Elegir una ingeniería como estudio universitario no es ideología, es lo razonable según los datos. A no ser que tus padres sean ricos

Elegir una ingeniería como estudio universitario no es ideología, es lo razonable según los datos. A no ser que tus padres sean ricos
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Pese a que siguen apareciendo noticias que cuestionan la relación entre ciertas titulaciones académicas y la calidad de vida (el famoso: las carreras de ciencias y tecnología, garantizan un futuro mejor y los cuestionamientos que suelen hacerse a este "sesgo"), por ahora, los datos parece que no mienten.

Es posible que ser uno mismo, sea lo más eficiente a largo plazo, y que el énfasis en carreras de ciencias en detrimento de las humanidades tenga una explicación multicausal (ideologias, estereotipos...), pero que las carreras técnicas y científicas tienen mejores perspectivas laborales es un hecho.

La ciencia tras una buena elección

Los resultados públicos que pueden consultarse sobre los egresados de carreras técnicas y científicas parecen negar ese sesgo ideológico científico-técnico.

De este modo, un graduado en Filosofía es poco probable que trabaje de lo que ha estudiado (65 % no se dedica a nada relacionado); ni de Historia (tasa de empleo 71 %; 38 % fuera de su área), Bellas Artes (el 45 % de los que trabajan no lo hacen en su área) o Educación infantil (31 % subempleados, 28 % a tiempo parcial).

Los datos de la carrera de Turismo, por ejemplo, donde el 40 % de los graduados afirma que su título no le sirvió para encontrar trabajo y el 30 % está por debajo del umbral de pobreza en España, son ilustrativos. Los egresados trabajan en el 81 % de los casos, pero el 60 % en un puesto que no requiere su nivel de estudios y el 45 % fuera de su área.

Incluso en profesiones que, estos últimos años, han tenido un gran auge, como la Psicología, la tasa de empleo alcanza el 82 % (y el 32 % trabaja en un área distinta de sus estudios).

Por el contrario, los datos para los graduados en Informática (96 % trabajan, 89 % en su área); Medicina (tasas de empleo del 95 %, 99,5 % en su área) o Ingeniería industrial (95 % de empleo, 92 % en su área) son mucho más optimistas en lo que se refiere a expectativas profesionales. También los sueldos, que son cuantitativamente superiores, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) y el análisis que preparó el tuitero Jon González, hace unos días, grado a grado.

Menos oportunidades, más pobres

En este sentido, un grado en Educación infantil, Turismo, Trabajo social o carreras humanísticas, se correlaciona con un nivel de ingresos menor y menor número de oportunidades (por regla general, un alto porcentaje de los egresados cobran menos de 1.500 €), mientras que las carreras científicas y técnicas mantienen mayores tasas de empleo, permanencia en el campo profesional y mayores ingresos.

En esta época, de grandes cambios auspiciados por la tecnología y la inteligencia artificial, no sabemos (probablemente, como nunca antes) cómo estará el mercado en cinco, diez o veinte años: ¿será más fácil reemplazar a un ingenierio que a un psicólogo?, ¿a un matemático que a un profesor?

No obstante, hoy por hoy, sin atender a otros indicadores (vocación, intereses personales...), las carreras técnicas parecen una mejor opción de futuro. Si tenemos la vida asegurada por un buen nivel de renta familiar, quizá no sea tan relevante; si no, por ahora, la ingeniería sigue teniendo mejores perspectivas laborales que la psicología.

Queda para otro artículo valorar si calidad de vida debe restringirse a empleabilidad, permanencia en el sector e elevados ingresos (sin duda, son tres de los principales factores) o nos dirigimos hacia un cambio tecnológico que puede variar estos porcentajes y necesidades, en parte, debibo a la automatización. En cualquier caso, hoy los datos son los que son.

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