El precio bajísimo de la electricidad en España debería atraer a la industria de todo el mundo. No está pasando por los impuestos y enormes tasas del sistema

El precio bajísimo de la electricidad en España debería atraer a la industria de todo el mundo. No está pasando por los impuestos y enormes tasas del sistema
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Históricamente los precios de electricidad en España eran altos comparados con países más industrializados como por ejemplo Alemania. Sin embargo esa situación ha cambiado desde 2022 de forma radical. España es ahora uno de los países de Europa con el precio spot diario más bajo.

En 2022, 2023 y lo que llevamos de 2024 el precio de la electricidad generada en España es más baja que en Alemania, Francia e Italia. Y la tendencia, que se puede ver en el mercado de futuros, seguirá en lo que queda de 2024 y en 2025. Con diferencias realmente grandes.

Los precios eléctricos, clave para la industria

Tener unos precios bajos de electricidad es clave para atraer industria e inversión. No solo las electrointensivas, como pueden ser fabricantes de acero o los datacenters, sino otro tipo de industrias cuyo consumo eléctrico siempre es relevante para que los productos fabricados sean competitivos.

Fuente: AEGE

Ahora que hay una tendencia de vuelta de la industria a Europa, todas las miradas deberían estar puestas en España, como un país ideal para que vuelva la fabricación: buen clima para atraer gente cualificada, mano de obra relativamente barata y más abundante que en otros países y precios eléctricos asequibles. Sin embargo tenemos un problema y son los costes regulados del sistema eléctrico.

Fuente: AEGE

El precio de la electricidad no es solo el spot

El problema que tiene España es que el precio de la electricidad no es únicamente el precio spot, el precio del mercado diario de la electricidad. Existen costes extra para el mantenimiento del sistema eléctrico y los impuestos. Y si comparamos el precio final de la electricidad para la industria España deja de ser competitiva.

Fuente: AEGE

Y es que los costes regulados son excesivos en España. Tanto que el año pasado ha habido un superávit de casi 3.000 millones de euros. En 2022 fueron de más de 6.000 millones. Urge reducir estos costes para hacer el país más competitivo. Y de forma urgente, pues las decisiones de muchas fábricas de volver a Europa se están tomando ahora.

Pero la cosa no debería quedar ahí. Algunos de los costes regulados son excesivos. Por ejemplo, estamos pagando las malas decisiones del pasado de tener déficit acumulado en el sistema. Usemos los superávits de los dos últimos años para pagar ese concepto y reduzcamos los costes que tienen que pagarse en cada factura.

Otra cosa que se puede hacer es hacer una auditoria profunda de los costes del transporte y distribución, pues son excesivos para el volumen de electricidad que mueve España y está siendo un gran negocio para Red Eléctrica (semi-pública) y las distribuidoras (privadas pero sin competencia).

Y que se implemente de una vez, y bien, el nuevo Fondo nacional de sostenibilidad del sistema eléctrico (FNSSE) para sacar todos los costes de las subvenciones a las renovables de la factura eléctrica. Aunque existen  críticas razonadas a la implementación, la idea es buena.

Y sobre todo, no metamos nunca más en la factura cosas raras: subvenciones a tecnologías inmaduras; cierre de plantas a medio construir; déficits artificiales y un largo etcétera. Ya está bien de restar competitividad al país jugando con la factura eléctrica.

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