Parece ser que el Gobierno y la Iglesia Católica están ultimando las negociaciones sobre la financiación de la Iglesia para los próximos años. Actualmente los contribuyentes pueden señalar una casilla en la declaración del IRPF para donar el 0,5239% a la Iglesia, a ONGs o a ambos. Pero cada vez menos gente marca la casilla de la Iglesia, por lo que el Estado aporta de los presupuestos unos 30 millones de euros al año en concepto de adelantos (aunque nunca han sido devueltos).
La idea que tiene la Iglesia para solucionar sus problemas financieros es que se aumente el porcentaje de la declaración del IRPF que se dona hasta el 0,8%, como se hace en Italia. En cambio el Gobierno no está de acuerdo y se baraja un 0,7% y la supresión de los adelantos. En el partido del Gobierno hay mucha división en este tema, ya que hay partidarios de suprimir toda la financiación pública. A mi personalmente esta útlima me parece la postura más razonable. Se debería suprimir directamente la opción de donar a la Iglesia y a las ONGs parte del IRPF. Si al Estado le sobra este dinero, que se devuelva a los contribuyentes, y que cada cual haga lo que quiera con el dinero. Donarlo a la Iglesia Católica, donarlo a otras confesiones religiosas, a las ONGs que elija uno y no las que elija el Estado o directamente gastárselo en otros menesteres. En otros países, como Alemania simplemente por ir a la Iglesia hay que pagar una cantidad mensual, no muy elevada, unos 30 euros, para poder hacer frente a gastos. Y para incentivar que dicho dinero se done se pueden crear desgravaciones fiscales.
Si cada vez menos gente marca la casilla por algo será. ¿No estará sobredimensionada la estructura de la Iglesia para el número de fieles actuales?