Por qué Yolanda Díaz se equivoca al querer prohibir todos los EREs de empresas en beneficios. La flexibilidad es buena para el empleo

Por qué Yolanda Díaz se equivoca al querer prohibir todos los EREs de empresas en beneficios. La flexibilidad es buena para el empleo
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Hace unas semanas Yolanda Díaz, vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, anunció que estaba estudiando un cambio de normativa para impedir que las empresas con beneficios se pudieran acoger los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE).

El contexto de todo esto era el ERE presentado por Vodafone España (recientemente vendido a Zegona) por un tercio de la plantilla. Curiosamente Vodafone España lleva diez años en pérdidas, pero esa es otra historia.

La normativa de los ERE

Hay que recordar que las empresas que quieren reducir su plantilla están obligadas a presentar un ERE en ciertas condiciones. En el caso de empresas de más de 300 trabajadores si despiden a más de 30 empleados durante un periodo de 90 días.

Si se modifica la ley como indica la ministra de Trabajo, las empresas con más de 300 trabajadores que se encuentren en beneficios no podrían despedir a más de 30 empleados, ya que tendrían que presentar un ERE y esto sería imposible debido a su situación económica.

La flexibilidad de las empresas

En un principio y con una lectura inicial la propuesta puede tener sentido: si una empresa tiene beneficios no tiene que reestructurarse y por tanto no necesita desprenderse de más de un 10% de la plantilla.

Pero hay muchos ejemplos que indican lo contrario. El mundo es muy cambiante y las empresas tienen que reestructurarse rápido si es necesario. El típico ejemplo es la IBM de los años 80, dominando el mercado de los PC.

En 1990 batió todos los récords de beneficios, con casi 6.000 millones de dólares. En 1991 ya estaba en pérdidas, que aumentó en 1992 y en 1993 dio unas pérdidas de casi 8.000 millones de dólares, cosa que ninguna empresa de EEUU había hecho hasta entonces.

¿Qué le pasó a IBM? Que estaba dejando de dominar el mercado de los PC y su estructura de costes fijos era muy grande. Debía reorganizarse. A partir de 1993 dejó de lado los productos y empezó a centrarse en servicios, volviendo a ser una máquina de generar dinero.

Sin embargo si se hubiera reestructurado antes no habría tenido esas pérdidas. Que pudo soportar de milagro, otras empresas como Kodak no lo lograron y tuvieron que pasar por un concurso de acreedores.

En la industria solo hay dos formas de innovación: o con empresas flexibles o con startups que se comen el mundo. Si quitamos la posibilidad de que las empresas se reestructuren cuando consideren que el mercado lo requiere estamos condenando a muchas empresas a desaparecer, aunque unos años antes estuvieran dando beneficios. IBM lo vivió en sus carnes en los años 90 y ahora el mundo funciona incluso más rápido.

Las relaciones laborales en España

En las relaciones laborales entre empresa y empleados tiene que haber un compromiso entre la flexibilidad que requieren las empresas y la protección social del empleado. Tener costes de despido es una razonable protección, y en España hay unos claros costes que además son bastante elevados comparados con otros países prósperos.

Decantar aún más la balanza hacia los empleados no es bueno para las empresas y esto tiene un impacto en el empleo, tanto por la futura reticencia de las empresas a crecer en número de empleados cuando las cosas vayan bien como por la destrucción de empleo vía quiebras empresariales.

Y por supuesto que no estaríamos teniendo este debate si no fuera por la tasa de paro que tenemos. En sociedades no tan lejanas, con paros que en los casos extremos llegan a la mitad de lo que vemos ahora en España, no hay necesidad de tocar tanto las leyes laborales y proteger tanto a los trabajadores porque si uno pierde el empleo lo logra casi de inmediato.

El mercado en España sigue siendo disfuncional y los políticos siguen proponiendo medidas absurdas que quitan el foco de lo importante: necesitamos que haya más empresas con ganas de crecer y una regulación laboral que no les asuste a la hora de contratar.

Imagen | Ministerio de Trabajo y Economía Social, Pixabay

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