Las marcas. La imagen del producto puede tener un impacto comunicativo muy elevado en los comunicadores. Construir una marca es una cuestión de años... y si uno consigue una marca fuerte, hay que defenderla.
Esto debe ser lo que piensan en Sos Cuétara respecto a su aceite Carbonell. La gitana sentada bajo un olivo es su imagen desde hace más de un siglo. Y llevan años denunciando que otras marcas (en este caso, La Española) se aprovechan de esa imagen labrada a lo largo de décadas para etiquetar sus productos con imágenes similares y aprovechar el esfuerzo realizado.
A Carbonell le han dado ahora la razón en una sentencia del Tribunal de la Unión Europea. Pero también es cierto que anteriormente se la habían quitado en otras instancias, como el Tribunal Supremo. En realidad, la sentencia favorable en esta ocasión es en un juicio de Sos Cuétara contra la OAMI (Oficina de Armonización del Mercado Interior) por haber admitido la inscripción de la marca "La Española" y su etiqueta, demasiado similar (en opinión de Sos Cuétara y también ahora del Tribunal) a la de Carbonell.
En realidad, éste es un asunto peliagudo. ¿Dónde empieza la inspiración y dónde empieza la copia?
La OAMI argumenta que "la representación de un fondo campestre con olivares no puede ser objeto de apropiación por una sola empresa aceitera, ya que se encuentra "intimísimamente" ligada al aceite de oliva y a su origen. A este respecto, agregó que una sola firma no puede apropiarse la idea de representar a una mujer.". Lo cual no deja de ser verdad. De hecho, La Española y Carbonell no son las únicas marcas que recurren a esta imagen para vender sus aceites. Aunque también es cierto el evidente parecido entre las dos etiquetas.
¿Qué efectos tendrá esta sentencia? Habrá que esperar a que sea firme. De momento, la etiqueta de La Española parece que no podrá ser considerada como dibujo y modelo comunitario registrado, cosa que sí es Carbonell. Y éste carácter le "confieren un derecho exclusivo de uso y de prohibir la fabricación, la oferta, la puesta en el mercado, la importación, la exportación, el uso o el almacenamiento para dichos fines, de productos que incorporen el dibujo o modelo y que no produzcan una impresión general diferente". A partir de ahí, y a expensas del recurso que probablemente interpongan las partes, Carbonell tendrá un as en la manga para, con esta sentencia en la mano, ir persiguiendo el objetivo último que se han marcado: hacer desaparecer otros aceites con una imagen similar a la suya y proteger así su marca.
Sin embargo, como apuntan desde Acesur, esta batalla no es sino la réplica de la ya mantenida en otras jurisdicciones en las que siempre ha salido vencedora. Así que parece evidente que la batalla no ha terminado todavía.