Supongo que ya habéis visto el primero de los vídeos que voy a incrustar en este post, y que, en resumen, defiende la teoría de que las personas ricas tienen un compartimento ético menor que las que no lo son. Esta es la conclusión, o quizás el punto de partida, de una serie de experimentos realizados en la Universidad de Berkeley por Paul Piff y su equipo. Si os interesan sus tesis, aquí tenéis más trabajos suyos.
Pero dejemos que Paul Piff se explique:
Quizás la charla en TED os termine de aclarar su análisis:
Bien, hay determinados aspectos de los experimentos que comparto y que conozco, como la tendencia del ser humano a la autojustificación, autojustificación que funciona cuando eres rico, como señala Piff. Pero también funciona en el otro sentido, cuando eres pobre y te pasas el día echando la culpa a los demás, a la sociedad o a los dioses de tu destino. Pedazo descubrimiento el que el hombre se arroga los éxitos y no los fracasos, y que además le asusta muchísimo el concepto de azar, ya que eso hace le sentirse mucho más vulnerable.
Es evidente que el que tiene dinero puede permitirse el lujo de incumplir ciertas reglas, pues asume el coste de pagarlas. Es más, y en lo que no profundiza el video, es que el exceso de dinero y la mala interpretación acerca de cómo ha llegado a nosotros, puede hacernos tomar decisiones equivocadas. Margen de error, exceso de confianza en nuestras capacidades, etc, todo ello puede acabar haciendo realidad aquello de que un tonto y su dinero no están mucho tiempo juntos.
Decía Shaw aquello de que la falta de dinero es la raíz de todo mal. Los autores de estos estudios más bien parecen señalar lo contrario, que el exceso de dinero es el que lo origina. ya sabemos lo que cien a continuación de dicho tipo de conclusiones. Y es ahí donde me acuerdo de otros dos experimentos que, en mi humilde opinión, si guardan mucha más relación con el orígen del mal. Permitidme que os muestre esta otra charla de TED, de Zimbardo:
Si, Zimbardo dirigió el famoso experimento de la carcel de Stanford, y es autor del libro de The Lucifer Effect. Quedémos con la siguiente afirmación:
Así que el Efecto Lucifer, aunque se centra en lo negativo, en lo negativo en que se pueden convertir las personas, no en lo negativo que ya son, me lleva a una definición psicológica: el mal es el ejercicio del poder. Y esa es la clave: se trata de poder. Hacer daño psicológico a la gente a propósito, herir físicamente a la gente, destruirla mortalmente, o a sus ideas, y cometer crímenes contra la humanidad.
Íntimamente relacionado con su trabajo está el experimento Milgram:
El mal esta mucho más relacionado con el ejercicio del poder que con el ejercicio del dinero. El dinero, en la medida en que nos da poder, es posible que pueda inducir ese tipo de conductas, pero el verdadero origen del mal es el poder. Si, como está ocurriendo en nuestras sociedades, se da un Estado Corporativo 2.0 no hace falta buscar más.
Todo lo demás es volver a creer en mitos como el buen salvaje o, quizás algo peor, tratar de criminalizar a alguien para justificar lo que hay de venir. La palabra programo me viene a a la mente.
En El Blog Salmón | La justa contribución de los ricos, Arguiñanomics: decir lo que se quiere oír es rico, rico Imagen | Liz West