Es curioso cómo gestionamos las atribuciones públicas, los intereses políticos por encima de los interese económicos y los "fregados" en los que e colocan nuestros representantes electos legítimamente por las urnas cada dos por tres. Toda esta intro la hago para que nos situemos en la situación y coyuntura actual de Catalunya y una de sus empresas privadas participadas, Spanair mediante el Instituto de Finanzas Catalanas, IFC.
La Generalitat ha tenido que librar un crédito de urgencia de 10,5 millones de euros a Spanair mediante el IFC para que la aerolínea no se vea abocada al cierre. Esta operación, que tiene un volumen considerable, viene a empeorar más aún las cuentas catalanas. Recordemos, que hace muy poco, la comunidad catalana ha tenido que recurrir a la financiación minorista mediante la emmisión de bonos patrióticos para poder llegar al final del 2010. La situación de Spanair es tan crítica que si no llega a recibir el crédito, la compañía hubiera paralizado las operaciones. En esta tesitura, una aerolínea con un porcentaje de capital público que oscila entre el 35% y el 45% debe replantearse su función en el aeropuerto de El Prat.
Las inversiones estratégicas, que son el argumento de los políticos catalanes para mantener Spanair en el aire, deben tener un límite y deben adaptarse a la realidad económica y social del entorno. Me parece perfecto que Barcelona tenga un hub al estilo Madrid - Barajas con Iberia, pero para que esto tenga sustento, la economía, el turismo, la población... la evolución de la demanda de transporte aéreo debe acompañar a esas inversiones.
A día de hoy Spanair es un pozo sin fondo y no es lógico que la Generalitat esté atravesando momentos financieros muy complejos y siga manteniendo inversiones totalmente ruinosas como Spanair. A corto y medio plazo, esta aerolínea y las políticas comerciales que siguen, son una verdadera ruina que se tapan con el dinero público gestionado por la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona. No se puede gestionar peor.
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