El estado lleva 10 años tratando mejor al pensionista que a los jóvenes. Aun así, los jubilados planean protestas

El estado lleva 10 años tratando mejor al pensionista que a los jóvenes. Aun así, los jubilados planean protestas
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Acaba el verano y con ello la vuelta a la rutina para muchos, entre ellos para miles de jubilados que volverán a salir a la calle en toda España, cada lunes, para seguir reclamando la subida de sus pensiones. Un incremento que, a su juicio, es un derecho, pero que sigue asfixiando a las nuevas generaciones que se ven abocadas a compensar, con sus nóminas, la hucha de las pensiones.

Los pensionistas amenazan con endurecer el ritmo de sus protestas y acciones en las calles, especialmente ante las instituciones públicas, por lo que se divisa un ‘nuevo otoño caliente’, en el que las marchas en defensa del sistema público de jubilación y de la Seguridad Social continuarán.

Su objetivo no es otro que derogar las contrarreformas que en los tres últimos años ha llevado a cabo el Gobierno de Pedro Sánchez, según afirma Damián Rodríguez, portavoz de la Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones (COESPE) en Madrid.

Pese a las quejas de los pensionistas, este grupo poblacional ha conseguido más beneficios desde la gran crisis financiera de 2008, que azotó a la economía española, que los jóvenes. De hecho, sus salarios han crecido menos de lo que se han revalorizado las pensiones desde el estallido de la denominada como gran recesión.

Solo en el año 2022, el sueldo medio de un joven entre 16 y 24 años era de 1.315 euros al mes en 12 pagas, un discreto 12,1% más que en 2008. Para los jóvenes entre 25 y 34 años el sueldo medio era de 1.850,55 euros al mes (un 14,2% que antes de 2008), según datos del INE.

Las pensiones han conseguido revalorizaciones acumuladas de un 14,6%. Hasta 2022, la pensión media de jubilación había pasado desde los 814 euros al mes en 14 pagas en 2008 hasta los 1.254 euros al mes en 2022, es decir, un 54%. En este aspecto no solo influye la revalorización de las prestaciones, sino también la entrada en el sistema de pensiones de jubilados con prestaciones más elevadas.

Pérdida de poder adquisitivo generalizada

Si se apuesta solo por contentar a los pensionistas, en detrimento de las nuevas generaciones, España se estará condenando al ostracismo a corto plazo. Y es que jóvenes y pensionistas han sufrido una gran pérdida de poder adquisitivo desde 2008. Si los precios han subido un 26% en 15 años, pero los sueldos de los jóvenes apenas han subido entre un 12% y un 14%, la crisis está garantizada.

Sin embargo, la revalorización de las pensiones, hasta 2022, ha acumulado un 14,6%, lo que implica una pérdida de 10,8 puntos de poder adquisitivo, mientras que los salarios de los jóvenes han sufrido una pérdida de entre 11 y 13 puntos. La pensión media de jubilación es superior al salario de los más jóvenes. El salario de los más jóvenes en 2022 era de 1.315,150 euros de media, siendo la prestación por jubilación de 1.463 euros de media.

Una situación crítica

El futuro de España es incierto y se enfrenta a un grave problema de déficit demográfico, el cual impide compensar las menores remuneraciones a las que pueden acceder los trabajadores más jóvenes. Una situación muy desigual si se compara con sus antecesores sénior que desempeñaron las mismas funciones.

Actualmente, ni el volumen retributivo ni los trabajadores que aportan capital a la hucha de las pensiones pueden mantener el sistema con un ‘colchón’ holgado, sino que simplemente se logra el equilibrio a duras penas.

La situación está siendo analizada por lupa por la Comisión Europea, que de aquí a 2050, estima un déficit medio anual del 2,6% del PIB. Por tanto, se estaría hablando de una brecha recurrente entre ingresos y gastos de 39.000 millones de euros.

La Encuesta de Estructura Salarial, publicada por el INE, señala que los nuevos jubilados procedentes del régimen general de asalariados acceden a pensiones hasta un 44% más altas que los sueldos que perciben los trabajadores menores de 30 años.

Desde Moncloa se sigue trabajando en mejorar las pensiones que reciben los jubilados, descuidando la situación de los jóvenes. Las últimas estadísticas señalan que los menores de 20 años perciben menos de la mitad que los recién jubilados (10.597 euros anuales). Los jóvenes de entre 20 y 25 años poseen unas rentas salariales en torno a los 15.181 euros anuales (un 31% menos que los recién jubilados) y los jóvenes de entre 25 y 29 años, con rentas de 20.459 euros anuales, un 8% menos que las pensiones de quienes acaban de acceder a la jubilación.

La evolución del sueldo medio en España no es positiva. Los trabajadores más jóvenes están llamados a sostener, con sus contribuciones a la Seguridad Social, las rentas pasivas de jubilación. Esta situación provoca una situación de tensión, ya que se precisa, de media, 40.000 millones de euros para afrontar el déficit contributivo. Por si fuese poco, si se suman el saldo del sistema de Clases Pasivas y el déficit de cotizaciones que se cubren por Presupuestos Generales del Estado, la cifra asciende hasta los 56.000 millones de euros.

Mientras los jubilados siguen saliendo a la calle para reclamar mayores ingresos, el país se sigue asfixiando. Los jóvenes no pueden hacer frente al pago del actual sistema de pensiones, en aumento por la jubilación de los ‘boomers’ y, al perder poder adquisitivo, no pueden independizarse, acceder a una vivienda y, ni mucho menos, formar una familia.

De reducirse la tasa de natalidad, por tal de aumentar las pensiones de los jubilados, España está condenada a una crisis insoluble. Y es que España es de los pocos países de la zona euro en los que se vela más por la calidad de vida de los jubilados que de las nuevas generaciones.

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