Siempre se ha dicho que las emisiones de partidos de fútbol no son rentables, ya que los precios de los derechos son muy altos y los ingresos relativamente bajos (es complicado poner publicidad en un partido sin cabrear al personal), pero la “burbuja” siempre continuaba, principalmente porque llegaba un canal de televisión que quería darse publicidad y lograr más espectadores aún a costa de perder dinero.
Sin embargo hoy vemos que hay un partido de la selección española este viernes y todavía ninguna cadena ha pujado por él. El precio inicial eran 3 millones de euros y nadie pujó. El siguiente precio son 1,5 millones y sigue sin haber pujas. Seguramente se resuelva antes del viernes y al final se podrá ver en abierto (es de la selección y la ley dice que debe ser así) pero el precio estará muy rebajado.
¿Qué ha pasado? En realidad nada nuevo. El fútbol sigue sin ser rentable (sobre todo el fútbol en abierto o los partidos que no sean de equipos grandes), pero ahora las televisiones no tienen dinero que gastar para lograr espectadores y marca. La “burbuja” del fútbol ha llegado a su fin.
Esto es sólo el comienzo. Al final el fútbol vive del dinero de la televisión y si los precios se hunden los presupuestos de los clubes también. Si muchos equipos ya tienen problemas para sobrevivir con contratos hinchados imaginaos lo que pasará con contratos más razonables.
¿Quién sufrirá menos estas restricciones? Claramente los equipos grandes, principalmente Real Madrid y Barcelona, que tienen todavía tirón nacional pero sobre todo internacional. Serán capaces de generar ingresos fuera de España. Tampoco es algo nuevo, ahora mismo las empresas que funcionan son las que venden en el exterior.
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