El personaje de Nudista Investor me ha permitido acceder a un perfil de personas que hace solo dos o tres años era inaccesible para mí: gente que tiene mucha pasta (muchísima, en realidad).
Y no me refiero a herederos de grandes fortunas ni a personajes de revistas del famoseo. Tampoco a toreros ni a futbolistas. Ni siquiera a inversores.
Me refiero a tipos normales, como tú y como yo, que han ganado mucho dinero en la última década gracias, en la mayoría de los casos, a Internet.
Son los nuevos ricos de la sociedad.
Gente que viene de muy abajo, de familias trabajadoras, pero que han montado negocios f*ck you money con los que han conseguido ganar dinero a paladas.
Y como yo soy de los que hablan poco y escuchan mucho, cada vez que quedo a beber cerveza con alguno de ellos aprendo un montón de cosas.
Hoy te voy a hablar de ello.
¿Cómo son estos nuevos ricos? ¿Cuál es su mentalidad frente al dinero y frente a la vida? ¿Cómo invierten sus fortunas?
Vamos a verlo.
1. Han hecho su fortuna apostando muy fuerte por un único proyecto
Lo primero que debo decirte es que todos, sin excepción, cumplen este requisito.
En la actualidad sí que tienen proyectos paralelos, además de segundas y terceras fuentes de ingresos, pero lo que les hizo millonarios fue “apostarlo” todo a una sola carta, a un único business.
En contra de lo que el sentido común podría dictaminar, ellos pusieron todo su foco en ese proyecto, su único proyecto.
Le echaron muchas horas de trabajo cada día, le dieron cariño, invirtieron todo el tiempo y dinero que fue necesario, hicieron buen marketing…
Te hablo de gente que ha sacado la bola fuera del estadio con el copywriting, en el sector salud, con el fitness, en el SEO, con ecommerces…
Ninguno de ellos “diversificó” emprendiendo en varios proyectos a la vez (para reducir riesgos o para tener más posibilidades de éxito), sino que fueron a un todo o nada con una sola carta en la baraja.
Y les salió bien.
2. No hacen demasiado ruido
De puertas hacia afuera, estas personas no aparentan tener la fortuna que realmente tienen.
Creo que el hecho de proceder de familias humildes y de clase media les lleva a disimular su enorme riqueza.
Si yo te diera el nombre de algunos de ellos, o un enlace a sus redes sociales, jamás imaginarías que esas personas juegan en la liga del f*ck you money más puro.
Estos tíos (y tías, porque ya he conocido a tres) no vacilan de éxito emprendedor, ni de grandes fortunas, ni de coches, ni de lujos, ni de viajes exóticos, ni de nada… más bien todo lo contrario.
De cara a la galería son los famosos millonarios de la puerta de al lado: discretos, cautos, reservados, pruedentes, recatados.
Solo cuando les conoces un poco y te acercas a ellos te das cuenta de que tras esa fachada de humildad se esconde una vida de libertad financiera y de verdadera riqueza.
3. Por encima de todo, protegen el dinero que ya tienen
Cuando tu patrimonio es “de andar por casa”, tus posibilidades de inversión se reducen a la compra de acciones, fondos, ETFs… Quizás alguna inversión en inmobiliario, o en algún negocio, o en criptos…
No mucho más.
Pero cuando tu riqueza crece y crece, es fácil que desfilen frente a ti oportunidades de inversión que te podrían proporcionar grandes retornos.
En lugar de invertir en un aburrido (y poco sexy) fondo indexado, ahora puedes comprar apartamentos frente al mar, meterle gasolina a varias startups, invertir en joyas, arte y otros artículos de lujo…
El dinero llama al dinero, recuerda. Y como tú ahora tienes dinero, se abre ante ti un abanico de inversiones muy sensuales que podría hacer que tu riqueza se multiplique en poco tiempo.
O que acabes arruinado.
No sé si lo sabes, pero la razón por la que muchos deportistas de élite se arruinan a los pocos años de jubilarse es justo esta: hacen inversiones arriesgadas que acaban saliendo mal.
Pues bien.
Este problema no lo tienen los nuevos millonarios de los que te hablo, ya que, por encima de todo, su prioridad es proteger el dinero que ya tienen.
Sus portfolios de inversión son conservadores: carteras permanentes, carteras Bogle 50-50, oro, joyas, arte, inversiones inmobiliarias en pisos ubicados en barrios obreros, plazas de garajes…
Nada de exóticas criptomonedas ni de inversiones estrambóticas como posiciones principales.
Por supuesto que especulan un poco, pero el grueso de su patrimonio está invertido en valores que se podrían considerar estables a largo plazo. Van a lo puto seguro.
Y esto me recuerda las dos famosas reglas de inversión de Warren Buffett:
- “Regla 1 → Nunca pierdas dinero.”
- “Regla 2 → Nunca olvides la regla 1.”
Seguimos.
4. Tienen muy claro que van a seguir jugando
La jubilación temprana a los 40 o 45 años, el sueño húmedo de millones de personas, no está en sus planes.
Y no te voy a engañar: esto es algo que me ha sorprendido mucho.
¿Por qué esta gente, que lleva varios años ganando más 50k, 80k o 100k euros limpios al mes, no mandan sus negocios a tomar viento y se dedican a disfrutar de la vida junto a sus parejas y sus hijos?
Podrían hacerlo sin problemas. Nada les detiene. Joder, están forrados.
De hecho, podrían retirarse al 95% y de forma casi pasiva seguir ingresando pasta durante un montón de años.
Pero no lo hacen. ¿Sabes por qué?
Porque sus trabajos están cien por cien alineados con sus propósitos vitales. Ellos son el resultado de sus trabajos y sus trabajos son el resultado de sus estilos de vida. Si se jubilaran se aburrirían porque perderían una de las cosas que más sentido da a sus vidas.
Pero eso no es lo mejor.
Lo mejor es que debido a ese amor/obsesión que sienten por sus negocios, por mucho tiempo que pase y por mucho dinero que ganen, no pierden el hambre. Quieren seguir creciendo. Llegar a más gente. Ganar más pasta. Dejar un legado.
Por eso la facturación de sus negocios no decrece ni se estabiliza, sino que aumenta a velocidad de doble dígito cada maldito año que pasa.
Es increíble esto que te estoy contando, te lo digo muy en serio. Esta gente va a seguir jugando al máximo de revoluciones mientras la salud se lo permita.
5. Fuerte personalidad; maestros del sudapollismo
Hay dos cosas que me llaman mucho la atención de la personalidad de estos tipos.
La primera es que tienen una gran confianza en lo que hacen. No van por ahí pidiendo consejos ni opiniones. El síndrome del impostor lo aparcaron hace muchos años.
Ellos piensan “¿Qué es lo mejor para mi negocio?”, y si la respuesta es “x”, hacen “x”. Si sale bien, sale bien; y si no sale tan bien como esperaban, pivotan y hacen “y”.
No piden permiso ni favores. Tampoco copian lo que les funciona a otros, sino que son ellos los copiados por otros. Son líderes en sus respectivos mercados y no les tiembla el pulso a la hora de tomar decisiones.
Te mentiría si no te dijera que esta forma de gestionar negocios me pone muy cachondo.
La segunda cosa que me llama la atención es que, en relación al “qué dirán” de la gente, son verdaderos maestros del sudapollismo.
¿Unos haters les critican? ¿Un cliente insatisfecho les busca las cosquillas? ¿Una review negativa en Amazon o en Gumroad?
Ni puto caso. Máximo sudapollismo.
Estos tipos van a su rollo y se muestran indiferentes ante cualquier comentario negativo, crítica, insulto o lo que sea que les llegue desde cualquier sucio rincón de Internet.
Ojo, su indiferencia también se mantiene ante los elogios.
6. Viven la vida de rico que han decidido vivir
Siempre he defendido la idea de que no hay dos f*ck you money iguales.
Lo que para mí podría ser una posición que te jodan en la que vivir feliz y a gusto, quizás no lo sea para ti. Y viceversa. Para gustos, los colores.
Estos tipos de los que te hablo hoy confirman mi teoría. Sus estilos de vida son bastante diferentes.
Uno de ellos está soltero y vive en un estudio bastante mono, pero de apenas 60 metros, en el centro de Madrid. Su vida social es bastante limitada. En el garaje de ese mismo edificio guarda un Jeep con más de 20 años que usa para hacer rutas de montaña.
Esa es su vida de rico.
Otra es nómada digital y no pasa más de 2 o 3 meses en un sitio. Le acompaña el novio a todas partes. La última vez que hablé con ella me dijo que iba a pasar el verano en Japón. Luego iría a Sudamérica. No tiene ni casa ni coche.
Esa es su vida de rica.
Otro se está construyendo un chalet que flipas en la sierra de Mijas, en un terreno de más de 1000 metros y con unas vistas alucinantes. Tiene pensado pasar allí el resto de su vida con su mujer y sus tres hijas. Vida familiar y tranquila. No busca otra cosa.
Esa es su vida de rico.
Podría seguir pero creo que entiendes a dónde quiero llegar. Estas personas viven la vida de rico que han decidido vivir. No hay dos iguales.
Y acabo.
Espero que estas reflexiones que he compartido contigo te hagan pensar un poco sobre el verdadero sentido del dinero y sobre cómo conseguirlo.
Volvemos a hablar pronto.
Un fuerte abrazo,
Nudista Investor