El devastador terremoto de 8,9 grados en la escala Richter que sacudió a Japón ha tenido sesenta réplicas y un tsunami en curso que llegará a la costa Este del oceano Pacífico en las próximas horas. El diario El País informa que es el mayor de los últimos 140 años y se reportan más de 1.000 muertes. Hay daños considerables en edificios, fábricas e infraestructuras. El Banco de Japón se ha comprometido a apoyar a los mercados financieros con liquidez y celebrará una reunión el próximo lunes para anunciar medidas concretas.
Aparte de la tragedia humana, se espera que el terremoto tendrá un impacto negativo en la economía en el corto plazo, pero en el mediano y largo plazo puede marcar una importante tendencia favorable. Los mercados de valores asiáticos cerraron con pérdidas, el Nikkei-225 de Japón cayó un 1,72 por ciento. También hubo un ligero desplome en los futuros de petróleo, en las bolsas europeas y en las compañías de seguro. El yen japonés se recuperó, a pesar de tono pasivo del Banco de Japón. La razón fundamental es la repatriación de los flujos esperados; las compañías de seguros (nacionales y extranjeras) deberán realizar pagos a entidades japonesas para cubrir los daños, por lo que tendrán que convertir divisas extranjeras en yenes nipones.
Este sismo es el quinto mayor registrado en todo el mundo desde 1900 por el Servicio Geológico de Estados Unidos. Es mucho más grande que el terremoto que devastó a Tokio en 1923 matando a 143.000 personas, y también mayor que el terremoto que sacudió a Kobe en 1995 matando a 5.502 personas. En esta última catástrofe el yen se remontó un 5 por ciento frente al dólar de Estados Unidos en los tres meses siguientes.
Esta vez, el yen descendió en forma pronunciada pero se recuperó a las pocas horas. Si bien la catástrofe ha causado estragos que aun son imposibles de dimensionar y que hundirá a la economía nipona en el corto plazo, se espera que en el mediano plazo la economía repunte con fuerza. Japón tiene experiencia en los desastres naturales y ha demostrado su capacidad para recuperarse de estas catástrofes. Cuando ocurre un desastre natural, las economías competitivas y modernas como Japón rápidamente financian los esfuerzos de reconstrucción, recurriendo a los ahorros y préstamos. Esto puede marcar un repunte importante para la economía nipona tras la conmoción inicial de la tragedia humana.
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