Las empresas zombies son aquellas empresas industriales de carácter estatal, fundamentalmente de los sectores del carbón y del acero, que en los últimos años han disminuido su producción pero siguen con elevadas plantillas de trabajadores, bajo el fantasma del impacto social que tendría el despido de millones de personas.
Según declaraciones del primer ministro chino, Li Kegiang, a finales del año pasado, piensan realizar una gran reestructuración de este tipo de empresas. Por lo tanto, el gigante asiático ha decidido no esperar más ya que el acero y el carbón generan poco valor a la economía. El gobierno chino ha diseñado para los próximos años reducir de manera sustancial la capacidad de producción de estos sectores. Se han planteado una reducción de 500 millones de toneladas de carbón y 150 millones toneladas de acero cada año.
Situación económica de China
La economía del país se está desacelerando, amenazando así su riqueza. El Producto Interior Bruto (PIB) el año pasado creció por debajo del 7 por ciento. Aunque eso sería un gran dato para la mayoría de las economías, es el ritmo más lento para el gigante asiático en el último cuarto de siglo.
Algunos sectores se están desplomando, causando así grandes estragos en ciudades y localidades con menor diversidad económica. Como resultado, estos sectores están abrumados por un exceso de capacidad. Las empresas pueden producir varias veces por encima de la cantidad que puede absorber el mercado. Por tanto, en estas condiciones se han convertido en empresas creciente a empresas zombies. Temiendo que el desempleo puede conducir a la inestabilidad social, el gobierno chino ha mantenido el empleo como objetivo principal de su política económica.
A largo plazo, las fórmulas políticas del gigante asiático van dirigidas a la reducción de la dependencia de la economía de la inversión excesiva para el crecimiento y de permitir que el consumo familiar desempeñe un papel más importante dentro de la economía. Esto significa que muchas empresas no pudieran operar de nuevo al 100% de su capacidad.
¿Qué les va a pasar a los trabajadores chinos?
A partir de estos datos nos podemos preguntar a cuántos empleados podría afectar esta reconversión. En principio, la estimación del gobierno chino estaría alrededor de los 1,3 millones de empleados del sector del carbón y otros 500.000 empleados del sector del acero durante los próximos años. Aunque existe la posibilidad que esta cifra se triplique
El gobierno chino obsesionado por mantener la paz social en el mercado laboral se va a gastar alrededor de 150.000 millones de yuanes en costear las prejubilaciones y las ayudas a los empleados afectados por los despidos. Pero la situación también está complicada para los empleados afortunados que conservan su trabajo. Aunque el desempleo ha permanecido a niveles muy bajos, los que se encontraban no eran de gran calidad.
Aunque el gobierno del gigante asiático se ha centrado en mitigar los efectos sociales que tendrá esta reestructuración, no han dejado claro todavía que va a pasar con las deudas financieras de estas empresas zombies que van a ser desmanteladas o en el mejor de los caso jibarizadas (termino utilizado para expresar la reducción a la mínima expresión de la estructura de la empresa). Todo esto provocaría un ahogo de mucho de los bancos locales en china.
Al fin el gobierno del gigante asiático se ha decidido y, por lo tanto, va a dedicar todos sus esfuerzos y dinero a los trabajadores despedidos, pero no se han planteado ninguna ayuda a las deudas que les dejan este tipo de empresas a los bancos. Si el gobierno no les da una solución a estas entidades bancarias van a tener problemas y se creará una situación de pánico. Igualmente también no se está considerando cómo las empresas zombies van a liquidar las deudas con otros proveedores en el caso que acaben cerrando.
¿Los bancos chinos van a salir perjudicados de este proceso?
A todo se le añade que, a pesar de que el Gobierno ha prometido a los bancos que se vean afectados trasladar la deuda mala a empresas que gestionen activos, los gobiernos regionales no confían en acceder a los fondos para mitigar los despidos hasta que se desmantelen las empresas zombies y reorganicen las deudas.
El nivel de préstamos improductivos (NPL) pendientes en el sector bancario del gigante asiático han aumentado un 50 por ciento, desde el año 2013, según las estimaciones de ANZ, el banco australiano. Aunque los principales funcionarios financieros confiesan que la proporción es mucho más alta, oscurecida por los gobiernos locales que tratan de apuntalar empresas.
El gigante asiático se enfrenta al mayor proceso de reestructuración económica del último cuarto de siglo, cuando inició la reestructuración de su sector público. Por entonces, cerca de 28 millones de trabajadores públicos fueron despedidos entre los años 1998 y el 2003, costándole al gigante asiático más de 73.100 millones de yuanes entre recolocaciones y prejubilaciones.
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