Ya hablamos ayer sobre el modelo de EEUU y dejamos abierto un modelo intermedio entre el despido libre y gratuito de este país y el modelo de países como España donde el trabajador disfruta de una cierta protección económica ante el despido. Pero, ¿no podríamos aunar lo mejor de los dos mundos?
Los daneses tienen un modelo intermedio al que se le conoce como Flexiguridad. ¿En qué consiste? Básicamente, despido libre y gratuito para las empresas pero no por ello pérdida de derechos sociales para los trabajadores. Y además un sistema de control de parados para evitar abusos. Entremos en detalles.
Una empresa danesa, por ley, no tiene que pagar nada a un trabajador despedido. Eso no quiere decir, como ya comenté ayer en la entrada de EEUU, que las empresas no ofrezcan indemnizaciones en los contratos. De hecho muchas empresas lo hacen, como ventaja social.
Sin embargo, si un trabajador es despedido, tiene unas condiciones de desempleo muy favorables. 90% de su sueldo en subsidio de desempleo (máximo 2000 euros), cuatro años de paro y un seguimiento muy cercano de su caso por los servicios de empleo para lograr colocarle. Si se detecta que el parado no tiene intención de tener un empleo y vivir del paro, se le retira el subsidio. Es decir, el trabajador tiene protección y no puede abusar de ella. Y la empresa tiene muchos incentivos para contratar, porque es muy fácil para ella reducir personal si las cosas van mal.
¿Cómo es de efectivo el modelo? Antes de la crisis la tasa de paro de Dinamarca era la más baja de la UE, por debajo del 4% y la mitad de la media. Además sus trabajadores tenían más trabajos de media a lo largo de su vida laboral que la media de la UE. ¿Y ahora? Tienen una tasa de paro del 7%, en la UE solo por encima de Bélgica y Holanda y países pequeños (Malta, Chipre, Luxemburgo…). Su modelo ha resistido bien la crisis.
¿Cuál es la pega del modelo? Es muy caro. No sólo por los subsidios, sino por el seguimiento cercano del parado. Antes no existía este seguimiento cercano y había abusos y una tasa de paro más alta. Desde que hay un seguimiento cercano se evitan los abusos, pero a costa de un gasto abrumador. Dinamarca es uno de los países con los impuestos más altos del mundo. Y estos impuestos recaen principalmente sobre el trabajador, no sobre las empresas.
¿Queremos este modelo? Puede sonar idílico, pero recordemos los problemas presupuestarios que tiene España. Si no generara empleo rápidamente podría ser una sangría de recursos. Pero lo cierto es que en Dinamarca funciona bien.
En El Blog Salmón | Flexiguridad: el nuevo concepto laboral, Reforma del mercado laboral: el modelo de EEUU
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