Tras meses de negociaciones y decenas de reformas, hemos recibido la noticia del Acuerdo Comercial y de Cooperación entre la UE y el Reino Unido o “acuerdo del Brexit” como feligreses viendo la fumata blanca de la estufa de la Capilla Sixtina tras las deliberaciones del cónclave y el anuncio del cardenal que ocupará la silla de San Pedro. En este caso, ha tocado el anuncio del acuerdo de la nueva relación entre el Reino Unido y la unión Europea habiendo finalizado el periodo transitorio a partir del uno de enero.
El acuerdo va a aplicarse provisionalmente hasta que sea aprobado por el Parlamento Europeo y el resto de parlamentos nacionales de los estados europeos. ¿Cómo será la solución entre el Reino Unido y la Unión Europea?
Lo que acaba
Empecemos por lo que se finaliza, porque pasa a haber dos mercados donde antes había uno. Los ciudadanos de la UE no podrán permanecer largos periodos de tiempo en el Reino Unido sin visado y viceversa. Tampoco podrán comenzar un negocio sin más permisos que un local.
También finaliza la libre circulación de bienes, habrá comprobaciones en las aduanas, al menos en las europeas. Especial énfasis en los productos agrícolas y sanitarios. Los servicios tampoco seguirán circulando libremente y tendrán que estar sometidos a las reglas del país de destino. Se finaliza el reconocimiento mutuo de las categorías profesionales, y también se finaliza el pasaporte a las empresas de servicios financieros.
Además El Reino Unido dejará de tener influencia en las reglas de la UE, así como presencia en el Parlamento europeo y dejará de contribuir al presupuesto de la UE. También finaliza la permanencia del Reino unido en el programa Erasmus+, acabando con el intercambio de estudiantes entre las distintas geografías.
¿Qué se ha acordado?
Un acuerdo comercial centrado más en bienes que en servicios. No requerirá la existencia de aranceles algunos a los productos procedentes del Reino Unido hacia la UE y viceversa. Esto es más ambicioso que los acuerdos comerciales negociados con Japón y Canadá, que no alcanzaban todos los bienes. Además se establecen mecanismos de arbitraje en el caso de disputa, ambas partes podrán tomar medidas para salvaguardar su economía en caso de competencia desleal. El Reino Unido además deberá demostrar que los productos cumplen las reglas de origen, es decir, que son de Reino Unido y no de otro lugar para disfrutar de estas condiciones. El acuerdo también simplifica los trámites de aduana y evitará las barreras no arancelarias o técnicas al comercio.
Los servicios estarán sujetos a las reglas de la OMC respecto al GATS (comercio de servicios). Se facilitarán los viajes cortos de negocios entre geografías. Se limitan ciertos servicios como los de transporte o audiovisuales.
También se llegan a acuerdos específicos en temas de transporte, las aerolíneas británicas no seguirán siendo consideradas de la UE (ojo con lo que puede suponer esto para IAG y sus aerolíneas Iberia, Vueling o LEVEL, como hemos comentado alguna vez). Hay facilidades adicionales para el transporte por carretera y marítimo entre ambas geografías.
También hay disposiciones especiales en términos de comercio de energía (dada la conectividad que hay entre ambas geografías, especialmente el uso de la electricidad francesa para satisfacer sus picos de demanda) y de provisiones respecto al cambio climático. Durante un periodo provisional de 5 años y medio los pesqueros europeos tendrán un acceso decreciente a los caladeros británicos, cuya cuota disminuirá paulatinamente. Esta se irá revisando poco a poco en los próximos años.
El Reino Unido permanecerá en algunos proyectos conjuntamente financiados por la UE, como son el proyecto ITER, los servicios de investigación de EURATOM. También habrá acuerdos de cooperación en términos de la Seguridad Social.
En términos de seguridad ciudadana, se establecen mecanismos para compartir información, así como colaboración entre el Reino Unido, Europol y Eurojust. También para evitar el blanqueo de capitales y el terrorismo.
¿Y el futuro?
En el futuro no será de extrañar que como vecinos la UE y el Reino Unido sigan firmando acuerdos y cooperando, sigue siendo interesante para ambas partes trabajar juntas en el futuro como buenos vecinos y miembros de otras muchas organizaciones internacionales (Consejo de Europa, la OTAN, el FMI, la OCDE…) También es posible que la relación entre ambas partes se vaya enfriando poco a poco y nos encontremos con que se vayan dando la espalda.
Ahora queda por ver el futuro de la relación entre ambos territorios. Queda por ver si las previsiones de los optimistas o las de los pesimistas tendrán éxito. ¿Será el Reino Unido una fuerte potencia global o quedará irrelevante en un mundo cada vez más centrado en grandes bloques ante la emergencia de las potencias de Asia? Por otro lado ¿qué sucederá en la UE? ¿Tendrá su momento de superar sus problemas con el Reino Unido fuera de sus fronteras o estos se agravarán al no tener a la visión británica del mundo? Todo esto dentro del contexto de la Covid19, la enfermedad que está acelerando las tendencias actuales en la economía.
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