Cualquiera diría que en toda España hay una campaña para que todos aquellos que pueden hacerlo emigren. Tenemos a españoles por el mundo mostrándonos que bien les va en cualquier lugar exótico, a políticos recomendando que nos vayamos de España y ahora a la Junta de Andalucía ofreciendo puestos de trabajo fuera de España.
Por suerte parece que se empieza a conocer la otra cara de la moneda, inmigrantes a los que les va mal por ahí fuera. Un piso patera de españoles en Londres, un español viviendo en la calle en Noruega… No está de más que se vea que salir de las fronteras puede salir mal. Porque animar a la gente a dejar su país sin conocimiento alguno del idioma del país al que van, sin saber inglés y sin formación útil demandada en el país de destino me parece bastante irresponsable. Aparte de que no es una solución, se trata de esconder lo que no nos gusta debajo de la alfombra y exportarle el problema a otro.
Salir de un país a buscarse la vida a otro no es una decisión fácil, y ha de ser meditada con mucho cuidado. Hay que tener en cuenta que muchas veces lo que se demanda fuera es lo mismo que se demanda dentro de España y precisamente quien lo tiene más fácil para emigrar son aquellos que lo tienen más fácil aquí. Pero se trata de una decisión que puede salir bien o mal, no de la garantía de éxito profesional y personal que se intenta vender últimamente.
En El Blog Salmón | Emigrar a Alemania ¿con master o sin master?; la duda de un lector y Ser un español por el mundo no es tan bonito