Desde 2019, en España se ha incentivado el relevo generacional de los coches diesel y gasolina a través de los planes MOVES (Programa de Incentivos a la Movilidad Eficiente y Sostenible) con el objetivo de actualizar el parque automovilístico con una nueva infraestructura que pueda sostenerlo y dar continuidad al modelo de transporte por carretera.
La tercera edición (MOVES III) con mayores ayudas para la compra de vehículos eléctricos, facilita el salto de tu antiguo coche por un eléctrico (cuyo coste no supere los 45.000 euros, de autonomía extendida o de hidrógeno) de 7.000 euros si achatarras un vehículo de más de 7 años, o de 4.500 euros sin achatarramiento; las condiciones para la compra de vehículos híbridos con 30 a 90 km de autonomía (5000 € y 2500 €), motos eléctricas (1.300 y 1.100 €) y furgonetas eléctricas (9000 y 7000 €) siguen siendo muy ventajosas.
Un largo camino hasta el eléctrico
El Gobierno aprobó, en febrero de 2019, un plan concreto por la transición ecológica. El principal objetivo era frenar el incremento de emisiones de CO2, con un sector transporte consumiendo más del 42 % de energía, que correspondía en el 80 % al transporte por carretera.
Por esta razón, el presupuesto inicial (45 millones de euros) se centró en integrar infraestructuras de recarga, puntos de carga rápida (entre el 30 y el 60 % de los fondos) y limitó, según la región, de un 20 a un 50 % las ayudas al relevo de vehículos, que exigían el achatarramiento de vehículos M1.
La segunda edición del plan (MOVES II) se presentó en junio de 2020 con una dotación presupuestaria de más de 300 millones de euros; el objetivo: incentivar la compra o alquiler para empresas y particulares (100 millones de euros), apoyar la compra e instalación de cargadores públicos y privados y un cupo máximo de solicitudes por comunidad. Sin embargo, se apoyaba en otro plan activo en ese momento: el Plan Renove, que fracasó estrepitosamente (en parte, por el acceso digital a las ayudas, que dejó casi 200 millones de euros sin adjudicar).
El Plan MOVES III, ha multiplicado por tres su presupuesto inicial (de 400 a 1.200 millones de euros) y supera, de lejos, las ediciones anteriores (40 millones, MOVES I, y 264 millones, MOVES II, respectivamente), pudiendo solicitar una ayuda para la compra de vehículos eléctricos hasta finales de julio de 2024.
El precio es el precio
Sin embargo, pese a todos estos datos, la cuota del coche eléctrico no despega en España. No alcanza apenas ni el 5 % del total, un 10 % menos que en Europa a estas alturas.
Según los expertos, hay tres motivos principales:
- que el plan MOVES III haga el descuento en el momento de la compra,
- la necesidad de instalar más supercargadores (carga rápida),
- y una mejora de la fiscalidad: por ejemplo, en Portugal estos vehículos no tienen IVA repercutido.
En paralelo, el salto en el precio entre un coche eléctrico y un diésel o gasolina sigue siendo insalvable para muchas familias. No es casual que más del 60 % de los eléctricos vendidos en España sean Teslas, y que este mismo abril, la compañía de Elon Musk siga manteniendo una cuota de mercado superior al 30 %.
La cuota de mercado para finales de año no parece que vaya a superar, con las previsiones más optimistas, el 7 %, muy por debajo de países europeos como Portugal, Lituania, Eslovenia o Rumanía. De media, en Europa se esperan ventas alrededor del 20 % de coches eléctricos, que triplican las de nuestro país. Las cuotas de mercado de Suecia (38,5 %), Dinamarca o Finlandia (33 %), aunque con una población notablemente reducida, también nos recuerdan que aún falta para ponernos las pilas (y nunca mejor dicho).
Queda por ver si estos cambios consiguen el efecto deseado, por ahora, quizá la entrada de más competencia a Europa sea una buena noticia, siempre y cuando se regule mediante la correspondiente normativa, pues el precio y las prestaciones (tanto en infraestructura como en rendimiento de los vehículos) parecen los dos grandes escollos para el aumento de las opciones eléctricas y, de una vez por todas, dejar atrás ese 5 % de cuota de mercado.
Con Plan MOVES, o sin él, la realidad para el eléctrico sigue siendo compleja.