La guerra entre Ucrania y Rusia se presenta como uno de los más severos y prolongados de la historia mundial reciente y su fin no parece estar próximo. Pese a que el servicio militar obligatorio ‘mili’ fue suprimido en España en marzo de 2001, de la mano del por entonces Presidente del Gobierno, José María Aznar, existe un cierto temor e incertidumbre en Europa, alentado por el desarrollo de la guerra y por la hipotética irrupción, nuevamente, de Donald Trump en la Casa Blanca si gana las elecciones presidenciales de noviembre.
En este sentido, Úrsula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea (CE), ha señalado que la amenaza de la guerra no es inminente, pero tampoco imposible. De igual modo, apunta a que no hay que exagerar los riesgos existentes, pero que resulta conveniente prepararse para ellos.
Los tambores de guerra resuenan con más fuerza en el viejo continente después del anuncio de impulsar compras militares conjuntas, como clave de la primera estrategia industrial comunitaria de defensa. De igual modo, se creará un nuevo cargo de Comisario de Defensa durante la próxima Comisión Europea.
Las alarmas saltaron después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, asegurase que la presencia de tropas en el flanco occidental, ante la expansión de la OTAN, y la implicación de Suecia y Finlandia en la Alianza, podría derivar en consecuencias trágicas para la humanidad si se enviaban tropas a Ucrania.
Esta amenaza nuclear que Putin pone sobre la mesa va de la mano con el conflicto que se vive en Gaza, que ponen en jaque a Europa, obligada a gastar más y mejor en materia armamentística.
El reclutamiento forzoso en España
Pese a que el país cuenta con un ejército profesional, el artículo 30 de la Constitución Española es tajante al respecto y señala que: “Los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España”. De igual modo, recoge que “mediante ley, podrán regularse los deberes de los ciudadanos en los casos de grave riesgo, catástrofe o calamidad pública”.
La interpretación de la norma es bastante amplia y ambigua sobre la posibilidad de un reclutamiento forzoso para la ciudadanía española, pero pese a la suspensión de la ‘mili’, nada impediría que esto sucediese. La norma que puede trabajar en este sentido, reformada en febrero de 2022, es la Ley de Seguridad Nacional. Con ello se pretende una respuesta más efectiva frente a catástrofes como una pandemia, desastres naturales o guerras.
Si bien es cierto, la Ley de Seguridad Nacional no recoge de manera explícita que los españoles deban ser movilizados en caso de guerra, pero sí que establece un planteamiento estratégico que involucraría de lleno a la sociedad civil.
De igual modo, se señala que los recursos privados quedarán en manos del Gobierno, en caso preciso, como la escasez de material sanitario. No obstante, la objeción de conciencia es un derecho fundamental reconocido en el artículo 30.2 de la Constitución, por lo que en base a ello, el reclutamiento forzoso no estaría permitido.
Obligaciones de los militares españoles
En caso de guerra, el Código Penal Militar especifica una normativa para imponer sanciones a los soldados que se negasen a acudir a una guerra o situación de gravedad. Así pues, la ausencia por más de 24h sería castigada con la pena de prisión de 3 a 10 años, según el artículo 199 del Código Penal Militar.
De igual modo, la ley contempla también que los militares de reemplazo que no se presenten se enfrenarán a condenas de prisión de tres años, así como el delito de deserción, que es cuando un militar no realiza sus funciones o se marcha del lugar de destino, siendo la pena de hasta 15 años de cárcel.
Países europeos que aún mantienen la ‘mili’
En este contexto geopolítico de tanta incertidumbre, hay países que se están planteando la opción de volverla a implantar de manera obligatoria. Así pues, en la actualidad, son 11 países de Europa los que contemplan el reclutamiento obligatorio: Suecia, Noruega, Lituania, Letonia, Dinamarca, Grecia, Francia, Turquía, Finlandia, Austria y Estonia.
En el caso de Alemania, el retorno de ésta se plantea desde hace unos meses por el coronel del Ejército germano y presidente de la Asociación de las Fuerzas Armadas, André Wüstner, quien aseguró que estaban en la fase más peligrosa desde el fin de la Guerra Fría. Recordar que el servicio militar obligatorio se eliminó en Alemania en 2011, aunque ya en 2016 Ángela Merkel se planteó su retorno en caso de amenaza terrorista.
Trump tensa más la cuerda
De producirse la victoria de Donald Trump en las urnas, no se descarta la hipotética salida de EEUU de la OTAN, la cual pondría en jaque armamentístico a Europa. Un miembro de la OTAN le reprochó los ataques a otros miembros que no cumplían con los objetivos de gasto, a lo que el ex presidente respondió que “quien no paga es un delincuente y EEUU no le protegerá”. Además, señaló que el impago de cuotas propiciaría que animase a pedir a Rusia que hiciese lo que quisieran.
Todo parte de la anexión de Crimea por Rusia en 2014, cuando la OTAN acordó detener los recortes y avanzar hacia un 2% de gasto del PIB en defensa en 2024. Es una incertidumbre saber qué pasará, aunque por el momento la sociedad civil española, con la ley en la mano, tiene la obligación de acudir a una hipotética guerra.