Llevaba ya una pequeña temporada sin recomendar ningún libro y vamos a corregir estas laguna ya mismo. Y ya puestos a retomar las reseñas literarias, nada mejor que hacerlo con La maquinaria de la libertad, de David Friedman. Para aquellos no versados en genealogía es, efectivamente, el hijo de Milton Friedman. Como dice Albert Esplugas en el fantástico prologo a la edición española de este libro, el propio David y su hijo Patri Friedman son una demostración de que en esta saga familiar cada generación se radicaliza aún más, entendiendo como radical aquello que va a la raíz de las cosas.
Si bien la edición en español que comento es muy reciente, del 2012, la primera edición data del 1973, habiendo tenido otras tres ediciones posteriores, y convirtiéndose en una de las obras de referencia, como material divulgativo, del movimiento anarcocapitalista. Un clásico de una tendencia que, si en los 70 era algo así como inconcebible, ya en el siglo XXI se ha hecho su hueco y difícilmente van poder orillarla sin más (y esto lo dice alguien que, por enésima vez, insiste en no considerarse anarcocapitalista aunque los mire con simpatía). El carácter evangelizador, en el buen sentido de la palabra, de resolución de dudas y conflictos, se refleja en el subtítulo que no aparece en la portada española, siendo una lástima ya que retrata perfectamente el contenido de la obra: guía para un capitalismo radical. Esta promesa que encontramos en la primera hoja escrita de la obra es la que David Friedman desarrolla de una manera ágil, vibrante y provocadora, especialmente si tenemos en cuenta en que momento fue escrita gran parte de la obra.
En este sentido, hoy hay apuestas, como las del cheque escolar que incluso son aceptadas, aún de modo limitado, por políticos muy lejanos de la concepción anarquista de Friedman, y correlativamente han perdido seguidores entre los que inicialmente las defendían por seguir considerándolas una intromisión estatal.
Pero supongo que Friedman veía venir lo que iba a pasar con su discurso. Cuando uno lee sus lineas se encuentra con un hombre escasamente dogmático, con una fuerte bonhomia, y sin que tenga que ver necesariamente con ello, con un pragmático y un defensor del anarquismo, de su modelo de anarquismo desde una óptica utlitarista y no iusnaturalista. El defiende sus ideas debido a que considera ya no que son un derecho natural del hombre, no, las defiende en tanto en cuanto cree que son las que producirán un mayor bienestar para los hombres, para la sociedad, afirmando que si no fuese así no tendría empacho en defender posturas opuestas.
Como comentaba la obra de Friedman de se divide en cuanto partes que fácilmente pueden reagruparse en tres, divididas a a su vez en multitud de pequeños capítulos monotemáticos, que permiten una lectura ágil, rápida y en ocasiones independiente (en otras no, siendo necesario tener claros conceptos desarrollados previamente). Sin duda muy accesible a aquellos que se enfrentan por primera vez a estas teorías.
En la primera parte hace una defensa de la propiedad privada abordando aspectos como los del altruismo, los monopolios, la redistribución de la riqueza, etc. Aquí uno encuentra pocas novedades respecto a otras obras, si bien es un primer paso obligado para desarrollar luego los posteriores.
A continuación aborda cómo llegar a ese estado de las cosas a las que él aspira, o usando sus palabras, cómo vender el Estado a trozos: policía, justicia, legislación, defensa, etc. En sus propios términos las funciones del Estado se dividen entre aquellas que pueden ser privatizadas ahora mismo y las que podrán serlo en el futuro, entendiendo como privatización un proceso que conlleva la liberalización de las mismas, no una mera concesión administrativa monopolista. Esa, y la afirmación, un tanto provocadora y no demostrada, de que cualquier función desarrollada por el Estado es el doble de cara que si se realiza por agentes privados, son el banderín de enganche de este apartado.
Finalmente el libro termina con una suerte de cajón de sastre, con variados temas, a modo de epílogo, que entiendo que se hna ido añadiendo con el tiempo y las sucesivas ediciones, siendo quizás los más interesantes aquellos relacionados con el análisis económico del Derecho, el marcado del dinero y la relación entre política y movimientos libertarios (en esta última me alegra coincidir con su visión).
Sumamente recomendable.
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