interese que la tengan o que se filtre por los encargados de custodiarla. Buena parte de nuestra intimidad podría ser revelada al mundo en cualquier momento. ¿De verdad queremos esto?
Personalmente creo que el precio a pagar por acabar con el efectivo sería mucho mayor que las posibles ventajas, dicho por alguien que apenas usa el efectivo en su vida diaria.
Via | FT, Zero Hedge, CNN Money, Forbes (todos en inglés)
En El Blog Salmón | Bancos centrales planean drásticas restricciones al uso del dinero en efectivo
Imagen | Cameron Norman