Durante el 2019 se cumplen los 20 años de la puesta en marcha dentro de la Unión Europea la unión monetaria de los miembros, conjuntamente con la creación de los organismo que la rige que es el Banco Central Europeo (BCE) con la entrega en vigor de nuestra moneda oficial, el Euro.
Pero tuvimos que esperar hasta el 2002 para ver el Euro en nuestros bolsillos. Durante este tiempo, Europa ha realizado importantes avances hacia la integración tanto en temas económicos como en temas de normativa.
Pero en la actualidad el camino de la integración económica se ha estacando por múltiples razones derivadas de parar acuerdos entre los diferentes miembros de la Unión Europea, las consecuencias de las rondas de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) en forma de incentivos y la falta de acuerdo en la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
Nos podemos preguntar: ¿Cuál sería la posible solución para que Europa sea de verdad convergente y no seguir con las 2 velocidades económicas?
La mala aplicación de las normas de los miembros está dividiendo a la miembros de la UE
La creación de la Unión Monetaria Europea, junto la unión aduanera de Europa, son los pasos más importantes en la construcción de la Europa actual desde la firma del tratado de creación.
Después de años, el modelo que definitivamente ha sido escogido fue el de la moneda única de uso forzoso que sustituyo a las monedas nacionales y está sujeto a reglas basadas en la política monetaria para evitar burbujas financieras, procesos inflacionarios o inestabilidad en el sistema bancario.
Esta política monetaria, combinada con reglas de estabilidad presupuestaria y control de la deuda pública, han establecido la Unión Monetaria a lo largo de estas décadas y este incumplimiento ha traído los problemas que tiene hoy en día Europa que todavía no ha resulto.
Se diseñaron normas que eran exigentes, pero por la aplicación de forma incorrecta primero por la crisis de la deuda con inicio el 2010 y posteriormente la aplicación del QE durante el 2015, no ha valido para unir a los miembros de la Unión Europea y establecer el desarrollo futuro de la Unión Europea.
Para algunos países como España es fundamental realizar los esfuerzos de ajuste fiscal para entrar a la Unión Monetaria a nivel Europeo para tener una convergencia real con el resto de los miembros más avanzados económicamente.
Todavía no se ha conseguido la convergencia entre los miembros de la Unión Europea
La Unión Monetaria ha tenido diferentes efectos entre los miembros de la Unión Europea. El Banco Central Europeo mostraba en el último informe sobre la convergencia real en términos de productividad que todavía no se está dando el proceso de convergencia entre el nivel del PIB per cápita en paridad con el poder adquisitivo.
Por tanto, para que se de la convergencia, la relación entre el PIB per cápita y crecimiento de la productividad total de los factores debe ser inverso. Existen 2 grupos de países con comportamientos diferentes:
- El primer grupo está integrado por Alemania o Francia entre otros países con un crecimiento promedio entre el 0,5 y 1 por ciento.
- El otro grupo está integrado por España, Italia, Grecia o Portugal entre otros miembros, el crecimiento promedio de la productiva ha sido nulo o casi nulo.
El gran problema es que el esfuerzo realizado por el Banco Central Europeo para mantener los miembros de la Unión Europea unidos ha sido la impresión de dinero y esto claramente se ha vuelto contraproducente.
Es decir, al temido euro a dos velocidades se añade la financiación de las diferentes economías. Como pasó antes de la llegada del euro, hay países que se financian con inversión nacional o extranjero, y países que sólo se financian su inversión a nivel nacional, dado que estos países tienen restricciones crediticias.
La Europa de las dos velocidades
El mayor riesgo durante todo este tiempo de la vida del Euro es seguir con la Europa de las 2 velocidades. Los esfuerzos que se han realizado desde el Banco Central Europeo para mantener la unidad de los miembros que conforman la Unión Monetario es la impresión de dinero a través del QE.
La QE ha creado un exceso de liquidez para evitar problemas en los mercados interbancarios y así mantener los tipos de interés bajos, dar dinamismo al sistema de contratación y la liquidación en euros, se han vuelto un problema.
En esta situación de precios al alza y la recuperación de la economía, suministrar grandes cantidades de dinero genera un efecto inflacionista necesario que hace que aquellos países con tasas de inflación más altas, lejos de la convergencia, se alejen aún más de los miembros de la Unión Europa de cabeza.
Esto significa que en este tipo de economía por el efecto de las políticas monetarias y fiscales expansivas, mayor posibilidad hay que se de la Europa de las 2 velocidades.
El nuevo escenario de las tensiones macroeconómicas es un proceso que acelera la depreciación y más cuando el euro se encuentra débil frente al dólar estadounidense, además de las tensiones comerciales a nivel global que está provocando Trump. Se puede decir que estamos en un cambio de ciclo y los efectos negativos que tiene continuar con la política monetaria expansiva.
Los países no les basta con seguir siendo competitivos en el sector exterior sino que deben ser a nivel nacional. Aunque el Banco Central Europe (BCE) empiece a aumentar los tipos, la salida de los problemas se deben dar por la reestructuración en materia fiscal como a nivel monetario.
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