Un mejor trabajo es la clave para sanear la mayoría de economías domésticas, y encontrarlo empieza por el currículum. Como veremos, sigue teniendo una enorme importancia y, por eso, vamos a ver cómo redactar un currículum que tenga éxito.
Hoy día, no basta con descargar una plantilla de Internet y rellenarla. Debemos comprender bien el juego en el que estamos metidos, para qué sirve en realidad un currículum y qué dicen los datos.
Y lo primero para redactar uno exitoso es cambiar la mentalidad que se tiene de él y del proceso general de encontrar trabajo.
Qué es en realidad un currículum
Si queremos mejorar nuestras perspectivas de empleo, debemos entender que el currículum es, realmente, el primer paso dentro de un proceso de venta.
¿Y qué vendemos? A nosotros mismos y que somos la mejor opción a contratar, de entre todas las que desean nuestro puesto.
Cuando lo vemos así, la mentalidad cambia y caemos en unas cuantas cosas importantes, que nos dan pistas de cómo son los currículums en los que más se fijan los empleadores.
El primer requisito, ser diferente
La primera lección de ventas es que tienes que llamar la atención. Sin eso, da igual lo bueno que seas, porque nadie llegará a saberlo.
El currículum es, en realidad, una primera impresión. Por eso, no podemos olvidar el enorme poder que tienen y que no tendremos una segunda oportunidad de causar una buena.
Del mismo modo, en el mundo real lo externo importa y los guapos ganan más.
Por eso, el diseño de nuestro currículum tiene que destacar entre todos los que reciban. Eso requiere capacidad de crear o encontrar una plantilla atractiva, imprimirla en un papel diferente o darle una vuelta de tuerca a lo de siempre.
El currículum multiformato
Una de las formas de destacar es teniendo el currículum en varios formatos, uno de ellos, como página web. Esta tiene que ser, de nuevo, atractiva y diferente, con un diseño moderno. Que demuestre que nos lo trabajamos, tenemos iniciativa y somos proactivos y distintos a la mayoría.
Es muy importante comprender una cosa: las sensaciones que tengan sobre nuestro currículum se trasladarán a nosotros.
Si vemos una web desfasada y con errores, pensamos que la empresa debe hacer su trabajo con el mismo descuido. Lo mismo ocurrirá con el currículum.
Quien le haya puesto ganas, talento y trabajo a su creación, tratando de llegar algo más lejos que la mayoría en esa primera impresión, transmitirá esas cualidades sobre sí mismo al futuro empleador.
La personalización importa
Todos queremos sentirnos especiales y las empresas que contratan, también. Por eso, no les apasionará el típico currículum idéntico y diluido, en blanco y negro con fuente Times New Roman, que has mandado a cien sitios.
Quieren el que te has trabajado para ellos, porque habrás demostrado interés si lo has hecho.
Recordemos que esto es un proceso de venta. Como tal, la atención que nos van a dedicar será muy limitada y competida. O llamamos esa atención en los primeros instantes con lo que digamos en el currículum, o responderán educadamente que guardarán nuestro contacto para el futuro... en la papelera de reciclaje.
Así pues, hay que poner lo que quieren leer y hay que personalizarlo. Mostrar que somos inteligentes, tenemos atención al detalle y nos lo hemos trabajado para ellos, creando la percepción de que eso es lo mismo que haremos cada día para la empresa que nos contrate.
Qué es lo primero a poner en el currículum
Lo anterior significa que en la configuración de los datos del currículum tiene que destacar primero lo que más interesa a la empresa destinataria.
Eso suele ser la experiencia laboral relacionada con el puesto al que aspiras.
Si no la tenemos, o no es muy relevante, lo siguiente a destacar es la formación especializada que tiene que ver con el trabajo para el que optamos (si escucho o leo una vez más el false friend de «aplicamos» me va a dar un síncope).
Antes de eso, viene bien poner una frase breve y directa sobre nuestros objetivos en el futuro trabajo o sobre nuestro perfil profesional y aspiraciones.
Por ejemplo:
Soy ingeniero informático especializado en redes neuronales. Mi meta es desarrollar mi carrera en una empresa puntera como X (la empresa destino), que innova dentro del campo de la inteligencia artificial, mi pasión desde que recuerdo.
Y luego pasamos a detallar esa experiencia laboral relacionada con el puesto.
Si no es adecuada, porque estamos realizando un salto desde otra área laboral, podemos decir que actualmente trabajamos en lo que sea, pero nos hemos formado extensamente en nuestra nueva aspiración. Luego, detallamos esa formación, como un máster en análisis de datos o un curso de una universidad prestigiosa en esa inteligencia artificial.
Cómo detallar la experiencia laboral en el currículum para que cause mayor impacto
En lugar de enumerar con fechas tu puesto actual, y los anteriores en otros trabajos, sigue este esquema:
Puesto > Actividad > Hito conseguido.
Es decir, que en vez de poner únicamente que somos responsables de marketing, o lo que sea, ponemos:
Responsable de marketing en la empresa X (Puesto), donde coordino un departamento de 5 personas para campañas online de grandes cuentas como Microsoft o Zara (Actividad). En el último año, he incrementado la efectividad de los anuncios un 25% y los ingresos por campaña un 13% (Hito conseguido).
No escribas el Quijote, bastan un par de páginas relevantes
Lo cierto es que, si estamos optando a un puesto de gerencia en una empresa logística, nuestra experiencia en los veranos de hace veinte años como camarero no interesa.
Por eso, si somos de los que hemos tenido mil empleos no relacionados, especialmente al principio, los podemos resumir en un párrafo final que refleja lo importante (que tenemos capacidad de trabajo), pero que no haga perder el tiempo al reclutador.
Por ejemplo, decir que llevamos trabajando desde la fecha que sea, y que empezamos para pagarnos la carrera con empleos de hostelería y atención al público.
A menos que sea un currículum para ciertas organizaciones o entidades que requieren que detallemos cada empleo y cada curso que hemos hecho, siete páginas de cosas no relacionadas solo conseguirán aburrir y que descarten nuestra opción.
Todo lo dicho para la experiencia es aplicable a la formación.
Si tenemos mil cursos, no los nombremos todos, pongamos que hemos hecho muchos, en nuestro insaciable objetivo de mejorar y aprender, y dejemos caer unos cuantos nombres, los más prestigiosos. Como si fuéramos de esos que casualmente dejan caer nombres de famosos que dicen conocer.
En definitiva, un par de páginas relevantes, que llamen la atención y demuestren que sabemos lo que hacemos, que tenemos ganas y que nos lo trabajamos.
¿Es mejor poner fotografía en el currículum o no? Lo que dicen los estudios
En general, sí, es recomendable poner nuestra mejor cara. Los currículums con fotografía suelen obtener más llamadas que aquellos que no la tienen. Sin embargo, algunos de los datos al respecto son francamente curiosos y muestran matices importantes.
Según un estudio que se hizo al respecto, hay diferencias entre hombres y mujeres con este tema, pero quizá no son las que esperamos.
Los números arrojaron que los currículums con fotos de hombres atractivos recibieron más llamadas que los que no las tenían, y casi el doble de respuestas que los currículos en los que aparecían hombres con un aspecto «normal».
Sin embargo, en el caso de las mujeres, los currículos con foto (ya fueran de rostros atractivos o más comunes) recibieron menos llamadas que los que no las tenían.
Yo solo enumero los datos, que cada uno saque sus propias conclusiones, aunque es verdad que es un área muy poco estudiada y harían falta investigar más.
Comentar también que depende de la empresa a la que lo enviemos y su nacionalidad.
En general, tanto en España como en el resto de Europa, incluir una fotografía es lo habitual y esperado, con lo que deberíamos hacerlo.
En otros países anglosajones, donde se da más la litigación por discriminación, la tendencia es a no enviar fotografía para que en el proceso de selección se tengan en cuenta méritos profesionales y no genéticos.
¿Realmente se pueden inferir características claves de una persona con su currículum?
En esta sección estamos acostumbrados a hablar del mundo tal y como es, y no como nos gustaría que fuera. Sigamos esa tradición.
En una publicación del Journal of Business Psychology de 2008, se realizó un estudio con 244 profesionales de recursos humanos, encargados de valorar currículums.
Según los datos, los reclutadores trataron de inferir las cualidades psicológicas importantes de los candidatos, que es lo que se hace generalmente cuando se examina un currículum. Es decir, trataron de calibrar la extraversión, la apertura a nuevas experiencias y otras características deseables en un empleado, partiendo de lo escrito en las páginas del currículo.
Luego, los psicólogos midieron con tests esas características reales de los candidatos.
Los resultados no coincidían para nada. Los reclutadores eran bastante malos infiriendo correctamente cómo era una persona a partir de un CV. Sin embargo, esa realidad no importaba.
Lo primordial para acabar empleado eran esas percepciones de los reclutadores extraídas a partir de los currículums, no la realidad de los datos.
Eso significa que:
- El currículum es la principal pieza por la que los reclutadores extraen conclusiones de la persona que hay tras él.
- Más nos vale seguir los consejos que hemos visto para dar una imagen positiva.
- Esa imagen cuenta más que la realidad. Si el currículum encaja con el reclutador (y eso es lo único importante) meteremos el pie en la puerta y avanzaremos en el proceso.
- El marketing, mal que nos pese, vuelve a tener razón: la percepción es la realidad y hacer atractiva esa percepción funciona.
En definitiva, el currículum cuenta más de lo que parece a la hora de abrir la primera puerta de un posible trabajo, así que llevémoslo todo lo lejos que podamos. No lo hagamos exactamente igual que todo el mundo, sino personalizado para el gusto del empleador al que nos dirigimos y demostrando (o al menos, aparentando) que no somos como los demás.