Se ha publicado el informe "Digital Economic Opportunity in Spain" en el que se abarca un tema vital para este siglo: La disrupción digital. Una cuarta revolución industrial en la que se sobrepasan las fronteras y físicas con las digitales, creando nuevos ecosistemas empresariales y nuevos empleos.
En España tenemos un grave problema en relación a la digitalización ya que es la decimocuarta economía del planeta aunque ocupamos el puesto cuadragésimo quinto en lo que respecta al desarrollo de la digitalización (Imagen del estudio: España 4.0 el reto de la transformación digital de la economía).
Asimismo, España ocupa el puesto decimocuarto entre los 28 Estados miembros de la Unión Europea en el Índice de Economía y Sociedad Digital de la Comisión Europea. A pesar de esta posición intermedia, España ha mejorado su puntuación en todas las dimensiones medidas, a excepción del capital humano.
¿En qué ha fallado España para retrasar su digitalización?
En relación a la media europea, España tiene problemas especialmente en su conectividad y capital humano.En conjunto, España ha mejorado ligeramente su puntuación en todas las dimensiones medidas -conectividad, uso de internet, integración de la tegnología digital y digitalización de los servicios públicos- a excepción del capital humano, donde ha obtenido una puntuación inferior a la del año pasado.
En el terreno empresarial, nos encontramos en una situación de bajos salarios en las empresas TIC, unos niveles de desempleo que aún habiendo descendido siguen siendo notablemente altos, una baja movilidad geográfica que nos lleva a fuertes desequilibrios en el mercado laboral.
No acaban aquí los problemas para las empresas, pues se encuentran sometidas a un marco regulatorio que no se ha adaptado a la realidad tecnológica, escasos ecosistemas de innovación y un acceso limitado a la financiación también que conlleva a ralentizarse el ritmo de transformación digital empresarial en España.
Las empresas españolas no se han caracterizado en la inversión en formación digital, un hecho que conlleva que los empleados no tengan una capacidad de reciclaje para la adopción de este entorno digital.
Desde el punto de vista de los consumidores, también existe una problemática porque el comportamiento de los clientes españoles es más tradicional que en otros países (por ejemplo, el consumo del comercio electrónico), por lo que las empresas han contemporizado algunas inversiones digitales a medida que el comportamiento de los clientes españoles sigue evolucionando.
El problema del capital humano, un objetivo esencial
A pesar del creciente número de españoles que se conectan online, los niveles de competencias digitales básicas y avanzadas siguen estando por debajo de la media de la UE.
Sólo el 53% de las personas de entre 16 y 74 años de edad poseen competencias digitales básicas frente al 56 % en la UE y los especialistas en TIC representan una proporción inferior de la mano de obra 2,4 % frente al 3,5 % en la UE.
España está teniendo un buen comportamiento en lo que se refiere a la titulación vinculada a la ciencia, tecnología y matemáticas con 21 titulados por cada 1.000 personas.
Conscientes de la problemática, ya se están tomando medidas para mejorar la adecuación e integración de los titulados universitarios en el sector productivo, el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, en colaboración con la Seguridad Social, ha puesto en marcha un Mapa de Empleabilidad como herramienta para adecuar la oferta y la demanda**.
En cuanto a las competencias digitales de los profesores, se ha puesto en marcha el marco de competencias y competencias digitales basado en el plan de cultura digital. España también ha promovido el desarrollo de cursos masivos abiertos online y métodos de enseñanza innovadores en la enseñanza superior.
En último lugar, España ha puesto en marcha Erasmus+, un programa europeo para promover el aprendizaje centrado en el estudiante y las competencias sociales.
¿Por qué es vital el proceso de digitalización?
En primer lugar, hay que decir que no promover un proceso de digitalización ha supuesto un gran coste de oportunidad en términos económicos. Sin embargo, no todo está perdido, acelerar un proceso de transformación digital en España proyectaría para la economía 48.000 millones de euros adicionales en su PIB para 2021.
El retraso de digitalización afecta a la contribución digital al PIB español que está claramente por detrás de los líderes mundiales. En Estados Unidos y Reino Unido, la contribución digital sobre el PIB es superior al 30%, mientras que en España está ligeramente por debajo del 20%.
La transformación digital en la economía genera un efecto multiplicador en su eficiencia. Estos esfuerzos no significan necesariamente una mayor inversión por encima de los planes actuales, sino una reasignación más eficiente basada en las necesidades de la economía española.
Por ahora, los sectores que se lideran la transformación digital son telecos, turismo y el sector financiero. Para el sector financiero tradicional es de suma importancia esta transformación ya que se enfrenta al desafío Fintech que le ataca a sus principales líneas de negocio.