El desastre económico del Coronavirus no se queda en el desempleo o en el déficit rampante: las inversiones se despeñarían

El desastre económico del Coronavirus no se queda en el desempleo o en el déficit rampante: las inversiones se despeñarían
12 comentarios
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Conforme la crisis del Coronavirus se va desarrollando en toda su siniestra plenitud, se abren ante nuestros ojos nuevos escenarios a cada cuál más complejo y aparentemente insuperable. El aspecto socioeconómico, y más concretamente el económico, es uno de los que más negro pintan, casi de un negro tan profundo como los lazos negros que recuerdan a todos los que se fueron para no volver ya jamás.

Y no es negro abisal sólo por lo más evidente, como puede ser una deuda desbocada, un déficit rampante, y una interminable fila de nuevos parados y de empresas que cierran sin otra salida posible más que echar la persiana para siempre. Lo más negro de todo es cómo esa recuperación que los titulares nos pintan de llamativo verde esperanza, amenaza con no ser tal, puesto que esas inversiones que realmente son las que en estas situaciones acaban tirando del carro y sacándolo del profundo agujero en la calzada, parece que se van a despeñar, y que el dinero huiría despavorido. Lo que nos faltaba.

Sin inversiones no hay crecimiento, pero… ¿Quién querría invertir y arriesgar su dinero con semejante panorama ante nuestras atónitas miradas?

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Desde ciertas instancias, a menudo se trata de responsabilizar de la falta de inversiones exclusivamente a aquellos que “no quieren” invertir, como si no estuviesen deseando tener motivos para conseguir un retorno de inversión. Sin negar que a veces las inversiones se vean afectadas por pánicos (y euforias) más propias de la naturaleza humana que de un Excel frio y calculador de rentabilidades potenciales y de factores de riesgo para conseguirlas, lo cierto es que el dinero es el primero que huye despavorido cuando las condiciones no son favorables para los negocios, y no hay seguridad jurídica ni económica en un país: la pregunta no es “¿Quién? (con dedo socorridamente acusador)” sino “¿Por qué?”. Desde algunos sectores se acaba culpando exclusivamente al “capital” y a esos “capitalistas despiadados” absolutamente de todos los males económicos (y no digo que no sean responsables de una parte de ellos), cuando lo cierto es que también habría que plantearse por qué no quieren invertir todo lo que la economía necesita, cuando es la función más connatural a su propia naturaleza en el sistema económico.

Pero claro, el manipulado juego socioeconómico de hoy en día no es tanto conseguir esa vuelta a los resultados positivos que todos necesitamos como el respirar, sino que muchos sectores se han instalado en una total falta de crítica (y de auto-crítica) que siempre demostraron tener en cierta medida, y por la que hoy el juego mediático y político de “colores” algo variados se basa tan sólo en una improductiva estrategia “maestra” de supervivencia (también política). La “visionaria” estrategia se limita a tratar de conseguir que la culpa de todo lo que esté saliendo mal cuelgue del cuello de otro, aunque al final ya no queden cuellos ajenos sin ahogar de los que colgar esas culpas que, en buena parte, son propias. Aquí realmente parece que a algunos no les importa tanto si se hacen las cosas bien o mal, y que en realidad por lo que verdaderamente se esfuerzan es por redistribuir entre otros sus propias culpas, cosa que vemos hacer en cada tema sospechosamente sólo una vez que la cosa se pone fea, y no desde el primer momento en el que el pueblo se merece una explicación. Y no es que esto no sea constructivo, es que es directa y totalmente destructivo socioeconómicamente. Así no vamos a ningún sitio, y donde estamos además se va a quedar peor que un solar: para entonces ya poco importará quién se llevó las calabazas de “la Ruperta” en las airadas trifulcas mediáticas, sino que lo que será realmente sangrante será la ruina socioeconómica a la que podemos estar ya abocados desde este convulso presente.

Como una demostración más de cómo ese capital ya está planeando huir de la pobreza, en la que esta crisis amenaza con sumirnos a buena parte de Occidente (a no ser que nos enderecen el rumbo si es que es posible), está la noticia del Wall Street Journal con las perpectivas de inversión en suelo estadounidense (no crean que en Europa vamos a correr mucha mejor suerte), y que augura como (casi) única profesión de futuro en Wall Street la de experto en re-estructuración de deudas. El WSJ relata cómo ni siquiera las compañías tradicionalmente consideradas como estables y como sector refugio pueden seguir teniendo esa digna consideración: no hay nadie a salvo de esta quema socioeconómica que ni siquiera sabemos (todavía) si ha sido un incendio espontáneo o si alguien ha prendido la mecha, bien sea a propósito o accidentalmente. Lamentablemente, las inversiones se prevé que literalmente se despeñen: una deplorable y pésima noticia, que es la estocada que le faltaba a nuestra economía para que no sólo no tenga presente, sino para que tampoco tenga futuro a corto y medio plazo, con todo lo que eso puede suponer al sembrar tempestades que catalicen el surgimiento de una nueva realidad socio-política todavía más convulsa que la actual.

Y eso por no hablar ya de cómo las empresas estadounidenses realmente están recurriendo masivamente a la deuda como estrategia de desesperada y mera supervivencia en los tiempos del Coronavirus, paradójica y significativamente incluso aquellas que se suponía que presentaban balances empresariales más sanos (por ejemplo cita la CNN a la sobre-demandada Netflix en tiempos de confinamiento). Aunque lo cierto es que, en términos generales, el siniestro punto de partida de la deuda corporativa ya la situaba en insostenibles máximos históricos antes del Armageddon vírico, pero el hecho es que ahora encima crece a un ritmo sin precedentes, y en el cual ha habido no pocos momentos en los que esas empresas tan demandantes de efectivo han secado literalmente los mercados de financiación. Este redoblar del endeudamiento corporativo no debe ser visto sino como un mecanismo de último recurso que supone todo un claro grito de socorro de las empresas, y que corre el riesgo de acabar siendo ahogado momentáneamente tan sólo con montañas de más deuda, susceptible de tornarse insostenible literalmente en cualquier momento: tomar prestado hoy siempre ha significado una merma de la capacidad de inversión en el mañana.

Y eso no es nada nuevo y siempre ha sido así, pero lo que preocupa de la situación actual son las asfixiantes tasas de crecimiento ante un mañana ya de por sí suficientemente incierto económicamente, y en el que dudosamente se va a poder simplemente re-pagar todo lo que se está prestando ahora; así que lo de invertir entonces ya mejor ni nos lo planteamos hoy. Y estas tasas son asfixiantes ya en los casos de numerosas empresas que siempre en algún momento tendrán que responder de sus deudas (aunque éstas les arrastren al fondo de las Fosas Marianas), lo cual redundará en una sensiblemente y todavía inferior o incluso inexistente capacidad de inversión futura. Este panorama no es ya ni siquiera un pan para hoy y hambre para mañana: es más bien hambre para hoy y desnutrición severa para mañana (edemas de hambre mediante).

La falta absoluta de perspectivas de inversión no anticipa un futuro incierto, sino que indica que hay no pocos agentes del mercado que no ven ese futuro por ningún lado

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Porque es que, frente a no invertir en un futuro, o no tener ya ningún presente, obviamente las empresas deciden sobrevivir hoy, y ya verán como se las apañan el día de mañana: llegado el día ya verán en su momento si pueden permitirse invertir para entonces. Y en este caso concreto esto no es parte de ese cortoplacismo ni de esa cortedad de miras que muchas veces hemos criticado agriamente como uno de nuestros principales males socioeconómicos: a pesar de que desde estas líneas siempre les animamos a mirar más allá del horizonte, en este caso en concreto centrarse en el presente es un necesario y mero instinto de supervivencia corporativa, dada la convulsa e inquietante coyuntura que amenaza seriamente con que el único horizonte sea un acantilado. Hay veces que no es que no sepamos alzar la vista y mirar al horizonte cara a cara, sino que simplemente es mejor ni mirarlo.

Y son cuatro los jinetes del Apocalipsis socioeconómico que cabalgan desatados arrasando con todo lo que encuentran a su paso en nuestras Socioeconomías. Desde el inicio de toda esta terrible crisis pandémica, ya les analizamos que aquí iba a haber una conjunción de diferentes crisis, y que las consecuencias iban a ser varias y a cual más grave. La primera fue la iniciática crisis sanitaria, con todas sus dolorosas (y dolosas) decenas de miles de muertos sólo en España. Le siguió la segunda, que ha sido la crisis económica, con centenares de miles de desempleados vía ERTE o ERE por doquier, una deuda que se amontona “a paladas”, y unas inversiones que ya amenazan con huir despavoridas, lo cual haría que el país se quede como un solar y encima luego no haya ya fondos para tirar del carro y recuperar la economía. Pero ahora estamos ya inmersos de lleno en la tercera y más grave crisis social, con esas dos Españas más vivas, agresivas y polarizadas que nunca antes desde la mortífera guerra civil, y que (por) ahora están gritándose a la cara en los patios de vecinos con los ojos encendidos de ira incandescente…

Así que dejo a su propia elección quién quieren que sea ese cuarto jinete del Apocalipsis que nos falta por nombrar para completar la macabra cuadrilla, porque en realidad es de ustedes de quien depende. No sólo la hierba no volverá a crecer durante una buena temporada allá por donde pisan los cascos de sus cuatro apocalípticos caballos, sino que puede que lo que suframos sea una política de tierra quemada, por la que estos siniestros y macabros jinetes tan sólo estén consiguiendo que no haya ningún brote verde (más allá de los titulares esperanzadores) sobre el que luego reconstruir el país.

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Y que conste que hablamos aquí de una reconstrucción del país pero de las de verdad, no de las que consisten en re-pintarlo todo de nuevo con llamativos y cegadores colores, que lo único que tapan es el óxido que hay por debajo de la valla de espino que ya se interpone de nuevo entre esas dos Españas que finalmente, y tras años de persistentes intentonas, nos han acabado por resucitar. O de los dos Estados Unidos, o de las dos Gran Bretañas… Lamentablemente, en este mundo de políticos indescriptibles y además azuzado por la propaganda y por la confrontación más visceral, no faltan candidatos para dirigirnos a varios países occidentales hacia la auto-destrucción más desoladora. Desde luego que esto debe ser una auténtica pesadilla continuada de la que no pueden escapar aquellos octogenarios supervivientes del 39 que todavía viven con nosotros, en lo que amenaza con ser un insufriblemente recurrente día de la marmota, y en el que asisten horrorizados a ver cómo, una vez más, la Historia se repite… Pero lo único que importará con los muertos fríos sobre la mesa es poder argumentar que no se tiene la culpa de nada, y que absolutamente todo es culpa de “los otros”… Auto-crítica, constructividad, ética, y sobre todo… responsabilidad, que luego a los muertos sólo los quieren sus allegados, y además las lápidas las pone siempre ese pueblo que aparece en mucho eslógan, pero por el que realmente luego (casi) nadie se preocupa.

Imágenes | Pixabay TheDigitalArtist | Pixabay geralt | Pixabay Genty | Pixabay Cairomoon

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Comentarios cerrados
    • interesante

      No se puede anfetaminar mas al muerto para que se mueva, desde 2008 hay una crisis de demanda subyacente o un exceso de oferta según como se conciba. No hay suficiente demanda para abosorver la oferta de bienes y servicios mundial de ahí la baja o inexistente inflación, no hay presión sobre los precios. Por mas que los bancos centrales emitan euros o dolares a paletadas sencillamente no hay una necesidad clara de en que gastarlos o invertirlos. De fondo hay una idea fuerza cada vez mas evidente, ecologicamente el planeta no puede crecer mas en el modo en el que lo estabamos haciendo, a base de generar basura y quemar combustibles fósiles, no hablo ya de un tema ético, es que incluso economicamente no es viable.

      En mi opinión hay que redefinir el modelo económico, el capitalismo de arriba a abajo, no en base a caducas teorias de la izquierda de corte comunista que son aun peores que lo que tenemos ahora, pero habría que ir considerando en que tipo de sistema vivimos en el que bienestar solo se produce cuando se crece indefinidamente y genera desigualdades atroces uniendolo a nuestra relación con la naturaleza (de la que este virus nos ha recordado que somos parte).

      Por ultimo debemos considerar el futuro del trabajo, un sistema que niega la posibilidad de que un individuo pueda ganarse la vida porque lo considera innecesario no es aceptable. Y repito, no estoy defendiendo volver a las doctrinas tradicionales de la izquierda que en el fondo tienen los mismos errores: explotación del entorno, eterno crecimiento, etc.

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    • Avatar de ajopollo Respondiendo a ajopollo

      Un excelente comentario, estimado ajopollo. Sin paliativos: excelente.

      Y aparte de eso, me alegra ver que estamos ambos muy alineados en este tema. El Capitalismo debe reinventarse si es que todavía está a tiempo, porque con la realidad tan cambiante que nos ha tocado vivir nadie escapa a ese clásico: "Reinventarse o morir"...

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    • Avatar de derblauemond Respondiendo a derblauemond

      Muchas gracias, es mas fácil la reflexión cuando se comentan artículos inspiradores.

    • Avatar de ajopollo Respondiendo a ajopollo
      Usuario desactivado

      Usuario desactivado

      Por eso que usted expresa con gran claridad, a mi habitualmente me llaman facha y aunque confieso que no logro transmitir tan bien, creo que el gran problema no es que prediquemos en desierto, sino que todo está tan excesivamente lleno de abono artificial, que no se puede competir.

    • interesante

      Durante los próximos años será un momento genial para invertir en todos y cada uno de los "nichos de mercado" deslocalizados de nuestros paises hace decadas, que nos hace retornar la desglobalización, y qué decir de cada uno de los mastodonticos proyectos europeos con los que se pretende hacer menos dependiente a nuestra Unión Europea del exterior, ya se ha iniciado una cultura "Made in Europa" o más incluso "Made in Cerca de mi Localidad" que resulta muy ilusionante y que hay que saber aprovechar, y que se va a saber aprovechar, esta vez sí.

      No creo que sea un momento de declive de la inversión, sino justo lo contrario, no inmediatamente pero sí de aquí a medio año. No obstante, habrá que dejar el pensamiento ortodoxo inversionista que ha habido hasta ahora y apuntar hacia precisamente esos "nichos" no explotados hasta ahora en europa contemporanea al ser imposible competir con China y otros paises con mano de obra demasiado barata.

      Es y será el momento de la reindustrialización de Europa, de el desenganche del petroleo, de la inversión en renovables, de las baterias hechas en Europa, de la "Nube Europea" con la que competir con Facebook, Amazon Web Services o Google, todo en aras de la independecia Europea; tan solo hay que saber elegir bien los projectos en los que se quiere invertir, que serán muchos.

      No obstante estos próximos meses serán malos, pero desde mi humilde opinión tras Diciembre cambiarán mucho las cosas.

      No hay que olvidar que La Union Europea es la segunda potencia económica mundial (Antes de irse Reino Unido era la primera) con 18700 millones de dolar de PIB(nominal) y estados unidos 21300 millones de dolares y habiendose ido Reino Unido. Rusia por ejemplo tiene de 4160 y China 14200. En lo respectivo a habitantes tiene 450 millones (Con Reino Unido eran 510) mientras que EEUU son 325 o por ejemplo Rusia tan solo 146.
      Con lo que no menospreciemos nuestra querida Europa, ya que si no ha demostrado su verdadero potencial hasta ahora ha sido debido a las ingerencia por parte de el resto de superpotencias mundiales, los cuales han querido desunirnos ya que eramos la mayor potencia mundial, y toda superpotencia quiere ser la primera, cueste lo que cueste. Pues bueno, al parecer han puesto coto a las ingerencias externas, ya era hora, y veo en el horizonte momento muy interesantes e ilusionantes para Europa, y sinceramente creo que Reino Unido se va a lamentar mucho de haberse salido y no me extrañaría que volviera con el rabo entre las piernas pidiendo volver a entrar.

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    • Avatar de belgarath2002 Respondiendo a belgarath2002

      Gracias por su aportación, belgarath2002.

      La suya ha sido una contribución muy a tener en cuenta, y, si nos lee habitualmente, ya sabe que además coincidimos en varios puntos clave.

      Muy probablemente, en todo esto, Europa siempre ha sido el enemigo a batir...

    • interesante

      Creo en el capitalismo puro como doctrina económica, pero no creo, de hecho denuncio, este capitalismo amiguista en el que siempre se enriquecen los mismos a costa de los demás (trabajadores). Es inaceptable ver que en la sociedad actual no gobiernan los gobiernos, valga la redundancia, sino los lobbies empresariales. Estoy harto de ver que el gobierno no gobierna para el pueblo sino para las multinacionales. Esto sinceramente es la lacra del capitalismo que viene arrastrando décadas y, es esa acumulación tan incesante de capital, el mayor problema en el mundo actual.
      Se están sosteniendo a países zombies a base de dar a la máquina de imprimir billetes del monopoly , y eso tiene un coste y es la disminución del poder adquisitivo de los individuos ya que las deudas no se pagan solas.
      Creo que el capitalismo como tal ha muerto, más bien diría que lo han profanado. Añadir que una sociedad capitalista no es sinónimo de sociedad justa, ya que se enriquecen unos a costa de otros. Es fácil saber qué países son los que llevan la batuta y cuáles los explotados.

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    • Avatar de josemgarcia92 Respondiendo a josemgarcia92

      Gracias por su reflexivo comentario, josemgarcia92.

      Simplemente aclararle que, con esas inquietudes, ha ido a parar usted al medio salmón adecuado.

      No sé cómo ha tardado usted tanto en crearse un perfil con nosotros 😉👍

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    • Avatar de derblauemond Respondiendo a derblauemond

      Muchas gracias por su comentario, un saludo.

    • Las repercusiones de la Crisis de 1929 duraron más de 10 años ...

    • Eso de mencionar a la malvada propaganda me parece un ejemplo de manual de echar la culpa a otro, todo hay que decirlo. Acaso no son los políticos los responsables de rebajar la crispación ambiental y, sobretodo, buscar lo mejor para sus respectivos países?

      En otro desorden de cosas, no puedes confiar en que se reactive la inversión en un ambiente de absoluta inestabilidad. Los números pueden decir lo que quieran, pero los humanos no somos números, el miedo y la avaricia forman parte de la ecuación nos guste o no.

    • Parece que muchos oráculos financieros están coincidiendo en lo mismo, un retroceso en todos los sentidos:

      BlackRock’s Fink Delivers Grim Outlook With Tax Hikes for Corporate America
      (Fink de BlackRock ofrece una sombría perspectiva con aumentos de impuestos para las empresas estadounidenses)

      https://www.bloomberg.com/news/articles/2020-05-06/fink-delivers-grim-outlook-with-tax-hikes-for-corporate-america

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