La empresa de infraestructuras y servicios Ferrovial, que ha ido creciendo internacionalmente en los últimos años, ha anunciado una noticia relevante: la constructora ha decidido cambiar su sede a Amterdam desde Madrid.
Esta decisión responde a la necesidad de adaptarse a los cambios que traerá el Brexit y para facilitar su acceso al mercado europeo. La empresa ha argumentado que seguirá operando en España y manteniendo su compromiso con el país con apego esta decisión le permitirá tener una presencia más contundente a escala internacional.
Esta operación se realizaría mediante una fusión con Ferrovial International, filial al 100% de Ferrovial domiciliada en los Países Bajos, siendo Ferrovial la entidad absorbida.
El Gobierno corporativo no se altera por ser una absorción. El marco de gobierno corporativo se ajustará al actual de Ferrovial una vez se efectúe la Fusión, excepto por las modificaciones que exija la normativa local o la costumbre del mercado. El Consejo de Ferrovial International tendrá los mismos miembros que el Consejo de Administración de Ferrovial y no habrá cambios en los derechos de voto.
Una decisión con un sentido fiscal
A nadie se le escapa que este movimiento entraña ciertos beneficios. Cualquier empresa puede trasladar su sede social de España a Países Bajos para aprovechar una fiscalidad más ventajosa en cuanto a los dividendos de sus filiales. Mientras que en España el 95% de esos ingresos están exentos de impuestos debido a que las ganancias ya han sido gravadas en su lugar de origen, en Holanda están completamente exentos.
España es un caso excepcional, pues en la mayoría de países, como Países Bajos, no se aplica esta medida. Desde 2021, el Impuesto grava el 5% de las plusvalías y dividendos que antes estaban exentos al 100%, y el otro 95% sigue exento. El tipo impositivo general es del 25%.
Los beneficios que se obtienen de los activos intangibles (patentados) pueden tributar de forma especial y opcional en el Impuesto sobre sociedades: se declaran en una casilla específica para la innovación.
Un punto negativo fiscal, es que se establece un Impuesto de sociedades de 19% hasta los 200.000 euros y, a partir de ahí, aplica otro del 25,8%. Por lo que se superaría levemente el Impuesto de sociedades español del 25%.
Hay otro beneficio fiscal a tener en cuenta. Como hemos visto, el gobierno corporativo no cambia. Y es más que probable su traslado, lo que les permite esquivar el conocido como "Impuesto de Solidaridad para las grandes fortunas", aprobado por el Gobierno de Sánchez. Un impuesto que incide en los patrimonios superiores a tres millones de euros y que afecta a unos 23.000 contribuyentes, con los que el gobierno quiere recaudar 1.500 millones de euros. Este impuesto llega al 3,5% para patrimonios superiores a los 10.695.996,06 euros.
Con esa maniobra, Rafael del Pino Calvo-Sotelo, presidente ejecutivo de Ferrovial, y tercer patrimonio más elevado en España tiene todos incentivos para deslovalizar a la empresa y colateralmente a él mismo.
Además, existe la regla del 30% que permite a las empresas ofrecer el 30% de los salarios de sus empleados internacionales libres de impuestos para cubrir los costos adicionales que estos empleados incurren al mudarse a los Países Bajos. Esto es útil para las empresas que buscan traer empleados del extranjero.
En último lugar, aunque el IVA está muy integrado en la UE, los estados miembros tienen cierta discreción en ciertas áreas. Una de las ventajas más características de Países Bajos es el aplazamiento del IVA a la importación, lo que significa que no hay un pago real del impuesto.
El salto a cotizar en Estados Unidos: el sentido estratégico
La constructora tiene una fuerte presencia internacional, ya que el mercado extranjero aportó el 82% de sus ingresos en 2022 y se prevé que siga creciendo en otros países. Su principal objetivo es Estados Unidos, donde hay muchas oportunidades de negocio en infraestructuras y donde aspira a cotizar en bolsa.
Para ello, ha decidido trasladar su sede social a Países Bajos, un país con una alta calificación crediticia y un marco jurídico estable que suele ser el preferido por las empresas que operan en Europa y Estados Unidos. Además, esta decisión refuerza su imagen ante sus inversores institucionales, que son en un 93% internacionales.
El riesgo país es valorado negativamente por Ferrovial lo que repercute en los costes de financiación que hay que ser especialmente rigurosos en un entorno de tipos de interés al alza y más cuando en el último año se ha incrementado la deuda no vinculada a proyectos de infraestructuras en 486 millones de euros (+732 millones a largo plazo; -247 millones a corto plazo) y se ha arrastra una calificación de BBB con perspectiva estable. El entorno puede ser una losa para ajustar los costes de financiación.
Y no es para menos, si por ejemplo, nos acogemos a los informes de las agencias de calificación y según los últimos datos disponibles, la nota crediticia de España es ‘A-’ con perspectiva estable según Fitch, ‘Baa1’ con perspectiva positiva según Moody’s,‘A’ con perspectiva estable según S&P y ‘A (high)’ con perspectiva estable según DBRS. Estas calificaciones indican que España tiene una buena solvencia y un bajo riesgo de impago, aunque todavía está lejos del nivel máximo de ‘AAA’.
Por el contrario, la nota crediticia de Países Bajos es AAA’ con perspectiva negativa según Fitch, ‘AAA’ con perspectiva estable según Moody’s, ‘AA+’ con perspectiva estable según S&P y ‘AAA’ con perspectiva estable según DBRS. Estas calificaciones indican que Países Bajos tiene una excelente solvencia y un mínimo riesgo de impago
Más allá de las ventajas fiscales y el riesgo país
Existen muchas otras razones para situar la empresa en los Países Bajos. Se trata del cuarto país más competitivo del mundo según el Ranking Mundial de Competitividad 2022 del Institute for Management Development (IMD), son un destino de primer nivel para la actividad empresarial y cuentan con un entorno internacional muy competitivo, situándose como la sexta economía más competitiva del mundo.
De acuerdo con la clasificación del IMD, los Países Bajos destacan especialmente en rendimiento económico (2º) y eficiencia empresarial (4º). En infraestructuras, los Países Bajos se sitúan en el 7º lugar y en eficiencia gubernamental, en el 12º.
En el Informe de Competitividad Global del Foro Económico Mundial, Edición Especial 2020, que se enfoca en las prioridades de recuperación y reactivación en relación con la crisis COVID-19, los Países Bajos se ubican en el cuarto puesto en preparación para la transformación económica general, después de Finlandia, Suecia y Dinamarca.
Los Países Bajos obtienen calificaciones especialmente altas en prioridades para la preparación para la transformación como infraestructuras y redes digitales y habilidades y formación para el futuro mercado laboral. También en prioridades como instituciones públicas confiables, protección social y reformas laborales para la nueva economía, ampliación de las infraestructuras de asistencia, asociaciones público-privadas para los mercados del futuro y fomento de la diversidad y la inclusión por parte de las empresas, los Países Bajos obtienen una calificación relativamente buena.
Tres años después del inicio de la pandemia de COVID-19, la economía neerlandesa ha demostrado ser muy resistente, mientras que en este tiempo España ha mostrado la peor dinámica en Europa. De Nederlandsche Bank, el banco central de los Países Bajos, pronosticaba en diciembre de 2021 que la economía neerlandesa habría crecido un 4,5% en 2021, tras una caída del 3,8% en 2020. La situación estratégica de los Países Bajos, a las puertas de Europa, ofrece el trampolín perfecto para entrar en el mercado europeo, con acceso al 95% de los mercados de consumo más lucrativos de Europa en un plazo de 24 horas desde la frontera.