El Estado Islámico y su lucrativo negocio del terror
El Estado islámico es rico, gana miles de millones de dólares con el contrabando de petróleo, el comercio de antigüedades, los impuestos y la esclavitud. Al mismo tiempo ha recibido numerosas subvenciones de occidente: desde dinero hasta las camionetas Toyota proporcionadas por Estados Unidos. Su cruel y mortífero negocio ha llevado al Estado Islámico a operar como una gran empresa multinacional.
La organización terrorista se vende a sí misma como una "marca". Sus combatientes visten con casacas, camisas y pantalones negros que combinan con zapatillas blancas. Se trasladan en las camionetas Toyota que Estados Unidos proporcionó a la "oposición moderada" del frente Al Nusra, como señaló el año pasado The Spectator y hace un mes Deutsche Wirtschafts Nachrichten.
El Estado Islámico ha consolidado su control sobre los suministros de petróleo en Irak y el norte de Siria y ahora preside un sofisticado imperio del contrabando con exportaciones ilegales que atraviesan Turquía, Jordania e Irán, de acuerdo con los contrabandistas y funcionarios iraquíes. Sus militantes controlan una docena de campos petroleros y fueron capaces de hacerlos rápidamente operativos con la instalación de refinerías móviles que permiten instalar el crudo en las rutas comerciales de occidente. En septiembre de 2014 el embajador de la UE en Iraq reconocía que Europa estaba financiando a ISIS por la compra del petróleo
Contrabando de petróleo
El contrabando de petróleo es una de las principales fuentes de ingresos del Estado Islámico. Como indica Financial Times, amigos y "enemigos" comercian con el petróleo de ISIS. Su nivel de producción, de acuerdo a El Economista, estaría entre 1,5 y 2 millones de barriles diarios (mbd), cantidad que lo ubicaría en el noveno lugar de los países productores de petróleo, poco menos que México (2,31 mbd) y Venezuela (2,37 mbd). Las ganancias petroleras ayudan a ISIS a pagar su creciente masa salarial: 600 dólares al mes para los combatientes y 1.200 dólares para los comandantes.
Gran parte de esta sofisticada estructura financiera contó con el apoyo de Estados Unidos desde 2010, como revela el documento recientemente desclasificado del Departamento de Defensa registrado en 2012. El objetivo inicial de Estados Unidos para apoyar a ISIS era desestabilizar el gobierno de Bashar al-Assad, considerado parte del "eje del mal" por la Casa Blanca.
Como indica Financial Times, el bloqueo al comercio de petróleo que controla ISIS ha sido uno de los objetivos prioritarios de la alianza occidental (EEUU, UK, Europa) contra el Estado Islámico. Sin embargo, la linea de camiones que transporta el petróleo de contrabando se extiende decenas de kilómetros y la coalición occidental ha hecho la vista gorda durante años. Y mientras más amenaza occidente con destruir al Estado Islámico, más campos de petróleo quedan en manos de este grupo para financiar su maquinaria del terror.
Según The Guardian, cada camión cisterna petrolero transporta 28 toneladas de petróleo que se compran en 4.200 dólares y luego se venden en Turquía o Jordania en 15.000 dólares. Cada traficante hace 8 viajes por semana y no se hace problemas para pagar unos 600 dólares a los guardias fronterizos. Total, la utilidad por camión es superior a los 300 mil dólares mensuales. La milicia de ISIS gana de esta forma cientos de millones de dólares a la semana con la venta de recursos energéticos robados. Antes de ISIS, los campos petroleros de Siria e Iraq producían 2 millones de barriles de petróleo al día que ingresaban al mercado tradicional. Desde el surgimiento de ISIS toda esa producción va al mercado negro.
Saqueo, impuestos y esclavitud
Pero el Estado Islamico no solo hace fortuna con el petróleo. El saqueo de las milenarias obras de arte de Siria e Iraq también le ha aportado cuantiosos dividendos. La vasta destrucción de sitios donde se encontraban reliquias arqueológicas consideradas patrimonio cultural de la humanidad, fueron robadas y luego vendidas a millonarios coleccionistas internacionales. Esta es una de las razones por las que el Estado Islámico hace volar en pedazos y con gran publicidad edificios históricos. Han sido saqueados y de su interior ha sido robado lo más valioso. Luego son dinamitados para borrar toda evidencia. Esto es lo que muestra la prensa. Nada dicen del saqueo.
Las reliquias de Palmira, Nimrud, Nínive y Hatra, se subastan en Londres tal como en 2003 se subastaban las reliquias de Samarra y Bagdad, donde comenzó la civilización, que fueron saqueadas por los soldados estadounidenses en la guerra que derrocó y luego asesinó a Saddam Hussein. De acuerdo con la Cámara Internacional de Comercio de Estados Unidos, el comercio de antigüedades de Irak se cuadruplicó en 2014. Como indica el Índice de Terrorismo Global, sólo en 2014 el Estado Islámico ganó más de 50 millones de dólares con el tráfico de antigüedades.
El Estado Islámico recoge también diversas tasas de impuestos. En las zonas donde ejercen el control exigen un impuesto de 10 por ciento sobre la renta y de 10 a 15 por ciento sobre las ventas, además de peajes y otras tarifas. Se llaman "impuestos", pero en verdad son "derechos de protección" para no ser saqueados por el mismo ISIS u otros subgrupos terroristas. Esto ha aumentado el impuesto al valor agregado y elevado el nivel de precios. Los que no quieren quedarse y deciden emigrar, como se ha visto en la masiva inmigración europea, deben pagar un "permiso" de 1.000 dólares.
Los secuestros y la esclavitud constituyen uno de los capítulos más sórdidos del Estado Islámico. A modo de recompensa, el ISIS obliga a las mujeres a casarse con los combatientes. Otras mujeres tomadas como rehenes son vendidas en otros países. Se estima que en 2014 el comercio de esclavos y mujeres les brindó ganancias por 45 millones de dólares. La violación de los derechos humanos es una fuente de terror y también una fuente de ingresos muy lucrativa que siguen la peor lógica económica del capitalismo: el mayor beneficio, con el mínimo esfuerzo.
Se estima que el Estado Islámico dispone de 500 millones de dólares en efectivo. Cuando el año pasado se tomaron la ciudad iraquí de Mosul, saquearon las pertenencias del banco central, oro incluido. Se ha determinado que el Estado Islámico posee más de 2 mil millones de dólares en activos, por lo que es el grupo terrorista más rico y publicitado de la historia.