Evo Morales, va a financiar la campaña electoral para las elecciones de Bolivia con la módica aportación de 20.000 kilos de hojas de coca, con un valor estimado en el mercado de 60.000 euros. Esta financiación la obtiene mediante las aportaciones de los afiliados del sindicato del cual Morales es el máximo dirigente.
Justo un par de días después, el gobierno boliviano ha ampliado en 8.000 hectáreas la superficie en donde se puede cultivar la coca de manera legal y controlada. Según el gobierno boliviano, el pais consume mediante la hoja mascada de la coca el total de la producción pero curiosamente, 2/3 de la producción de hoja de coca boliviana, termina circulando por el resto del mundo bajo su clorhidrato, representando unas de 36.200 toneladas de cocaina.
De esas 36.000 toneladas, más del 70% se dirige a Europa y entra por nuestras fronteras, con un valor aproximado en el mercado negro de unos 3 billones de euros, estimando por lo bajo. Euros que se meten por la nariz o se fuman en plata el resto de ciudadanos del mundo, mientras las mafias de narcos siguen haciendo su agosto.
Es curioso cómo Naciones Unidas, UE, EEUU o cualquier otra organización o país con poder internacional no le corta las alas a éste mandamás de tres al cuarto y le prohiben la producción intensiva de hojas de coca. Me parece a mí que un pastel de billones de euros da mucho de sí y quizá a ninguno de los enumerados les interese que desaparezcan los polvitos blancos de la circulación de muchas narices.
Y ya que parece ser que no les interesa que desaparezca la coca, podíamos plantearnos legalizarla, porque yo también quiero mi parte del pastel vía impuestos de los enganchados que se perforan el tabique nasal, día sí y día también. Ya que nos toca pagarles las dexintosicaciones y asumir sus drogadicciones socialmente, que pasen también por caja cuando la compran.
Nota: Respecto a las drogas, todas se pueden obtener de manera sintética, pero en el caso de la cocaina, el coste de laboratorio es muy superior al coste de producción a partir de la planta. No sería asequible ni interesante para narcotráfico.
Vía | ABC
Imagen | Valerie Everest
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