Desde algunos ámbitos se proclama que para economías como la española, importadoras netas de crudo, los bajos precios del barril de petróleo que estamos viendo son muy beneficiosos independientemente de la profundidad de la caída. Nada más lejano de la realidad como veremos en esta entrada.
Resulta innegable que, siendo deficitarios en combustibles fósiles, y siendo esta materia prima la más esencial para las economías de este siglo y el pasado, un precio moderado es beneficioso para el conjunto de nuestra economía. Pero la clave está precisamente en ese “moderado”. La economía es uno de los sistemas conocidos más complejos, puesto que hay innumerables variables que le afectan, y a su vez innumerables variables sobre las que influye. Y recuerden que en estos sistemas tan complejos tiene vigencia la famosa Teoría del Caos.
La Teoría del Caos
Simplemente les resumiré que dicha teoría fue formulada por el matemático y meteorólogo Edward Lorenz en 1963, y se basa en que una variación, aunque sea imperceptible, en las condiciones iniciales de estos sistemas dinámicos y complejos puede llevar a resultados radicalmente diferentes. Es de aquí de donde se origina esa famosa metáfora por la cual Lorenz dijo que el aleteo de una mariposa en Brasil podía originar un tornado en Tejas.
El caso es que esta teoría estaría en el origen de la explicación de fenómenos naturales tan aparentemente azarosos como la forma cambiante que va adoptando un cubito de hielo al derretirse o el serpentear de una manguera suelta y descontrolada echando agua, en ciencias como la meteorología, o… en patrones como el comportamiento de la bolsa, o en términos más generales, la evolución de la economía misma de un país como España.
La gran burbuja de deuda petrolífera
Por ello, eventos aparentemente buenos para la economía, como una bajada del petróleo, pueden acabar teniendo consecuencias impredecibles a medio plazo, especialmente si se trata de cambios drásticos como el reciente hundimiento de este mercado. Una de estas consecuencias podría ser por ejemplo el pinchazo de esa gran burbuja de deuda de productos de petróleo “Goldman Sachs señala la próxima crisis: la deuda energética basura” y que servidor suscribe al cien por cien.
Es muy probable que estemos asistiendo a una guerra comercial en la que los productores tradicionales traten de sacar del mercado a productores emergentes basados en fracking, a menudo sobrendeudados, y con costes de producción más elevados que ellos. Por ello no hay que dejar de vigilar ese suelo de 20$ por debajo del cual la mayoría de los pozos de oriente medio entran en pérdidas operativas. Su miedo y posición defensiva no son para menos: si Estados Unidos y otros productores emergentes acaban no sólo autoabasteciéndose, sino siendo grandes exportadores, obviamente se les comen una parte importante del pastel. Si dejasen que esto ocurriese ¿De qué van a vivir en medio del desierto?
La guerra defensiva del petróleo
Un ejecutivo internacional del sector que acudió a negociar a Oriente Medio contratos petrolíferos me contó que en una ocasión le dijo literalmente a su interlocutor que allí hace cien años iban en camello, y que como no espabilasen dentro de cien años volverían a ir en camello. La preocupación de estos países es totalmente lógica, más aún cuando especialmente sus dirigentes, pero también el país en general, están acostumbrados a un nivel de vida en el que van en Rolls Royce, y los camellos los han dejado tan sólo para apostar en las carreras.
Por ello siento decirles que, dado que no tenemos un papel protagonista en esta guerra comercial, poco podemos hacer en su desarrollo o solución, pero sin embargo a buen seguro que sus ondas sísmicas nos afectarán de múltiples maneras en esta economía globalizada.
Me despediré hoy diciéndoles que tan sólo algunos dirigentes deben saber qué precios nos quedan por ver en el mercado del crudo, pero está claro que si no vemos a corto plazo al barril de West Texas superar la barrera decisiva de los 40$, habrá importantes fondos soberanos que no tendrán más remedio que empezar a vender masivamente títulos en bolsa como ya ocurrió en un grado inferior el año pasado. Sólo el tiempo nos podrá revelar si finalmente se desactiva esta bomba de relojería económica y bursátil que supondría la desinversión de los fondos soberanos petrolíferos; lo de la burbuja de la deuda petrolífera ya dudo que se solucione: posiblemente ahí el daño ya esté hecho, y el problema esté latente tras el escaparate en diferido que a veces son las bolsas.
Dado que como parece que para algunos actores esta guerra se trata de una guerra a muerte, agárrense los machos porque es probable que nos queden muchas curvas por delante, además, y nunca mejor dicho, impregnadas de viscoso y resbaladizo alquitrán. Si les queda alguna duda simplemente contéstense ustedes mismos si prefieren montar en Rolls Royce o en camello.
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